Blog sobre los conciertos a los que voy asistiendo, para quien le pueda interesar mi opinión.
lunes, 6 de diciembre de 2010
Un manantial de música sobre Mojacar
El puente se presentaba largo - y tortuoso para algunos, sobre todos los que pretendian volar - de forma que cuando vi anunciado el festival "Manantial de músicas" en Mojacar, inmediatamente se me activaron los mecanismos internos esos que me llevan a acudir a un concierto mas rápido que las famosas cien mil moscas a la miel.
Alicientes tenia muchos: hacer una escapadita con mi mujer a algún hotelito de costa, escuchar al cuarteto de mi amigo Antonio - del que unas veces tengo la suerte de formar parte y otras veces de disfrutar aprendiendo como espectador - y también escuchar en directo a uno de los mejores trompetistas de este país, el valenciano David Pastor.
Nos fuimos por la mañana para Mojacar y tras coger el hotel - debo ser de los pocos que agradecen el plante a los controladores aéreos, ya que quizás por eso encontramos habitaciones libres en un puente tan señalado como este - y tomarnos un aperitivo frente al mar nos dirigimos a dar buena cuenta de una paellita estupenda que nos prepararon en un típico lugar de allí, llamado "El puntazo".
Lo que no sabíamos es que una mesas mas allá, en el comedor de al lado, estaban ya algunos de mis colegas músicos cogiendo fuerzas para la prueba de sonido. Así que al salir nos encontramos con los almerienses Pablo Mazuecos y Eduardo Mortensen, que iban a ser pianista y batería de David Pastor esa noche, y con el bajista Joan Masana que hacia doblete ya que iba a tocar el bajo eléctrico en el cuarteto de Antonio Gomez, y el contrabajo en el de David. Cuando un músico es bueno no le falta el trabajo, está claro.
A mitad del café llegó David Pastor y nos demostró que además de ser un magnífico trompetista - eso lo íbamos a comprobar después - es un excelente conversador. En un tiempo record nos hizo un tratado completo sobre todos los tipos de paella de su tierra, demostrando ser tan buen conocedor de ese tema como del jazzistico.
Como es lógico los músicos se marcharon a la prueba de sonido y nosotros a una reponedora siesta, para estar despejaditos con vistas al doble concierto.
El lugar no me convencía mucho en principio, ya que se trataba de un centro de usos múltiples que tiene Mojacar justo a la entrada de pueblo. Hace unos años estuve viendo allí una ópera, y me pareció un lugar algo frió, demasiado grande quizá para un concierto de jazz. Pero me equivoqué. El lugar es grande, si, pero lo habían dotado de calefacción, con lo que el ambiente era agradable. En lugar de colocar los asientos por filas, estaban puestos en grupos de 4 o 5 , y con una mesa delante, para poder estar comodamente sentados y tomando una cervecita o una copa mientras nos deleitábamos con la música. Por delante se nos presentaban unas 3 horas de concierto con un breve descanso en medio y eso ayudó bastante a que la velada se pasase volando.
Justo antes de sentarnos vi que estaba por allí un enamorado de Mojacar y de Almería en general, el buen amigo Jorge Pardo. Aunque no me lo aseguró, él y yo sabíamos que acataría en el escenario. Almería, jazz y buenos amigos son un aliciente demasiado fuerte para que Jorge pueda resistirse.
En primer lugar salieron al escenario el cuarteto de Antonio Gomez. En esta ocasión Antonio presentaba a dos músicos con los que no se ha prodigado mucho por Almería, David Leon y Juan Galiardo - aunque si por otras partes de Andalucía - y a otro, Joan Masana, que es colaborador habitual suyo.
El repertorio de la noche fue muy variado, comenzando con una maravillosa adaptacion de "La tarara", que dejó muy claro lo que se nos venia encima.
De inmediato atacaron algunos de los temas de su último disco, "Aires de mar", como sus ya clásicos "Blues en tabernas", "De día". También sonó un curioso tema compuesto por Antonio - y sin incluir aún en disco- llamado "Porque te Vals", en el que disfruté muchisimo con la original y sutil improvisación que el pianista Juan Galiardo nos ofreció.
También hubo tiempo para algunos de los arreglos del próximo proyecto discográfico de Antonio Gomez, dedicado al mundo del cine, y disfrutamos con esa magnífica versión de "Los siete magníficos", con un muy buen solo de bajo de Joan Masana, así como con la maravillosa balada de Mancini "Two for the road".
La noche iba a estar llena de agradables sorpresas y durante el desarrollo de la estupenda versión del Romance Anónimo que casi nunca falta en los conciertos de Antonio, de repente una flauta comenzó a sonar desde el fondo del escenario...y en unos segundos éste se llenó con la presencia del maestro Jorge Pardo. Contar con este músico en un escenario es garantía de musicalidad, imaginación, swing y "duende".
Para terminar otro clásico de Antonio, el tema "In fraganti" en el que especialmente pudo lucirse, y de que manera, el batería ceutí David León, que fue otro descubrimento para mi esa noche.
Como final del primer concierto y con Jorge en el escenario era lógico que sonase otro de los clásicos del señor Gómez: "Plaza vieja", ese tema que está basado en unas notas del Fandanguillo de Almería.
Ya solo con ese concierto nos hubiese merecido la pena el viaje, desde luego. Pero, sin embargo, aún quedaba la segunda parte del festival, que también prometía lo suyo.
Y efectivamente, no me equivoqué mucho. Desde que David Pastor y su banda aparecieron supe que me iba a divertir tanto o mas que con el concierto precedente. Un jazz diferente a lo que acabábamos de oír - eso es lo bueno de esto - con temas originales de David, con un sonido moderno pero cercano al mejor hard-bop de los 50. Arreglos trabajados - y a un tiempo record, ya que no tocaba con su banda habitual - y excelentes solos por parte de toda la banda.
Comenzaron el concierto con un tema muy "funky" llamado "Sonny Rollins Stone", que creo no hace falta comentar a quien está dedicado. La melodía me recordaba mucho al "Mr. Pc" de Coltrane. Al final del tema, sin que dejasen de tocar, fue presentando a los musicos que lo acompañaban esa noche, que para mi eran bien conocidos ademas de buenos amigos: el almeriense Pablo Mazuecos, en el piano, a quien cualquiera que esté "en el ajo" del jazz en Almería conocerá. No hay proyecto interesante en el que no se meta, y normalmente - a costa de esfuerzo y horas robadas al sueño - los saca adelante. La Big Band de Clasijazz, colaboraciones con la Orquesta de Almería, la Banda de Dixieland, el cuarteto de Noemí Pérez. Podria seguir. Incombustible y un estupendo pianista. Estaba nervioso - ¿cuando no esta nervioso Pablo? - pero feliz anoche. No todos los días se presenta la ocasión de tocar con músicos de la talla de Pastor.
En la batería otro gran conocido del circulo jazzistico almeriense, y alguien con quien he tenido el placer de compartir muchos kilometros y escenarios: Eduardo Mortensen. Batería sólido, serio - todo él es seriedad, aparentemente - y solvente donde los haya. Su trabajo anoche me pareció excelente, y mas sabiendo el poco tiempo con el que contaron para prepararse el repertorio. Y en el contrabajo, y repitiendo, Joan Masana. ¿Que decir de Joan?. Es un animal de escenario. Se le ve disfrutar con todo lo que toca. Y sabe transmitir esa felicidad a los que están con el. Últimamente está prodigándose cada vez mas con el contrabajo, y creo que está consiguiendo dominarlo ya con la misma pericia que domina el bajo eléctrico.
Supongo que David Pastor se rodea habitualmente de magníficos músicos pero no creo que anoche tuviese la mas mínima queja con la banda que lo respaldó. Para mi fue todo un orgullo verlos ahí, y disfruté muchísimo de ello.
