sábado, 18 de julio de 2009

Madeleine Peyroux y Dee Dee Bridgewater, recordando a Lady Dayd

Madeleine Peyroux y Dee Dee Bridgewater, Polideportivo de Mendizorrotza (Vitoria), 17 de julio de 2009.

Y llegó la noche de las cantantes. La que yo temía, porque sobre el papel no me apetecia nada de nada.
Sobre todo por Madeleine Peyroux, que me perdone la chica, que no tengo nada contra ella. Pero es que me aburre soberanamente. Y además, parece que me persigue, porque es la tercera vez que la veo. La primera fué aqui mismo, en Vitoria, en el 2005, precediendo al loco de Jamie Cullum. En aquella ocasión no me aburrió tanto, el concierto fué corto, era la primera vez que la eschaba, y ademas despues me lo pasé tan bien con Cullum, que la olvidé rapido. La segunda fué en mi ciudad, Almería, hace un par de años en el festival de jazz, y ahí si que me aburrió bastante, aunque a su favor diré que de ese concierto salí con la idea de comprarme una melódica - cosa que hice - porque me gustó mucho ese sonido, que en pequeños momentos introducia su teclista.
Pero anoche, reconozco que no me apetecia nada tragarme otro concierto de ella.
Además, no se porque se empeñan en meter a esta chica en los festivales de jazz: con todos los respetos, ella canta canciones, pero no es cantante de jazz. Y canta bien, afina, tiene un timbre de voz que a veces se asemeja al de Billie Holliday...todo lo que se quiera, y sus músicos tocan instrumentos típicos del jazz, pero la unión de todo eso no es jazz. Bueno, desde que Jethro Tull ganaron un grammy por uno de sus discos como mejor banda de Heavy Metal, uno ya se lo espera todo.
Pues, efectivamente, no nos decepcionó - hablo en plural porque anoche tambien pudo venir mi mujer, que ya es mala suerte justo venir solo a este concierto - y nos volvió a aburrir un ratito.
Hizo muchas canciones de su ultimo CD, "Bare Bones", incluida la versión del famoso tema de Leonard Cohen "Dance me to the end of love". Al final de concierto se acercó un poco al jazz, haciendo un par de temas del repertorio de Billie Holliday, a quien, por cierto, estaba dedicada la noche.
Para colmo, cosa bastante inusual en el festival de Vitoria, hubo problemas con el sonido. O cierto sector del público parecia tenerlos, ya que ademas así lo manifestaron dirigiendose directamente a la artista, quejandose al parecer por un excesivo volumen del bajista. Debia de ser un problema existente en la parte derecha del pabellón, porque nosotros que estabajos situados en la zona izquierda no notamos nada raro. Pero vamos, que practicamente tuvo que interrumpirse el concierto, y hacer una "mini prueba" de sonido improvisada, para ajustar ese problemilla. En fin, pasa hasta en las mejores casas.

Tras el bocata, venía el plato fuerte de la noche: Dee Dee Bridgewater.
Esta si, es una verdadera cantante de jazz, y esta si que venia presentando su disco homenaje a la Holliday. Particularmente - vaya noche que llevaba - no me gusta mucho su voz, pero reconozco que es una cantante excelente. Su repertorio estuvo totalmente basado en temas de Billie Holliday, bien compuestos por ella o que eran típicos de su repertorio, como el estremecedor "Strange fruit", un animado "God bless the child" donde su saxofonista hizo las delicias del respetable o los clásicos standards "All of me", "Lady sings the blues" y "Lover man".
Sus músicos eran solventes. Me gustó muchisimo el pianista, Edsel Gomez, portorriqueño creo, que demostró virtuosismo y buen gusto en sus solos. La sección ritmica muy correcta, como debe ser cuando se acompaña a un cantante, y el saxofonista me gustó con el tenor, cuando cogia el alto, demasiadas estridencias para mi gusto.
Tambien hubo algun buen momento de "scat" por parte de la Bridgewater, ya casi al final del concierto. Lo que si que hizo fué no parar de hablar durante todo el concierto, cosa que se agradece. El problema es que los que no pillamos el 100% del ingles, nos perdemos algunas bromitas. Muy simpatica, muy entregada, y muy buena cantante y músico. Finalmente, reconozco que salí con buen sabor de boca del concierto. Si el caso es disfrutar, que para eso venimos a estas cosas. Aunque a veces me pongo algo crítico, eso no quiere decir que sufra durante el concierto - para eso...no iria - son cosas del dia siguiente, en el que uno tiende a racionalizar, pero en el momento de la música en directo, la magia que produce suele curarlo todo. Bueno, todo...menos el aburrimiento de la Peyroux :-)

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