viernes, 17 de julio de 2009

Triphasic, la música, la electrónica y el descaro

Triphasic (Llibert Fortuny, Gary Willis y David Gomez) , Teatro Principal (Vitoria), 16 de julio de 2009.

Acudí por la tarde al Principal con ganas y con expectación. La noche anterior ya había tenido un adelanto de los Triphasic, con el mejor invitado que podian tener: Pat Metheny, y me dejaron sorprendido y contando las horas para su propio concierto.
Cuando me enteré de que venían a Vitoria rápidamente me hice del disco "Shaman", y decidí tras su escucha que si había algún concierto de los del Teatro Principal que no quería perderme, ese era el de este alocado trio.
Ya tenia mis referencias, porque desde que lo escuché por primera vez me llamó mucho la atención el saxofonista Llibert Fortuny. Es uno de esos tipos que uno intuye que va a triunfar, porque tiene algo especial. No se de que forma me enteré de la existencia de su disco "Un circo sin leones", grabado en el 2004, creo, y me gustó mucho lo que hacía.
Ahora ha montado, con la ayuda de otros dos grandes músicos - Gary Willis al bajo y David Gomez en la batería, este trio super-electrico, demencialmente eléctrico, diría yo.
Sobre el escenario, además de los instrumentos esperados (saxo, bajo y batería), dos mesas de trabajo en las que destacaban sendos Macintosh, como si fuesen - y lo fueron - dos instrumentos mas.
No me suele gustar la música hecha con ordenadores, cuando se trata de experimentos de laboratorio, en los que gente que no son verdaderamente músicos se dedican a tontear con las maquinas, con un software que alguien ha diseñado para genera música "a lo tonto". Pero lo que hacen estos es otra cosa: usan los ordenadores como otro instrumento, sacándole el máximo partido, y todo ello con el mérito de hacerlo en directo y mientras ademas tocan de forma magistral su propio instrumento.
Nos presentaron en directo el material de su disco "Shaman" (el bromista de Llibert aseguraba que Willis le llamó así tras su estancia en Argentina, debido a las muchas llamadas de telefono recibidas "che...the shaman al teléfono!!!"). Según el propio Fortuny, solo debías creer un 2% de las cosas que decía, asi que...intuyo que el título debió de venir por otra cosa.
Precisamente ese tema - "Shaman" - fue uno de los que hicieron la noche anterior con Pat, y a él se lo dedicaron por la tarde.
El resto de temas, todos muy potentes y trepidantes, salvo una preciosa balada llamada "Invisible", del maestro Willis, cuyo dominio del bajo apabulla.
Si no recuerdo mal, tocaron "Eye Candy", "A dog´s life" - con Llibert bromeando con el público, haciendo de ventrilocuo con un perrito de trapo que llevaba en su particular "atrezzo" - "Diarrea", tema que según el hace referencia exactamente a eso, incluido el ruido de tripas inicial y "Sugus", que tuvo el detalle de dedicar a su dentista, al que no puede pagar ni con lo que cobra en un festival como Vitoria, y todo ello por culpa de su afición a esos ricos caramelos en su infancia.
Algún tema mas, que debía de ser el próximo disco que tienen en preparación, y que no recuerdo su nombre, completó un fantástico concierto en el que hubo buena música, mucha marcha - menudo batería este David Gómez - y muy buen humor en el escenario, porque Fortuny es todo un showman, al que se le nota de lejos que disfruta mucho con lo que hace.
Eso si, concierto no apto para ortodoxos - no de esos de barba larga y de negro que hay en Israel, sino de los que, si por ellos fuese, todo se habría acabado después de Charlie Parker. De hecho, un par de espectadores que yo tenia a mi lado, abandonaron la sala antes de llegar a la mitad del concierto. Bueno, sobre gustos...ya se sabe.

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