Continuando con el repertorio, siguieron con otros originales de Pastor como "Visto desde arriba" o "1974". Y entre tanto original se coló uno de mis "standards" favoritos, "Stella by starlight".
Y una versión del "Concierto de Aranjuez" fue esta vez la excusa para volver a llamar a Jorge Pardo. Mucha razón tuvo David cuando comentó algo así como que Jorge es "historia del jazz en nuestro país". Nada mas cierto. Lleva ya mas de 30 años en esto, y posiblemente después de Tete Montoliú no haya nadie mas valorado y apreciado nacional e internacionalmente como Jorge. Pues ahí estaba, con su flauta y su leonina melena, nuevamente dispuesto a disfrutar y hacernos disfrutar a nosotros. ¡¡¡ que lujo !!!.
Como fin de fiesta el simpático David - que se ganó al público de inmediato - prometió "una sopresita" si aplaudíamos lo suficiente. Lógicamente, fuimos obedientes y le hicimos caso.
La sorpresa no por previsible fue menos celebrada: ¡¡¡todos los músicos arriba!!! (bueno, todos menos Pablo...porque solo había un piano desgraciadamente, aunque estoy seguro de que lo disfrutó desde el público).
El tema elegido "Get up Stand Up" famoso tema compuesto por Bob Marley y Pete Tosh a principios de los 70 y que es todo un himno de la música reggae. Como es natural con los músicos que había sobre el escenario la versión caminó desde el reggae hasta el funky mas salvaje, según quien estuviese improvisando. Y os aseguro que aquí todos "echaron el resto". Este tipo de temas Antonio Gomez está "en su salsa", y no digamos David Pastor. Y muy bueno el solo de teclado de Juan, con ese sonido tipo rhodes con efectos tan apropiado para ese tipo de tema.
Tan agustito estaba David Pastor que hasta se arrancó con el cante y logró que el público lo siguiese.
No se si a nivel comercial y de beneficios el festival ha sido un éxito - esperemos que si, ya quesu organizador, Angel Vicente, se lo merece por el esfuerzo realizado - pero desde luego a nivel artístico la noche de jazz fue inmejorable.
Toda una fiesta para el jazz lo que anoche ocurrió. Si, efectivamente, un manantial de música cayó sobre Mojacar.
domingo, 14 de noviembre de 2010
Luis Barbería, la noche es para Cuba
Hay ocasiones en la que uno tiene que multiplicarse si quiere acudir a todo lo que noche almeriense ofrece, que últimamente hay que reconocer que nos sorprende gratamente. Uno que lleva aquí toda la vida sabe muy bien que en otras épocas la sequía cultural en nuestra capital
competía con la climatológica. Ahora, sin embargo, aunque no podemos - ni debemos - compararnos con un Madrid o un Barcelona, hay mas oferta. Y como nos gusta quejarnos, porque nos gusta - y yo el primero - pues nos quejamos cuando varios espectáculos coinciden y solo podemos acudir a uno. En este caso, tras el concierto de Rubalcaba tenia dos opciones a cual mas apetecible: una jam session en el club Clasijazz, con una buena sección rítmica y con los solistas de la Big Band que actuaría al día siguiente, o bien el concierto de Luis Barbería en Studiocafe.
Varias cosas me hicieron decidirme por la segunda opción: el hecho de que era la primera actuación de mi amigo Luis en Almería - ha actuado como invitado otras veces, pero nunca él en solitario -, que esa tarde le cedí gustoso algunos elementos de mi equipo de sonorización, por lo que le venia bien que estuviese pendiente por allí, pos si "los acoples" (aunque aclararé que yo como técnico de sonido estoy seguro de que moriría de hambre) y también que a mi lo de las jam-session pues no me atrae demasiado. Por tanto la balanza se inclinó con mucha facilidad por el recital del amigo Barbería.
Para los que no sepan quien es Luis Barbería, y para no repetirme, os remito a una anterior crónica mía (http://mastritomusic.blogspot.com/2007/12/todo-ritmo-luis-barberia-diego-cruz.html) en la que ya comentaba las actividades de este grandísimo músico cubano, que ahora tenemos la suerte de tener temporalmente afincado en Almería.
Así que tras salir del concierto de Rubalcaba e intentando abreviar en los comentarios típicos a la salida del concierto - haciendo esfuerzos, porque lo que acabábamos de oír merecía muchos comentarios - salimos disparados para Studiocafé a ver si llegábamos a tiempo de ver comenzar el show de Luis Barberia.
Como gran músico que es, esa noche se enfrentó al publico almeriense como lo hacen los grandes maestros: solo ante el peligro. Con su guitarra, su fantástica voz y sus habilidades como percusionista vocal. Ah, y sus dotes como bailarín, ya que en algún momento no pudo contenerse y realizó alguna pequeña coreografía.
El repertorio estuvo compuesto en su gran mayoría por temas propios, algunos de los que suele interpretar con su grupo Habana Abierta, como "Rocotocompas" o el fabuloso funky "Como soy cubano" (Ver video), y otros mas intimistas que interpreta en solitario o con otros músicos, como en sus colaboraciones con otro gran cantante y compositor cubano Julio Fowler. Temas como "A full", "Sangre revuelta", la preciosa bossa dedicada a su pareja "Del cielo a mi vida" o la balada "Georgia" dedicada a su hija, precisamente llamada así.
El encanto de Luis es el resultado de sumar la gran calidad de sus composiciones con la forma de interpretarlas con su cálida voz, además de su magnífica técnica de acompañamiento con la guitarra. Si a todo eso unimos su habilidad con la percusión vocal - que hace que quien no lo conozca llegue a pensar que está sonando algo grabado o que el batería está escondido en alguna parte - veremos que consigue con facilidad tenernos pendientes de su música todo el tiempo que dura el concierto. Disfruta con lo que hace y lo transmite como nadie, y como era normal consiguió que el público de Studiocafé participase también en su música (que se lo digan al bueno de Chipo Martinez, que coreaba algunas canciones en primera fila).
Al final nos regaló algún tema brasileño, algo normal porque es un gran admirador de esa música, y si no recuerdo mal nos cantó algún fragmento de los dos grandes temas de Djavan "Flor de lis" y "Capim", para finalizar con un bolero que, nuevamente dudo de mi memoria, creo que fue "Contigo en la distancia".
Y como bis, nos repitió ese fantástico "Como soy cubano", que puede escucharse varias veces en la misma noche sin cansarnos para nada.
Estoy seguro de que la jam de Clasijazz estuvo muy bien pero tengo que reconocer que no me arrepentí en ningún momento de mi decisión. Digamos que estaba escrito que la noche era para Cuba de principio a fin.
Gonzalo Rubalcaba Quintet: El jazz es un gran invento
sábado, 9 de octubre de 2010
Las mil y una caras de Michael
Cuando mis hijas me propusieron que las acompañase al musical “Forever King of Pop” reconozco que mi primera reacción fue la rotunda negativa. Estamos en tiempos de crisis y los bolsillos se resienten cuando uno decide asistir a un espectáculo, y mucho más cuando de mi se trata que soy de los que “se apunta a un bombardeo”. Está al caer el festival de jazz de Almería, y soy de los que se compra el abono, así que la perspectiva de soltar los 42 euros “del ala” que costaba ver el musical dedicado a Michael Jackson no me hacía precisamente muy feliz.
Le pregunté a mi hija mayor – que por cierto fue la que mas insistió – si tenía noticias sobre si el espectáculo llevaba músicos para el directo, y me reconoció no saberlo. La idea de pasarme 2 horas y pico viendo a un imitador de Michael Jackson y su cuerpo de baile haciendo “playback” sobre una bonita y perfecta música enlatada no me llamaba nada la atención. Busqué información por internet, para ver si en algún artículo en el que hablasen del espectáculo hacían referencia a los músicos. Nada. Cero. Negativo. Evidentemente, en este país se le da muy poca
importancia a la música en directo y por tanto, en general ,no se valora la dificultad que entraña abordar un montaje así.
