sábado, 10 de mayo de 2008

Y el agua cayó sobre nosotros: Roger Waters en concierto

Una vez mas he conseguido engañar al tiempo, y cumplir con uno de esos sueños de adolescente, esos imposibles de cuando uno contaba con 15 años, y soñaba con estar en uno de esos estadios que solo veia por televisión (y pocas veces, solo cuando en la única cadena que se veia en mi ciudad decidian programar algo de rock) y sentir como debia ser esa sensacion de que le
vibrase a uno todo el cuerpo ante los poderosos sonidos de grupos como Pink Floyd.


Ya, ya!!! probablemente algún aguafiestas dirá 'pero ya no es lo mismo, esa música está pasada de moda, la psicodelia es algo arcaico, están para que los jubilen' y un largo etcetera de expresiones que ya son habituales cuando alguna "vieja gloria" de los 60 o 70 sigue insistiendo en hacer lo que mejor sabe: música. (Curiosamente, nunca se dice eso de un escritor, o de un pintor, pero si de un músico).


Pues lamento no estar de acuerdo con esas voces de la modernidad, y que supongo que tambien dirian lo mismo en los 70 sobre los Beatles o los Stones, o en los 60 sobre Charlie Parker o Duke Ellington. A estos yo les diría que se dejen de analizar y e descalificar a los músicos...y que simplemente los escuchen, y que disfruten de cada tipo de música y de lo que transmite,
sin importar cuando se compuso, o quien la toca (aunque ambas cosas son importantes).Menuda introducción para venir a decir que me lo pase "de puta madre" en el concierto de Roger Waters en Atarfe (Granada) el pasado 9 de mayo de este año del señor que es el 2008.¿Y que nos ofrecia el ya canoso y madurito Mr. Waters? (que cada vez se parece mas a Richard Gere, el jodido). Pues lo de siempre, lo que el inventó (junto con David Gilmour, Rick Wright y Nick Mason básicamente, y lo poco que queda de Syd Barrett), y con lo que no pocos adolescentes en los 70 y 80 pasamos tardes y noches (bueno, y hasta alguna mañana) alucinando y soñando con esos sonidos y ambientes, esa claridad y simpleza en las composiciones, y esa contundencia en la instrumentación, esas famosas "cortinas" de teclados, esos solos de guitarra que te elevaban a las nubes: el mas poderoso rock progresivo (o sinfónico, o como se le quiera llamar, que mas dá).Ni mas...ni menos.


Nada nuevo, pero todo lo que queriamos oir las mas de veinte mil personas que estabamos alli, dispuestos a pasarlo bien y a disfrutar de música, sonido, luces y efectos especiales. Y a quien no le guste, pos machote, no vayas, y punto.


El concierto se abrió con el legendario "In the flesh" (el tema con el que comenzaba "The Wall"), y sorprendentemente hubo un fallo en el sonido casi al final de la canción, que nos hizo ponernos nerviosillos, ademas de que sorprendidos porque algo fallase tras tal despliegue de medios que se intuia en el montaje. Al final, solo un par de minutos, en los que la banda, muy profesionalmente, siguió tocando con el sonido de monitores, en los que alguien debió pisar un cable que no debía.

Tras ese pequeño lapsus, Waters entono su "Mother", otro clásico de los Floyd, tambien de "The Wall", y poco a poco, en la primera parte del concierto, fué desgranando ese muestrario de canciones floydianas que estabamos deseando oir en directo: "Set the controls for the heart of the sun", que es el el último vestigio de su etapa psicodélica pero muy "modernizada", el
siempre impresionante extracto de "Shine on your crazy diamonds" (desde la parte I hasta la IV, creo), la nostálgica "Wish you were here", tema que en su dia dedicaron el inicial cerebro de Pink Floyd, Syd Barrett, el clásico "Have a Cigar", algunos temas de su carrera en solitario (no tan exitosa como con los Floyd) como Leaving Beirut, y de su última obra con Pink Floyd, "The Final Cut", como "The Fletcher Memorial Home".


