martes, 19 de enero de 2010

Lunaticosperdios del todo

El Lunatico, domingo 17-01-2010, en la Sala Teatro Dolce Vita (Almeria)

Hace ya posiblemente 7 u 8 años – o quizas mas - , acudí a la antigua Sala Genesis (ahora debe tener otro de sus múltiples nombres) a ver a la Vargas Blues Band. Pues bién, cuando me salí del concierto del Sr Vargas antes de que finalizase, un poco aquejado de un ataque de aburrimiento, gran parte de la culpa la tuvo un grupo almeriense desconocido para mi hasta esa noche: “El Lunatico”.

En aquella ocasión iban de teloneros principales del concierto de la Vargas, pero consiguieron sorprenderme tan agradablemente que, la verdad, cuando acabó su concierto ya no recordaba muy bien que habia ido a ver a otra banda.

Desde entonces ha llovido bastante – en otros lugares, porque tanto los de “El Lunatico” como yo, como buenos almerienses, sabemos que aquí…lo que es llover, poquito – y aunque salí de aquella sala con la firme promesa de “volver a verlos” en cuanto pudiese, han tenido que pasar muchos años hasta que lo he conseguido. Es mas, paradójicamente, ellos si que han venido a ver a alguno de los grupos en los que yo estoy como pianista, pero cada vez que yo le echaba el ojo a un concierto de ellos, algo se me cruzaba en el camino para hacer imposible que acudiese a esa cita.

Por eso cuando el pasado domingo, charlando a traves de Facebook, mi buen amigo y colega Javi Dominguez (“El vecino”) me comentó que andaba con algo de prisa porque tenia que darse una duchita e irse a una prueba de sonido en el “Teatro Dolce Vita”, y resultó ser para tocar en un concierto de “El lunatico”, inmediatamente vislumbré que ya habia llegado el momento de disfrutar de nuevo del directo de estos paisanos.

Y digo bien: DISFRUTAR, y con mayusculas lo pongo, a conciencia, porque realmente es la sensación que tiene uno con esta banda desde que suenan los primeros acordes en el escenario.

La ocasión ademas era especial, ya que ofrecian un concierto a beneficio de la asociación almeriense “A toda vela”, para niños y jóvenes con discapacidad intelectual, lo cual tambien dice mucho a favor de estos músicos a nivel personal, ya que hacia tiempo que no veía tantas ganas y motivación en un escenario, y yo sabia que estaban allí para donarlo todo a esa causa.

A lo que voy, que es a la musica, impresionante de verdad. Tras ciertos problemillas de sonido iniciales (¿Quién no los tiene?), y a los que se sobrepusieron con profesionalidad, la ejecución fue en todo momento impecable. Se notan los años que ya llevan “en la carretera”. Soltura, frescura, simpatia y “tablas” …como “pa echarle a los marranos” tienen estos ya.

El cantante, Juanmi Cruz, cuenta con una gran ventaja: una voz agradable, afinada y, además, muy original y reconocible. Su forma de cantar, sin renunciar demasiado al acento almeriense, hace que los de aquí lo percibamos muy cercano, y supongo que a los de fuera les hará gracia. El caso es que esa combinación de voz rasgada con ese acentillo “de la tierra”, pero sin llegar a la exageración, hace que de gusto escucharlo.

El guitarrista, Antonio Carmona, que por lo que tengo entendido es el que asume mas la faceta de compositor del grupo, le da el punto flamenco a la voz de Juanmi, y Jose Cruz “El niño”, hermano de Juanmi, pone toda la fuerza de su voz - que no es poca - al servicio del espectáculo. El resultado es una fusión entre el pop, el rock, el flamenco y la rumba, muy fresca y original, que te atrapa de principio a fin.