En este estado, sumido en ese mar de dudas en las que se entremezclaban el desembolso económico, los burdos imitadores y la música enlatada, en el último momento y mas pensando simplemente en el placer de pasar una agradable tarde en compañía de mis hijas, por fin les di el “sí”.
Cuando entramos al Auditorio – el Maestro Padilla, de nuestra capital – mi preocupación más importante desapareció de inmediato: sobre el escenario, colocados en posiciones estratégicas, algo disimuladas pero sin llegar a estar ocultos del todo, estaban los instrumentos. Teclados arriba a la izquierda, guitarras a la derecha, batería al fondo a la izquierda – el W.C. lo colocarían en otro lugar - y bajo al fondo a la derecha. Respiré
aliviado: la música iba a estar interpretada en directo. Mientras llegábamos a nuestros asientos, mi hija mayor, que iba consultando el programa de mano ya también me aclaraba que entre los integrantes del elenco estaba leyendo “batería, guitarrista, teclista, saxofonista, etc”. “Tranquilo, papá”, me decía.
Pero tranquilo del todo no estaba. Ya son muchos conciertos vistos – y oídos – en el auditorio Maestro Padilla, de los que he salido con el mal sabor de boca de un sonido pésimo. De hecho, en la mayoría de las ocasiones suele ocurrirme. Así que, como no terminaba de creerme que aquello funcionase pensé “seguro que va a sonar fatal”.
Pues que alegría a veces da cuando uno se equivoca de parte a parte. Sinceramente reconozco que posiblemente jamás haya escuchado en este Auditorio la música más claramente y con mayor calidad como en la tarde de ayer. Cuando el show comenzó, precisamente con una introducción instrumental de los fantásticos músicos que el espectáculo lleva, noté con estupor que podía escuchar perfectamente cada instrumento: teclados, guitarras, batería y bajo – este último suele ser el más problemático en el auditorio – sonaban perfectamente, bien nivelados, a un volumen alto pero sin ser estridente. Perfectos. Cuando entraron las voces, la sensación fue la misma. Todo a nivel, todo en su sitio, sin estridencias, con claridad y con potencia. Un diez para los técnicos de sonido, pensé. Me recosté en mi asiento y me dije a mí mismo “no sé lo que vendrá ahora, pero al menos voy a es cuchar buena música”.
Y lo que vino a continuación me gustó, en general. Un buen espectáculo, mezcla entre el típico “musical” que tan de moda está ahora y un concierto de “covers” de Michael Jackson, acercándose más a esto último. Y digo esto porque quizás lo más flojito del show era el guión, el hilo conductor que enlazaba unas canciones con otras, y que casi siempre recurría al sentimentalismo, rozando la sensiblería, con una pareja de maestros de ceremonias - Samuel Gómez y Carolina Serrato - que me dejaron boquiabierto como cantantes, pero que como presentadores no llegaron a conectar conmigo en ningún momento, aunque creo que lo hacen muy dignamente. Sencillamente lo que les falla es el guion, más que sus interpretaciones.
Pero, lógicamente, lo que más esperaba el publico era ver a los sosias del señor Jackson. En estos casos se da uno cuenta de la gran originalidad de un artista: cuando hay que buscarle un doble, y se tiene que recurrir a varias personas para intentar mostrarlo en su plenitud. Es el caso. Para los papeles de Michael Jackson este espectáculo lleva a dos artistas: Fran Jackson, que es un doble casi perfecto de último Michael, que imita perfectamente sus gestos, sus poses y sus pasos de baile. Pero que no canta. Cuando Fran estaba en el escenario, solo movía los labios, y eran otros artistas – destacaría a Alejandra Barella, que “clavaba” el timbre de Michael en ocasiones – los que ponían la voz.
Pues bien, la otra mitad de MJ era el cantante Mampuele. Físicamente con menos parecido a la estrella, aunque muy bien caracterizado, este artista sí que cantaba, imitando bastante bien la voz de Michael, sobre todo en las baladas. Aunque no fue la voz que más me gustó del espectáculo – las de Samuel Gómez, Alejandra Barella y Carolina Serrato me parecieron mucho mas afinadas y agradables – hay que reconocerle a Mampuele que su interpretación en conjunto es muy buena, teniendo en cuenta que debía que ocuparse de cantar, bailar e imitar los gestos del mito, todo en uno sin perder la compostura. Realmente meritorio lo de este artista.
Lo cierto es que disfrutamos de lo lindo con el espectáculo escuchando un repertorio muy variado y realmente completo de los éxitos del ahora llamado “Rey del Pop”. Desde algunos temas de sus inicios con los Jacksons Five – I want you back, ABC, Ben o Blame it on the boogie – hasta todos los grandes éxitos de su carrera en solitario y que hemos escuchado hasta la saciedad. Por recurrir al tópico, porque en este caso creo que es bastante cierto, unas canciones que han formado parte de la banda sonora de nuestra vida: Billie Jean, Beat it, Smooth Criminal, Human Nature, Bad, I´ll be there y muchas más.
Mención especial, desde luego, para el montaje escenográfico de “Thriller”, con el cuerpo de baile disfrazados y maquillados como horribles “zombies”, provocando algún que otro sustito al respetable público – ¿verdad, hijas? - . En general, y aunque no pueda hacer una valoración tan detallada como la que suelo hacer sobre la música, los bailarines del espectáculo creo que hacen una magnífica labor también. En un espectáculo sobre MJ, si se trata de recordarlo e imitarlo, está claro que el baile es algo importante, casi al mismo nivel que la música. No hay más que ver su film póstumo “This is it”, en el que se pueden seguir los ensayos para la gira mundial que nunca pudo realizar, para darse cuenta de lo importante que era para Michael su cuerpo de baile. En un momento de esa cinta alguien dice a los bailarines que deben ser “una extensión del cuerpo del propio Michael Jackson”, y creo que así lo entendía él. Muy recomendable esa película, por cierto. Se puede ver al MJ músico, bailarín y, sobre todo, profesional al 100%.
Hubo muchos momentos emotivos, musicalmente hablando, con las versiones de “The way you make me feel” en su versión lenta – interpretada magistralmente por Samuel Gómez, que fue realmente la voz que más me gustó en su acercamiento a Michael – el tema “You are not alone”, o los temas de tinte ecológico “Earth song” y “Heal the world”. A destacar también el “medley” con el coro Gospel, con temas como “Off the wall” o “Can you feel it”.
Personalmente, por mis propios recuerdos juveniles, me encantó escuchar “Don´t stop ´till you get enough” , de uno de los discos que yo mas disfruté de este artista, el álbum “Off the Wall”. Una de sus mejores obras , en mi opinión.
El final con su famoso “Black or White” y el marchoso y funky “Wanna be startin´something”, lógicamente nos dejó con ganas de mas y, como si de un concierto tradicional se tratase, nos tenían preparados otro final: el famoso “We are the world”, compuesto en su día por Michael y Lionel Ritchie, y que tanto nos emocionó en los 80, aquella época en la que algunos grandes artistas creyeron que podían salvar el mundo con su música y sus macro-conciertos. No lo consiguieron, porque al mundo no lo salva “ni maría santísima”, claro, pero al menos nos dejaron algunos muy buenos conciertos, y muy buenas intenciones.