A esas alturas, y como para hacer honor al apellido de tan ilustre visitante, rompió a llover en Atarfe. Y se vivió una de las escenas, para mi, mas fascinantes del concierto, pues arreciaba la lluvia, y comenzaba a sonar el tema "Sheeps", del tambien legendario "Animals", e hizo acto de presencia el famoso cerdo hinchable que ya era protagonista en la portada de aquel disco.


Y nos mojamos todos: los 20000 del público (los mas previsores llevabamos chubasquero, pero aún así...nos calamos un poquito) y el mismisimo cerdo, que se puso chorreando en su paseo por entre el respetable. Y así llegamos al descanso, y como por un milagro, la climatología o el mismisimo Waters (que en algo debe de hacer valer su apellido) decidió que ya nos habiamos mojado bastante. Y dejó de llover.


Con puntualidad británica, tras los 10 minutos que Roger prometió que tardarían en volver al escenario él y toda su banda, y con una luna que fué creciendo en la pantalla que habia tras el escenario, poco a poco...empezó la segunda parte, en la que asistimos a una fiel interpretación en directo de su ya épico album "Dark side of the moon" (La cara oculta de la luna, como todos los españoles hemos conocido siempre este disco).Se nota que saben lo que hacen, porque si la primera parte resultó entretenida y sorprendente, lo mejor se lo reservaron para la segunda, o esa es mi sensación, ya que durante los 40 minutos que creo que apróximadamente duró, lograron que me transportase en el tiempo, y disfrutase de una música de una belleza extrema. Ahi sonaron todos, desde los iniciales "Speak to me" y "Breathe" , el potente "On the run", el "Time" con todos los despertadores invadiendo el estadio y Waters imitando el tic tac del reloj con la cuerda aguda de su bajo, la maravillosa "The great gig in the sky" con una potente voz de una de las cantantes que llevaba en su coro (lo siento , pero no retuve el nombre) , el rítmicamente complejo "Money" (en 7/8 creo, ritmo bastánte atípico en el rock), la alucinante "Us and them" y el apoteosico final con "Any colour you like" , "Brain Damage" y "Eclipse". Vamos...el disco enterito, para disfrute del personal, sin faltarle ni una nota. Tengo que reconocer que los músicos de su banda tenian la lección bien aprendida (creo que llevan ya tiempo con el) y sonaban exactamente como los originales. Si, incluso a veces parecia estar allí el mismisimo David Gilmour,aunque puestos a soñar, yo hubiese querido que si que fuese el.


Y así se llegó al final, aunque...como es normal en estos casos, ante la insistencia del enfervorizado público, nos regalaron unos cuantos bises: el super célebre "Another brick in the wall, part 2" (sin coros infantiles, pero que ya nos encargamos de suplirlos los miles con garganta floja que estabamos allí), y enlazadas "Vera", "Bring the boys back home" y, como no, el final con uno de los temas mas alucinantes de Pink Floyd "Comfortably Numb".


¿Algún defecto? Vamos a poner alguno, para que no parezca que estoy a sueldo de Rogelio: su voz. Cada vez canta menos, y se apoya mas en su banda, tanto en las voces masculinas como en las femeninas. Pero tambien hay que reconocer que las voces unca fueron algo definitorio de Pink Floyd, y de hecho indistintamente estos temas los canta tambien Dave Gilmour, con la banda o en solitario, y lo hace igual de "bien". Así que, se le disculpa, porque ahi lo que primaba era lo instrumental.Por tanto, tal y como empezaba con esta crónica, satisfecho y feliz de haber pasado ese rato de reencuentro con la historia de la música, con "mi personal historia de la música", y un buen rato con algunos amigos (Miguel, que me acompañó en el viaje y lo disfrutó tanto como yo), los amigos de Alhama (Aurelio, Paco y compañia) con los que compartimos coñac y chubasqueros, e incluso con encuentro incluido con algún amigo de la adolescencia a quien hacia tiempo que no veia (¿ah que si, Pedro?). Todos fuimos felices un ratito gracias al dios del agua: Roger Waters.