sábado, 21 de agosto de 2010

Fusión junto al mediterráneo

Josemi Carmona, Diego Cruz y Paco Rivas, viernes 20 de agosto e 2010, La Jaima de Costacabana (Almería)

La noche acompañaba, fresca - dentro de lo fresca que puede ser una noche de agosto en Almería – con una leve brisa que subía del cercano mediterráneo y una luna que alumbraba lo justito. Aparcamos en el improvisado e irregular “parking” – por llamarlo de alguna forma - de la Jaima de Costacabana, a tientas, porque las luces allí brillan por su ausencia. Nos encontramos con Diego Cruz y María Miras – organizadora del evento – y junto a nosotros aparca otro coche, del que se baja Juan “El Camborio”, que acudía también como espectador. Comencé a intuir que la noche iba a dar mucho de sí.

Acudíamos a la reunión de dos artistas: el guitarrista Josemi Carmona (uno de los miembros de Ketama) y el cantante almeriense Diego Cruz. Cuando músicos de gran calidad como los que cito coinciden en un escenario, nada malo puede salir de ahí.

Y la jaima llena a reventar. Nadie quería perderse “el encuentro”.

Junto a lo flamenco de la guitarra de Carmona y al “soul” que la garganta de Diego Cruz lleva prácticamente tatuado, estaba también la sabiduría y el virtuosismo del guitarrista almeriense, pero universal ya, Paco Rivas, que realizó la importante labor de ser el nexo que hacía posible la unión entre esos dos mundos que son, por un lado , el flamenco, y por otro el jazz, el blues y el soul. Completándolo todo, y para que ritmo no faltase, el percusionista Moisés Santiago aportaba su cajón flamenco.

El repertorio, por lógica, también debía de ser heterogéneo, como las personalidades musicales que se reunían allí, y para dejar claro de que iba la cosa, eligieron para comenzar lo que ya se ha transformado en un himno del flamenco-jazz: “Spain” de Chick Corea.

Escuchamos algunos de los temas clásicos del repertorio de Diego Cruz, como la versión aflamencada del famoso tema de EllingtonCaravan”, una intima y maravillosa “Yesterday”, a solas con la guitarra de Paco Rivas, un “Georgia on my mind” por bulerías –¡¡¡ si Ray Charles levantara la cabeza !!! – y el clásico de Horace SilverSong for my father”.

Por parte de Josemi Carmona, además de algún tema instrumental de factura propia, era natural recordar algunos temas de Ketama que tanta popularidad le han dado, así que en su guitarra y en la voz de Diego Cruz sonó en primer lugar el tema ”Problema”.

Como espectador de lujo, dos mesas mas allá de la nuestra, nuestro internacional guitarrista José Fernandez Torres “Tomatito”, seguía la jugada atentamente, y aunque él se limitó a disfrutar de la noche, su hijo – Jose Fernandez, también – fue invitado a subir al escenario y nos dejó claro que la sangre del “Tomate” corre por sus venas.

Otro momento especial de la noche: dúo de guitarras. Paco y Josemi tocando una versión de la emotiva “El emigrante”

Más adelante, y con la incorporación al escenario de otro de los fantásticos músicos que figuraban entre el público, el cubano Luis Barbería - que nos encandiló con sus habilidades de percusión vocal, así como con sus magníficas segundas voces -, sonó “Flor de lis”, precioso tema del grande de la música brasileña Djavan, cuya versión en castellano también supuso un gran éxito para la carrera de Ketama.

Y finalmente, para interpretar el no menos famoso “Se dejaba llevar”, además de Barbería, fue también invitado otro miembro de la familia Carmona y , a la sazón, co-fundador de Ketama: Juan CarmonaCamborio, así como su mujer Mari Carmen en las voces. Siete músicos sobre el pequeño escenario de la jaima, deleitándonos con esa pegadiza melodía del “se dejaba llevar por ti”.

Diego lo dio todo con su voz, alcanzando notas imposibles, jugando con las melodías y no había más que mirar su cara para notar que reflejaba su felicidad interior. No era para menos, porque tanto Paco Rivas- que ejecutó magníficos solos, con esa coctelera musical que pocos músicos poseen – como la guitarra flamenca de Josemi Carmona, y el cajón de Moi, hicieron que su voz brillase más que nunca.

Allí sentado junto a mi amigo Chipo, que tampoco quiso perderse el evento, con la cervecita en la mano, la brisa marina acariciándonos y lo que estaba ocurriendo bajo las intimas luces del escenario, no tuve más remedio que pensar “¡¡ Que privilegio estar aquí esta noche !!”.