Como en el original de aquella canción- en la que intervenían voces como las de Stevie Wonder, Diana Ross, Tina Turner y el propio Michael, entre otros muchos- , en esta fueron interviniendo todas las voces principales del elenco, aprovechándose el momento para que cada cantante y cada músico recibiese su bien merecida ovación particular. Ya que doy tanta importancia a la música en directo, injusto sería no dedicar unas líneas a los músicos, que dieron un soporte impecable a todo lo que ocurría en el escenario. Como es lógico en este tipo de espectáculos, lo que aquí se valora no es la improvisación sino, bien al contrario, la precisión y el máximo parecido con los originales de lo que se está interpretando. Pues de precisión estaban sobrados todos los músicos del escenario. Desde el teclista Alvaro Peire – había otro teclista, que además acompañó a piano solo todo el “meddley” góspel, pero no viene su nombre en el programa – que consiguió recrear perfectamente todos los ambientes que la música de Jackson requiere, pasando por el espectacular guitarrista Oliver Martín, que en alguna ocasión saltó al escenario para formar parte de la coreografía mientras interpretaba algún espectacular solo, la base rítmica de Ángel Crespo en la batería y Adrian Bartol en el bajo, que eran como un metrónomo, pero con sensibilidad, y terminando por los metales donde estaban Patxi Urchegui en la trompeta y un conocido - para los jazzistas, claro - Iñaki Arakistain, ejecutando unos preciosos arreglos sobre todo en los temas mas rápidos. Por supuesto impecables tambien todos los cantantes y coristas, pero como eran tantos que me perdonen por no nombrarlos uno a uno. Todos ellos, tocando y cantando en directo, como debe ser – habría que desterrar a otro planeta al impresentable que inventó lo del “playback” – hicieron que el resto de artistas pudiesen realizar su trabajo con precisión, pero a la vez con la maravillosa sensación de que la música se está creando justo en ese instante.
En definitiva, no pude más que agradecerles a mis hijas su insistencia porque salimos de allí con la alegría que da presenciar un buen espectáculo, cuyo montaje imagino que ha costado un gran esfuerzo artístico y económico, por lo que se da por muy bien empleado lo que cuesta asistir a él. Personalmente creo que se ha mitificado en exceso la figura de Jackson tras su misteriosa muerte, pero también creo que durante su vida sufrió muchas injusticias y muchos abusos por parte de gente cercana que lo traicionó en muchas ocasiones, y que enturbiaron su figura como artista. Probablemente nunca sabremos que había de cierto o falso en aquellas escabrosas historias que se contaron sobre él. Yo creo que tengo la balanza bien nivelada y aunque no pienso que sea “el más grande”, si que reconozco que él y su entorno musical – no hay que olvidarse de Quincy Jones, desde luego – han creado un sonido inconfundible y unas melodías inolvidables que ya son parte de la historia de la música popular. Y…eso es todo.
sábado, 18 de septiembre de 2010
Abrituneitu…o pasion por Gina Lollobrigida
Ya me hubiese fastidiado a mi marcharme de Madrid con el sabor amargo del decepcionante concierto de Supertramp. Todavía me quedaba una última noche, y lo que tenía previsto era algo, de entrada, incatalogable o, para que dar más vueltas: raro.
Se trataba de la obra "Tutto per Gina", interpretada por 4 individuos (Santiago Ibarretxe, Luismi Baladrón, Iñigo García y Daniel Llull) que se hacen llamar "Primital Bros". De donde salen estos "hermanos primitivos"?. Pues sobre todo de la mente de uno de los músicos más creativos, imaginativos y surrealistas que tenemos por este país, es decir, Santi Ibarretxe.
Por casualidad descubrí su disco "Primital" y reconozco que me enganchó inmediatamente. Es muy complicado definir que hace Ibarretxe, si digo que mezcla el jazz, con el funk, con la electrónica, con los juegos de voces y con el humor...posiblemente me quede corto. Mejor escuchad ese disco, y sacad conclusiones.
Pues bien, poco después mi buen amigo Antonio Gómez me comentó que Santi iba a colaborar en su disco "Aires de mar”, y de hecho lo hizo con una magnifica improvisación de saxo en el tema "In fraganti".
El caso es que le había perdido un poco la pista hasta que hace poco, precisamente en otro telediario - si es que hay que ver las noticias, mecachis - pude ver unos segundos de la obra que estaba representando en Madrid, junto a 3 actores más. Rápidamente hice las gestiones para conseguir entrada - nuevamente mi hermana me resulta de gran utilidad, además de que resulte ser un placer acudir con ella a todos estos espectáculos - y en un "pis-pas" ya teníamos las entradas reservadas.
Nuevamente, como me pasa con el disco "Primital", me va a resultar complicado contar lo que vimos. Cuatro tíos en un escenario bastante sobrio, con la ayuda solamente de 4 micrófonos inalámbricos - que casi ni se notan - y como es lógico de sus gargantas, sus cuerpos y su imaginación. Hora y media en la que mezclando la mímica con la música construyen una historia divertida, contada con un lenguaje extraño que, para que vamos a engañarnos, probablemente no entienden ni ellos. ¿Alguien sabe que significa, por ejemplo, abrituneitu?.
Me recordaron a "El tricicle" - es lógico, por la cuestión de la mímica - o en otras ocasiones a los geniales "Les Luthiers", pero no se me entienda mal: me los recordaron, pero no los imitaron. Estos hacen otra cosa, SU COSA. Juegan con ritmos, juegan con melodías, conocidas - por ahi sonaron sus versiones de temas de Beach boys, de Michael Jackson, melodias barrocas, rap, heavy, etc - o inventadas, juegan entre ellos, juegan en el público - que no puede parar de reír - en definitiva...JUEGAN. Sencillamente geniales, no puedo decir otra cosa.
Como postre, tras finalizar la obra, nos regalaron algunas interpretaciones "a capella" de temas como "Too much heaven" de los Bee Gees, con un Ibarretxe pletorico tanto humoristica como musicalmente - "You are the sunshine of my life" y "Isn´t she lovely" de Stevie Wonder, o la melodia del standard "Life will be a dream", que sonó como "leitmotiv" en toda la obra. Y como ultimo bis, un precioso tema casi sentados junto al público, a pie de escenario, demostrando todos sus habilidades vocales con más calma.
Para completar, hasta me encantó el Teatro Alfil, pequeño y coquetón, con el bar dentro de la sala, lo que permite que puedas tomarte cualquier cosa mientras ves el espectáculo.
"Tutti per Gina" me dejó la mandíbula en ese lamentable estado en el que solo suelen dejarla Les Luthiers, y eso es mucho decir. Supongo que cuando acaben con sus representaciones en Madrid (si no estoy mal informado, han prorrogado en el Teatro Alfil hasta el 20 de noviembre), girarán por el resto de España (podrían hacerlo por cualquier ciudad del mundo, y los disfrutarían igual). Si tenéis ocasión, no os lo perdáis, porque es toda una experiencia ver a estos cuatro...o más bien cinco, si contamos a Gina, claro.
Los super-tramposos...o cuatro por uno
Supertramp. Palabras mayores. Con unos 13 o 14 años de edad descubrí yo a esta banda, justo cuando su celebérrimo "Give a little bit" los hizo mundialmente famosos. En la pequeña y provinciana Almería, un joven melómano como yo solo podía soñar con ver un directo de uno de estos grupos. Hablo de la época en la que los grandes grupos de rock o bien no pasaban por España - que era lo más normal - o solo iban a ciudades como Madrid y Barcelona. Añadamos a esto que, en ese hipotético caso, yo no tenía posibilidades de hacer un viaje con ese propósito - posiblemente mi padre me hubiese mirado con ojos de asombro, caso de planteárselo - pues la cuestión es que pensé que posiblemente nunca vería a los Supertramp - y tantos otros - en directo.
Pero los tiempos han ido cambiando, y a veces Mahoma (o sea...yo) va a la montaña (o sea...a Madrid), y otras...resulta que Mahoma (o sea...los grandes grupos)....me sorprenden y vienen a la montaña (o sea...a Almería). Cosas de la vida. En esta ocasión, resulta que coincidíamos en Madrid, así que me dije "Ramón, otra asignatura pendiente que vas a aprobar: ¡¡¡ por fin vas a ver a Supertramp!!!".