A ver si me acuerdo, pero si la memoria no me traiciona comenzaron el concierto ellos tres (“El lunatico” son realmente ellos, porque el resto es una banda en la que hay variaciones puntuales) con un tema de su primer disco llamado “Tierra de nadie”, en acustico, aunque despues se les sumó el resto de la banda. Ese inicio ya me dejó claro que saben lo que se hacen, que tienen un show bien pensado, en el que van dosificando y ganandose poco a poco al público, dejando espacios para todos y cada uno de los músicos con los que cuentan, que tambien son excepcionales.

Tengo la suerte de compartir escenario en ocasiones con su bajista (ya lo mencioné antes, “El vecino”) por lo que el hecho de que hiciese un trabajo impecable no me sorprendió lo mas mínimo. Bueno, miento: si que me sorprendió un instrumento extraño que uso para uno de los temas, y al que llamaron jocosamente “la pata de jamón”, aunque realmente luego me descubrió que se trataba de un mastil de contrabajo electrico “tuneado”.

El resto de la banda la formaba el batería Ezequiel, que tambien realizó un trabajo excepcional, muy contundente, como debe ser en el rock, el guitarrista Javi Maresca, al que ya he visto en otras formaciones y que cada vez me va gustando mas, por el sentido del blues que imprime a todo lo que toca, y tambien un chico que igual cantaba, que tocaba la guitarra, que la percusión, y que todo lo hacía bien. Lástima que, tendra que perdonarme, pero no me quedé con su nombre.

Esos siete fueron desgranando poco a poco todo el repertorio de la banda, centrandose durante la primera parte en temas de su nuevo disco “Se diga como se diga”, que dicho sea de paso, les ha salido redondo.

Temas como “Mil razones”, “Como si fuera bodas de sangre”, “Te quiero no son dos palabras”, “Patera abandoná” fueron muy bien interpretados en directo.

Tampoco faltó ese tema que tanto ha sonado, y que ha quedado como el himno del ascenso a primera de nuestro equipo de futbol, llamado “Ya estamos aquí”.

Pero aunque sorprendentemente el público ya se sabia la letra de muchos de estos nuevos temas, cuando todos disfrutamos mucho mas fue cuando nos regalaban algunos de sus ya “clásicos”, como “Luna llena y tres cuartos”, “Tiritando de frío” o “Volver a verte” – este último ya me encantó la primera vez que lo escuché en ese primer concierto en que les vi.

Cuando, tras casi hora y media larga de concierto, ya parecía que iban a despedirse, nos fueron sorprendiendo con una lista de bises que cada vez gustaban mas al personal, intercalando algunos temas nuevos mas, como “Vagabundo”, “Tengo unos amigos”, o el super-comercial y almeriense “Calle Valdivia”, también de su nuevo disco.

El final, y tras infinidad de peticiones entre el publico, quedó a cargo del guitarrista Antonio que entonó uno de los temas del ultimo disco llamado “Mala suerte”, solo con su guitarra y con esa curiosa voz, acompañado por toda la banda al mas puro estilo “tabernero”, con voces y percusión solamente. Bueno, acompañado realmente por todo “el respetable” que nos aprendimos rápidamente ese pegadizo estribillo de “no me canso yo de repetir, si es que he venio a esta vía a sufrir”.

Si no me equivoco, cuando abandonaron el escenario – con aspecto de no tener ganas de hacerlo – ya habían pasado las 2 horas largas de concierto, y de la mas pura diversión.

Por poner alguna pega, y no fué culpa de ellos, diré que la iluminación del escenario dejó mucho que desear, ya que de hecho habia momentos en los que costaba mucho distinguir a los músicos que habia arriba. Una lástima, porque una buena iluminación siempre hace que el show quede mas completo. Aún así, hicieron que olvidase ese pequeño problema.

En definitiva, me fui de allí con la satisfacción de saber que una de las bandas mas originales y divertidas de nuestro panorama musical de nuestro país resulta que “juegan en casa” y prometiendome a mi mismo no dejar pasar tantos años para volver a disfrutar de ellos.

Ah, pero eso si, están “lunaticos perdios de la cabeza”, eso que lo sepais.