Hace un par de años tuve la suerte de ver Roger Hodgson, antiguo miembro y alma del grupo y, por ende , autor de sus mayores éxitos, recaló por Almería. Disfrute muchísimo de ese concierto (podeis leer mi crónica en http://mastritomusic.blogspot.com/2007/10/roger-hodgson-el-mago-de-las-melodas.html) , pero pensé que me quedaba por ver a la otra mitad del genial tándem compositivo: Rick Davies, que sigue al frente de la banda.
Pues bien, posiblemente hubo muchos factores para que saliese de allí tan decepcionado. Uno de ellos, la situación en el pabellón. Las entradas las compró mi hermana, que además tuvo el detalle de invitarme (buen regalo de cumpleaños, ¡¡¡ si señora!!!), y en su afán de que estuviésemos cómodos y bien situados, adquirió entradas de gradas en lugar de las de pista (a mi me suele gustar mas estar a pie de escenario). Resulto que no eran las que esperaba, y estábamos situados algo mas lejos del escenario de lo previsto.
No obstante, eso no hubiese sido determinante si no se hubiese juntado con la mala calidad de sonido. Sorprende que un grupo como este pueda sonar tan mal. Solamente se escuchaba con claridad la voz de Davies, algo a lo que supongo que los técnicos prestaron especial atención. En el otro extremo, y por poner un ejemplo, me dio la sensación de que no había bajista, y lo había, al menos por allí estaba danzando, con un bajo colgado. En lugar de un sonido claro de bajo, se escuchaba como una especie de zumbido o bola de sonido bastante deplorable. El resto de instrumentos, lógicamente, se vieron influenciados por esto, y tampoco se escuchaban de forma optima, incluido el piano acústico, sonorizado con un pésimo mal gusto. Para ese sonido, podían haber puesto un piano Casio de gama baja, y andando.
Dejando esto claro, paso al repertorio. Eso me lo esperaba, claro. Previsible, muy muy previsible. Pero es lo que todo el mundo quiere oír, claro, y lo acepto como parte del juego de la nostalgia. Empezaron con la suavona y nada sorprendente "You started laughing", tema que nunca grabaron en estudio y que yo escuché por primera vez en su el famoso "Paris". Nada más comenzar el tema un horrible acople enturbió aún más el espeso sonido que nos llegaba, que además carecía de la potencia suficiente llenar para un pabellón como ese, donde posiblemente estábamos unas 10000 almas.
Una a una fueron cayendo todos tus exitos: "Breakfast in america", "Logical Song", "It´s raining again", "Cannonball" - tema pesadísimo donde los haya - "Ain´t nobody but me" o "Goodbye stranger"
Especialmente me gustó escuchar a Davies solo al piano, con un sencillo, pero sentido, tema llamado "Downstream", del disco “Even in this quietest moments” y que en su día fue la cara B del single de "Give a little bit". Muchas veces la he tocado yo al piano, por el placer de hacerlo.
Sí que me sorprendió que tocasen "Poor boy”, porque creo que no suele estar en su repertorio habitual. Sin embargo, no me gusto nada la larga y pesada versión del "Another man´s woman", con una insulsa e interminable improvisación de piano de Davies. Como intuyendo el aburrimiento, a la derecha del escenario se colocó a un tipo en bañador bajo una sombrilla, imitando la portada de su famoso álbum “Crisis, what crisis”.
Sonaron también temas menos conocidos- los originales de Davies, precisamente - , pero de gran calidad, como "Bloody well right" - uno de los mejores temas de Supertramp, del que indudablemente es su mejor disco “Crime of the century”, el ya himno "From now on", "Rudy", con su típico video de trenes, o el particular blues-pop- "Put on your old brown shoes". Lógicamente, al tratarse de composiciones de Rick, son los que mejor suenan, ya que escuchamos la voz y piano originales que los concibieron.
Para terminar, y como bises, tan previsibles que mi hermana se sorprendió cuando se los "chivé" casi todos al oído antes de que los hiciesen: "School" - que sonó realmente blandita, sin la fuerza que ha hecho que esa canción siempre me pusiese los pelos de punta -, "Dreamer" – en versión reducida - y "Crime of century". No volvieron al escenario a saludar tras ellos. Supongo que ya habían “fichado la salida”.
De la banda original solo quedan tres miembros: El mencionado Davies, que es el compositor de la mitad de los temas, y al que yo siempre he respetado al mismo nivel que a su colega Hodgson. De hecho me parece que parte del encanto de los Supertramp de los 70 se debe también a su toque "bluesero" y sus teclados más cercanos al "rhytm´n´blues" que al pop. La unión de esas influencias con el genio melódico de Hodgson es lo que hizo que los primeros discos de la banda fueran sencillamente geniales.
Los otro dos “supervivientes” son el batería Bob. C. Benberg y el saxofonista y showman John Anthony Helliwell.
Benberg hizo su papel, con sus golpes contundentes y calcados a los que daba en cada correspondiente disco, y Helliwell intentó, como es habitual en él, animar un poco al publico – Davies no abre la boca en todo el show, salvo para cantar claro - pero creo que no lo consiguió. La típica broma sobre lo bueno que está nuestro jamón y nuestro vino, la camiseta del Real Madrid, etc. Vamos…que no se calentó la cabeza. Realmente, en ocasiones, me dio esa triste sensación que se transmite cuando los músicos están ahí sin pasárselo bien, sino simplemente trabajando, echando "el jornal".
El resto de músicos no eran muy destacados, pero hacían bien su labor. De el bajista - Cliff Hugo - no puedo opinar por el sencilla razón de que no lo escuché. El guitarra solista - Carl Verheyen - intentó calcar los solos de Hodgson, los 2 cantantes intentaron cantar como Hodgson, o tocar guitarras y teclados mientras cantaban como lo hacía Hodgson. Sinceramente creo que no lo consiguieron. Por ahí estaba también el hijo del batería, Jesse C.Benberg - en apoyo de teclados, pasando también bastante desapercibido. Y un trompetista que también cumplió con su papel, sin destacar demasiado, salvo en los arreglos de trompeta con sordina en “Poor boy”.
Rick Davies para sustituir a su antiguo socio Roger Hodgson necesita a 4 músicos. Debería mirarse eso.
En definitiva, para que seguir haciendo leña del árbol caído. Estos Supertramp no son aquellos con los que yo soñaba a mis tiernos 14 años. Han perdido la fuerza y, lo que es más importante, han perdido a Hodgson. Si algún día se reconcilian, volveré a asistir a un directo de ellos. Si no, dudo mucho que tropiece más veces en esta piedra.
Una tarde sin banda sonora
Que me perdonen los aficionados al teatro, porque seguramente voy a meterme en "camisa de once varas", pero como ya me he acostumbrado a escribir sobre los espectáculos a los que asisto, y en esta ocasión se trataba de una representación de la famosa obra de Arthur Miller, al menos voy a dar mi opinión, aunque reconociendo que me muevo en terrenos pantanosos y desconocidos para mi, a nivel técnico sobre todo. Dicho esto, y esperando que los expertos sean indulgentes, ahí va mi opinión.
La invitación a acudir a esta representación vino de parte de mi hermana que además de vivir en Madrid desde hace unos añitos, resulta que sí que es un verdadera aficionada - y a veces más que eso, pasando a la práctica - a este noble arte de la interpretación. Me llamó unos días antes de mi partida hacia Madrid para comentarme que tenia intención de ir a ver dicha obra con otros amigos y con el típico "¿te apuntas?". Casualmente cuando me dijo de que obra se trataba, recordé que ya había visto yo una noticia sobre ella en un telediario reciente, y que me llamó la atención, por la juventud del director, Claudio Tolcachir, un argentino que ya había tenido otro gran éxito en Madrid, y también por algunos de los actores, como Carlos Hipólito, Gloria Muñoz, Manuela Velasco y, sobre todo, por el mas mediático Fran Perea. Y, como no podía ser de otra manera, me apunté.
De entrada tengo que reconocer que al no estar acostumbrado a asistir en demasía al teatro - en Almería tampoco vienen tantas compañías y, caso de venir, siempre hay algún concierto que me interesa más - tiendo a impresionarme con más facilidad que los que acuden asiduamente. Ver y escuchar a un actor en directo tiene un encanto especial que no existe en el cine ni la televisión, y por tanto , suele gustarme casi todo lo que veo. Buena boca teatral, se llamaría esto.
El argumento de la obra me pareció muy interesante, planteando algunos dilemas éticos y morales entre los personajes, y que podrían extrapolarse a muchas situaciones reales. Un viejo empresario, en la América de los 50, tiene que cargar con la sospecha de una turbia venta de material defectuoso que ocasionó una desgracia aerea, y que además llevó a la cárcel a su socio. Para complicar las cosas, uno de sus hijos desaparece en combate, su esposa se niega a aceptar su muerte, y su otro hijo está enamorado de la novia de su hermano muerto, que para mas "inri" es hija de su ex socio – que está a punto de ser excarcelado - . La obra comienza cuando el hijo invita a casa a la antigua novia de su hermano, para proponerle matrimonio.
Argumento interesante, complejo, pero nada enrevesado, con unos personajes creo que muy bien construidos, y con algunas pinceladas de humor para relajar el ambiente de vez en cuando.
En fin, no voy a descubrir yo a Arthur Miller ahora, claro. Es uno de los más importantes dramaturgos del Norteamérica, y por algo será.
Respecto a las interpretaciones, creo que Carlos Hipólito está realmente bien - siempre y cuando uno no cierre los ojos y crea que está escuchando al niño de "Cuentame". Cosas de la televisión. La actriz Gloria Muñoz, en el papel de su esposa también creo que lo borda. Sin embargo la pareja joven, Manuela Velasco y Fran Perea, no me parecieron tan convincentes, dentro de que creo que no lo hicieron nada mal. Lógicamente, se ve que en esto del teatro, más que en otras cosas, la veteranía es un grado.
La escenografía era sobria, pero magnifica para lograr meternos en la historia. A la izquierda un trozo de la vivienda de los protagonistas con la puerta que da al jardín, donde transcurre prácticamente toda la acción, y por el que van pasando todos los personajes. Al fondo una arboleda muy bien simulada. Y poco más. Suficiente, ya que la fuerza de la obra estaba en los diálogos.
Total, que creo que fue un acierto asistir a la obra, no todo en la vida puede ser música. De hecho...precisamente algo que me llamó la atención es que...prácticamente no se escuchó música de fondo en el montaje. A veces las palabras tienen tanta fuerza que acompañarlas con una melodía se hace totalmente innecesario.
Se desborda el Rio de la Plata
Con septiembre llega la vuelta al cole, las colecciones en los kioscos, los propósitos de aquí a fin de año...y, en mi caso, vuelven los viajes a la capital con la loable intención de seguir acumulando conocimientos a nivel profesional. Pero, como es costumbre también en mí, no suelo desaprovechar la ocasión para pasearme por el Madrid cultural, mayoritariamente musical aunque, como veréis, tampoco hago ascos a otras opciones igual de interesantes.
En este caso reconozco que pensé que me vendría bien un poco del fresquito que suele llegar por esos lares en cuanto el verano llega a su fin, pero me equivoqué: posiblemente he pasado más calor que si hubiese estado en Almería, que ya es decir. Nada es perfecto, y dejaremos para otra ocasión el disfrute que para un sureño supone pasar un poquito de frio de vez en cuando.
A lo que voy, el mismo lunes por la mañana ya cogí ese rápido TALGO mañanero del que todos los almerienses "disfrutamos", ese con el que nuestro ya famoso cómico Pepe Céspedes bromea con eso de "salgo de Almería a las 7 de la mañana y...llego a las 2 ¡¡¡¿A ver qué hago yo ahora con tanto tiempo por delante en Madrid???¡¡¡". Sarcasmos aparte, reconozco que el viaje por la mañana no se hace tan pesado, y me permitió asistir a un pequeño curso esa tarde (uno extra al que me habían convocado a última hora) y poder asistir esa noche a la actuación del Café Central, lo cual era más interesante para mí.
La actuación del Central era una de mis prioridades en mi agenda cultural de la semana, puesto que el pianista del cuarteto que actuaba era ni más ni menos que el gran José Reinoso, uruguayo afincado en España desde hace ya algunos años, y que tuve la suerte de ver en Almería hace un par de años con el cuarteto Arguy, de Carlos Carli. Además he escuchado varias grabaciones suyas, y por tanto sabía muy bien que, en lo que a piano se refiere, iba a disfrutar mucho escuchándolo.
Sin embargo no conocía al resto de la banda, empezando por su líder, el trompetista argentino Guillermo Calliero, que además presentaba su trabajo "Barcelona Hora Cero".
A las 21:00 horas ya estaba yo sentadito en primera fila en el Central, justo al lado de la banqueta del pianista, haciéndome la ilusión de que...en caso de desfallecimiento de Reinoso, podría yo echarle una mano. Nada más lejos, porque a este hombre habría "que echarle un galgo" para tocar con su maestría y virtuosismo. Bueno, como soñar no cuesta, mientras cenaba eso era lo que yo pensaba.
Con la puntualidad que caracteriza al Central, a las diez de la noche comenzó un verdadero festival de buen jazz, en el que se mezclaban el mas puro bop y hard-bop, con ciertos aires tradicionales porteños que no eran de extrañar dada la procedencia de varios de los músicos. Los aires de tango estaban por ahí presentes cada vez que te descuidabas.
Siguieron con "La nochera", una mezcla entre samba tradicional y "groove", y para calmar y templar me sorprendieron con uno de mis temas favoritos de Ivan Lins: "Bilhete". Tema de una compleja armonía que dificulta enormemente cualquier improvisación, pero que a músicos como estos no asusta lo más mínimo.
Cerraron el primer pase con el tema de Piazzola "Buenos Aires Hora cero" y me dejaron literalmente pegado a mi asiento. !!!Cualquiera se movía de allí¡¡¡
La segunda parte la iniciaron trompeta y piano a solas, con un tema de Gardel, de conocida melodía, pero que no puedo recordar su título - o quizás no lo dijeron - y siguiendo con la mezcla jazz-tradicional atacaron una melodía que me fascina: "Arenosa", original de Mercedes Sosal, pero que yo ya había escuchado adaptada al jazz en otras ocasiones. sin ir más lejos, el mismo Reinoso interpreta otra versión en su disco a dúo con Antonio Serrano "Zamba nueva"
Acabaron con un tema llamado "Montevideo" y con una maravillosa versión de "El día que me quieras", donde Guillermo nos deleitó con la trompeta hasta límites insospechados.
Como bis, nos regalaron con un tema de José Reinoso llamado "Marcelo´s blues".
Si el repertorio fue variado e interesante, que decir de los ejecutantes: Guillermo Calliero me pareció un fantástico trompetista, imaginativo y con todo tipo de recursos, pero sensible y sin aprovechar la potencia de su instrumento para impresionar, sino, bien al contrario, sacándole partido con mucho sentido.
Reinoso, como ya comenté al principio, se trata de uno de mis pianistas favoritos. Posee una gran técnica, y consigue que todo lo que toca suene interesante, tanto a nivel de acompañamiento como en sus solos. Toda una referencia para cualquier pianista. El pasado verano pude verlo – en los conciertos que La 2 emite a altas horas de la madrugada - con la banda de Sole Gimenez (la ex-Presuntos implicados) y puedo asegurar que subía el nivel general de la banda, que por otro lado era bastante buena.
La sección rítmica, desconocidos ambos para mi, realizaron también un fantástico trabajo. El bajista Martín Laportilla acompañó de forma impecable y nos mostró con un par de solos que también sabia de que iba la cosa, Lástima que no tocase el contrabajo, no sé si porque no se terció así...o porque es bajista eléctrico habitualmente, porque creo que la música que hacían se adaptaba mas la versión acústica del instrumento.
El batería venezolano Juan Pablo Berbin era todo energía. Técnicamente muy bueno, pero destacaba la gran pegada que poseía. Fantásticos algunos momentos logrados entre él y Reinoso: pequeños duelos piano-batería en los que nos dejaban sin respiración. Para mi gusto en algunos momentos tocó demasiado fuerte, máxime cuando el piano no estaba amplificado, de forma que en ocasiones - y os recuerdo que yo me encontraba justo al lado del piano - me costaba escucharlo.
En definitiva, y ya creo que he usado esta frase en muchas ocasiones en este blog, una magnífica noche de música en el Central. ¡¡¡ Y que nos dure !!!. En estos tiempos, más que en cualquier otro momento, todavía parece más complicado mantener un local como este, con esta calidad en su oferta, y programando jazz en directo sin interrupción, de lunes a domingo. Hasta en una capital como Madrid esto ya empieza a ser un lujo, al alcance de todo aquel que sepa llegar a este rincón en la Plaza del Ángel. Buen comienzo de semana, la verdad.
Para el día siguiente tenía previsto sustituir las artes musicales por las escénicas, y como veréis tampoco me fue nada mal.
sábado, 21 de agosto de 2010
Fusión junto al mediterráneo
La noche acompañaba, fresca - dentro de lo fresca que puede ser una noche de agosto en Almería – con una leve brisa que subía del cercano mediterráneo y una luna que alumbraba lo justito. Aparcamos en el improvisado e irregular “parking” – por llamarlo de alguna forma - de la Jaima de Costacabana, a tientas, porque las luces allí brillan por su ausencia. Nos encontramos con Diego Cruz y María Miras – organizadora del evento – y junto a nosotros aparca otro coche, del que se baja Juan “El Camborio”, que acudía también como espectador. Comencé a intuir que la noche iba a dar mucho de sí.
Acudíamos a la reunión de dos artistas: el guitarrista Josemi Carmona (uno de los miembros de Ketama) y el cantante almeriense Diego Cruz. Cuando músicos de gran calidad como los que cito coinciden en un escenario, nada malo puede salir de ahí.
Y la jaima llena a reventar. Nadie quería perderse “el encuentro”.
Junto a lo flamenco de la guitarra de Carmona y al “soul” que la garganta de Diego Cruz lleva prácticamente tatuado, estaba también la sabiduría y el virtuosismo del guitarrista almeriense, pero universal ya, Paco Rivas, que realizó la importante labor de ser el nexo que hacía posible la unión entre esos dos mundos que son, por un lado , el flamenco, y por otro el jazz, el blues y el soul. Completándolo todo, y para que ritmo no faltase, el percusionista Moisés Santiago aportaba su cajón flamenco.
El repertorio, por lógica, también debía de ser heterogéneo, como las personalidades musicales que se reunían allí, y para dejar claro de que iba la cosa, eligieron para comenzar lo que ya se ha transformado en un himno del flamenco-jazz: “Spain” de Chick Corea.
Escuchamos algunos de los temas clásicos del repertorio de Diego Cruz, como la versión aflamencada del famoso tema de Ellington “Caravan”, una intima y maravillosa “Yesterday”, a solas con la guitarra de Paco Rivas, un “Georgia on my mind” por bulerías –¡¡¡ si Ray Charles levantara la cabeza !!! – y el clásico de Horace Silver “Song for my father”.
Por parte de Josemi Carmona, además de algún tema instrumental de factura propia, era natural recordar algunos temas de Ketama que tanta popularidad le han dado, así que en su guitarra y en la voz de Diego Cruz sonó en primer lugar el tema ”Problema”.
Como espectador de lujo, dos mesas mas allá de la nuestra, nuestro internacional guitarrista José Fernandez Torres “Tomatito”, seguía la jugada atentamente, y aunque él se limitó a disfrutar de la noche, su hijo – Jose Fernandez, también – fue invitado a subir al escenario y nos dejó claro que la sangre del “Tomate” corre por sus venas.
Otro momento especial de la noche: dúo de guitarras. Paco y Josemi tocando una versión de la emotiva “El emigrante”
Más adelante, y con la incorporación al escenario de otro de los fantásticos músicos que figuraban entre el público, el cubano Luis Barbería - que nos encandiló con sus habilidades de percusión vocal, así como con sus magníficas segundas voces -, sonó “Flor de lis”, precioso tema del grande de la música brasileña Djavan, cuya versión en castellano también supuso un gran éxito para la carrera de Ketama.
Y finalmente, para interpretar el no menos famoso “Se dejaba llevar”, además de Barbería, fue también invitado otro miembro de la familia Carmona y , a la sazón, co-fundador de Ketama: Juan Carmona “Camborio”, así como su mujer Mari Carmen en las voces. Siete músicos sobre el pequeño escenario de la jaima, deleitándonos con esa pegadiza melodía del “se dejaba llevar por ti”.
Diego lo dio todo con su voz, alcanzando notas imposibles, jugando con las melodías y no había más que mirar su cara para notar que reflejaba su felicidad interior. No era para menos, porque tanto Paco Rivas- que ejecutó magníficos solos, con esa coctelera musical que pocos músicos poseen – como la guitarra flamenca de Josemi Carmona, y el cajón de Moi, hicieron que su voz brillase más que nunca.
Allí sentado junto a mi amigo Chipo, que tampoco quiso perderse el evento, con la cervecita en la mano, la brisa marina acariciándonos y lo que estaba ocurriendo bajo las intimas luces del escenario, no tuve más remedio que pensar “¡¡ Que privilegio estar aquí esta noche !!”.
domingo, 20 de junio de 2010
Homenaje a The Doors: Humo, sudor y buen rock´n´roll
Tras el concierto del día anterior, con la banda de Al Di Meola dejándonos a todos los asistentes totalmente estupefactos, el sábado se presentaba con una oferta completamente distinta, aunque también muy interesante.
Hace unos meses, charlando con el buen guitarrista almeriense
Antonio Verdegay, en uno de los conciertos del grupo "Malas compañias", este me puso sobre aviso de que formaba parte de un proyecto en preparación de una banda que realizarían un homenaje a "The Doors". Inmediatamente pensé en que "The Doors" era - y sigue siendo - el grupo favorito de mi hija mayor - y, quizás de tanto "machacarle" el oído su hermana - también ya de mi hija menor, por lo que me prometí a mi mismo estar al tanto de esa información en fechas venideras, por que podría estar bien un "concierto en familia".
Y resulta que gracias a este fenómeno tan curioso - y útil en muchas ocasiones - de la redes sociales, la pasada semana me llega una invitación de Facebook al concierto "Homenaje a The Doors" en La Cueva, conocido local almeriense que goza del prestigio de ser el punto de reunión de la gran mayoría de los muchos músicos de la capital.
Por otro lado, aparte de esta motivación "familiar", también reconozco la expresión "Homenaje a..." siempre despierta mi atención. Ya lo he comentado en anteriores ocasiones, y lo repito, cuando un grupo realiza un homenaje o "cover" de otra banda - o artista - me merece todos mis respetos, y siempre hay que dar una oportunidad para ver lo que muestran, con la esperanza de que esos músicos hayan realizado un trabajo serio de estudio y ejecución de la obra de otros artistas anteriores a ellos. No es mas que lo que hacen los músicos clásicos cuando interpretan obras de Bach, Bethooveen o Liszt: interpretan algo ya compuesto, tratando de hacerlo con sentimiento y honradez. En el caso del rock también puede hacerse, lo que pasa es que sustituimos esos excelsos nombres antes citados por otros no menos respetables como Queen, The Beatles o, como en este caso, The Doors.
La "papeleta" que tenia por delante esta banda - cuyo nombre, ahora que caigo, no conozco...o no lo tienen - no era nada sencilla, porque interpretar los temas de la banda de Morrison son palabras mayores.
Aunque nunca tuve demasiada afición a esta banda cuando era joven - no puede uno estar en todo - haciendo memoria - aprovecharé mientras me siga funcionando tan bien para estos temas musicales - resulta que en mi adolescencia si que me compré un disco de vinilo de ellos: "The soft parade". Reconozco que durante años formó parte de mi discoteca particular pero sin ser de mis discos favoritos, ya que mis preferencias por aquella época se inclinaban mas al rock progresivo y sinfónico, con grupos como Genesis, Yes, Camel o King Crimson y mas tarde, cuando di "el salto" pasé directamente al jazz, dejando un poco de lado muchos grupos interesantes de finales de los 60 y principios de los 70 como Cream, Allman Brothers o la banda que nos ocupa, The Doors. Esto no quiere decir que nunca los haya escuchado, pero si que no tengo un profundo conocimiento de su discografía, cosa que estoy tratando de remediar poco a poco.
Pues, dicho esto, llegamos a la noche de la presentación. El lugar, La Cueva, y haciendo honor a su nombre, las noches de concierto su sótano se transforma en un garito abarrotado de humos, olores - mas o menos agradables - y cervezas. Como debe ser, por otra parte. Echándole valor para atravesar el ya numeroso gentío que llenaba el sótano, logramos mis dos retoños y yo colocarnos bastante cerca del escenario, algo esquinados - debía de ser mi sino este fin de semana - pero en buena posición para disfrutar de los decibelios necesarios en un buen concierto de rock.
La banda - seguiré llamándola así, salvo que me saquen del error de que no tiene aún nombre - estaba compuesta por varias caras bien conocidas para mi, y otras no tanto.
Comenzaré de mayor a menor, y no me refiero a la edad. En la batería, mister Antonio Díaz, para mi gusto el mas completo batería de rock que tenemos por aquí. He tenido la suerte de compartir algunos escenarios con el, ya que es el batería de nuestro grupo homenaje a Paul McCartney "Band on the run". Además también este año hemos coincidido en estudio durante la grabación del nuevo disco de Rosendo Alvarez, de cuya banda vamos a formar parte en breve para la presentación de dicho CD en directo. Vamos, que empuñando las baquetas sabia yo ya que había un valor tan seguro como los bonos del tesoro - o, con los tiempos que corren yo diría que más. Nada mas comenzar el concierto - y hasta el final - me corroboró que yo estaba en lo cierto. Impecable su trabajo en los tambores. Se nota que este es el estilo que mas le atrae, y su cara de felicidad anoche era comparable a la que pone cuando toca con otro de los mejores grupos de rock de Almeria: "La Raspa".
En la guitarra, Antonio Verdegay. Otra garantía. Yo lo he visto con el grupo homenaje a Sabina "Malas Compañias", y en algunos vídeos del homenaje a Pink Floyd, y no tenia que escuchar mas para saber que se trata de un buen guitarrista. En este caso, además, y como la ocasión se prestaba, también me ha demostrado que tiene "el blues" dentro, y que es un
excelente improvisador, al menos en lo que al rock se refiere. Grande su trabajo en el grupo.
En el bajo, otro conocido para los almerienses, Esteban Vargas, que también toca en bandas como "Malas compañias" o "La extraña enfermedad de Sarah Perkins". Como todos los bajistas, su trabajo es menos llamativo pero en ocasiones se trata del mas importante, pues si el bajista no es seguro y solvente, la banda no funciona, y muchas veces uno no sabe muy bien porque. Este no era el caso, porque Esteban realizó también un trabajo sólido e impecable en cada uno de los temas de la banda.
Y llegamos a los desconocidos, al menos para mi. El teclista, Angel Salazar, tenia por delante tambien una gran responsabilidad, ya que si el indiscutible líder de The Doors fue Jim Morrison, no es menos cierto que parte del sonido característico de la banda se debió al teclista Ray Manzarek, con sus órganos y pianos eléctricos. Aquí sinceramente tengo que hacer alguna crítica, pero siempre constructiva. A nivel de sonido, los teclados dejaron bastante que desear por dos motivos muy claros: en primer lugar el bajo volumen que salia de escenario y en segundo y mas importante, la baja calidad del teclado en si. No pude ver la marca, pero los sonidos dejaban mucho que desear. Lo primero se soluciona sencillamente dándole mas caña al canal de la mesa donde iba el teclado. Lo segundo ya cuesta unos cuantos euros mas, pero también tiene solución. No obstante, y en tan poco favorables condiciones, Angel logro crear el ambiente que los temas requerían.
Y llegamos a la pieza fundamental en esta banda: el cantante. Esto si que me inquietaba. Hay grupos donde el vocalista es secundario, o al menos, no tan importante - los mismos Pink Floyd, por ejemplo - pero en The Doors, si no hay un buen "Morrison" no hay nada que hacer. Miguel Moreno - aunque todos le llamaban Micky - tuvo la responsabilidad de cantar y recordarnos a Jim. Y, para mi gusto, lo consiguió. Le puso sobre todo fuerza y "feeling", aunque sin descuidar la entonación, que fue bastante aceptable. Digamos que se metió perfectamente en el papel, y nos hizo disfrutar a todos de ello.
Pues bien, esta banda hizo un recorrido cronológico por la legendaria - y, lamentablemente, escasa - discografia del grupo americano. Llegados a este punto, tengo que reconocer que aquí he contado con la ayuda de mis dos hijas. Paula, la mayor, por su conocimiento de la banda, y Marta, la menor, por su gran memoria. Ambas me han echado una mano a la hora de recordar el "setlist" de la noche.
Comenzaron con temas del primer disco "The Doors", como "Break on through" - creo que comenzaron con esta - la conocidisima y en su día controvertida "Light my fire" y "Alabama song" (esta última yo la recuerdo mucho mas en una curiosa versión de David Bowie que os recomiendo escuchar).
Del LP "Strange Days" sonaron "People are strange" y "Love me two times", del "Waiting for the sun" los temas "Love Street" y y la potente "Five to one".
De otro de sus clásicos "Morrison Hotel", dejaron caer temas como "Peace Frog" o el blues lento "The spy", y finalmente del ultimo disco "L.A. Woman" nos ofrecieron temas como "Love her madly", la también exitosa "Riders on the storm" -con efectos especiales de tormenta incluidos -, el blues "Car hiss by my windows", y para terminar, la que da título al disco "L.A.Woman".
Un buen recorrido por su discografía que imagino irán aumentando si el proyecto sigue adelante - comentaron un futuro concierto en el teatro Apolo de la capital, que espero no perderme - pero suficiente para un concierto de presentación.
Ante las reiteradas peticiones del "respetable" y dado que - cosas que pasan, lo se por experiencia - el repertorio se había agotado, como bis tuvieron que repetir el "Light my fire", y tampoco nos importó mucho, ya que realmente es lo que nos pedía el cuerpo. Cuerpo, por mi parte, bastante maltrecho ya después de casi tres horas de plantón, cerveza en mano, y con los ojos bastante enrojecidos por el abundante humo que invadía el local. Es lo que tiene la música en directo.
Tras el concierto, y mientras intentábamos "escapar" y respirar algo de aire puro, pude ir saludando a muchas caras conocidas que tampoco se perdieron el evento: otro magnifico guitarrista, Javi Maresca, el bajista Javi Dominguez ("El vecino"), el cantante Abelardo Navarro, el percusionista Jose Villodres, el flautista Pedro Caro, el gran melómano Nico, o el batería Tati Lopez. En fin, una buena representacion de la música almeriense que, como esta mandado, acuden a ver a sus colegas, y además se lo pasan "como los indios". ¿De eso se trata, no?
(Fotos by Paula García)