sábado, 18 de septiembre de 2010

Abrituneitu…o pasion por Gina Lollobrigida

Tutto per Gina, 16 de septiembre de 2010, Teatro Alfil (Madrid)

Ya me hubiese fastidiado a mi marcharme de Madrid con el sabor amargo del decepcionante concierto de Supertramp. Todavía me quedaba una última noche, y lo que tenía previsto era algo, de entrada, incatalogable o, para que dar más vueltas: raro.
Se trataba de la obra "Tutto per Gina", interpretada por 4 individuos (Santiago Ibarretxe, Luismi Baladrón, Iñigo García y Daniel Llull) que se hacen llamar "Primital Bros". De donde salen estos "hermanos primitivos"?. Pues sobre todo de la mente de uno de los músicos más creativos, imaginativos y surrealistas que tenemos por este país, es decir, Santi Ibarretxe.
Por casualidad descubrí su disco "Primital" y reconozco que me enganchó inmediatamente. Es muy complicado definir que hace Ibarretxe, si digo que mezcla el jazz, con el funk, con la electrónica, con los juegos de voces y con el humor...posiblemente me quede corto. Mejor escuchad ese disco, y sacad conclusiones.
Pues bien, poco después mi buen amigo Antonio Gómez me comentó que Santi iba a colaborar en su disco "Aires de mar”, y de hecho lo hizo con una magnifica improvisación de saxo en el tema "In fraganti".
El caso es que le había perdido un poco la pista hasta que hace poco, precisamente en otro telediario - si es que hay que ver las noticias, mecachis - pude ver unos segundos de la obra que estaba representando en Madrid, junto a 3 actores más. Rápidamente hice las gestiones para conseguir entrada - nuevamente mi hermana me resulta de gran utilidad, además de que resulte ser un placer acudir con ella a todos estos espectáculos - y en un "pis-pas" ya teníamos las entradas reservadas.
Nuevamente, como me pasa con el disco "Primital", me va a resultar complicado contar lo que vimos. Cuatro tíos en un escenario bastante sobrio, con la ayuda solamente de 4 micrófonos inalámbricos - que casi ni se notan - y como es lógico de sus gargantas, sus cuerpos y su imaginación. Hora y media en la que mezclando la mímica con la música construyen una historia divertida, contada con un lenguaje extraño que, para que vamos a engañarnos, probablemente no entienden ni ellos. ¿Alguien sabe que significa, por ejemplo, abrituneitu?.
Me recordaron a "El tricicle" - es lógico, por la cuestión de la mímica - o en otras ocasiones a los geniales "Les Luthiers", pero no se me entienda mal: me los recordaron, pero no los imitaron. Estos hacen otra cosa, SU COSA. Juegan con ritmos, juegan con melodías, conocidas - por ahi sonaron sus versiones de temas de Beach boys, de Michael Jackson, melodias barrocas, rap, heavy, etc - o inventadas, juegan entre ellos, juegan en el público - que no puede parar de reír - en definitiva...JUEGAN. Sencillamente geniales, no puedo decir otra cosa.
Como postre, tras finalizar la obra, nos regalaron algunas interpretaciones "a capella" de temas como "Too much heaven" de los Bee Gees, con un Ibarretxe pletorico tanto humoristica como musicalmente - "You are the sunshine of my life" y "Isn´t she lovely" de Stevie Wonder, o la melodia del standard "Life will be a dream", que sonó como "leitmotiv" en toda la obra. Y como ultimo bis, un precioso tema casi sentados junto al público, a pie de escenario, demostrando todos sus habilidades vocales con más calma.
Porque durante toda la obra, además de cantar, no paran de actuar, de saltar y de gesticular, sin perder el ritmo, el tempo ni sus respectivos papeles vocales en ningún momento. No quiero pensar cuantas horas de ensayo requiere algo así.
Para completar, hasta me encantó el Teatro Alfil, pequeño y coquetón, con el bar dentro de la sala, lo que permite que puedas tomarte cualquier cosa mientras ves el espectáculo.
"Tutti per Gina" me dejó la mandíbula en ese lamentable estado en el que solo suelen dejarla Les Luthiers, y eso es mucho decir. Supongo que cuando acaben con sus representaciones en Madrid (si no estoy mal informado, han prorrogado en el Teatro Alfil hasta el 20 de noviembre), girarán por el resto de España (podrían hacerlo por cualquier ciudad del mundo, y los disfrutarían igual). Si tenéis ocasión, no os lo perdáis, porque es toda una experiencia ver a estos cuatro...o más bien cinco, si contamos a Gina, claro.

Los super-tramposos...o cuatro por uno

Supertramp, miercoles,15 de septiembre, Palacio de los deportes de la Comunidad de Madrid


He tenido que pensarme si escribía o no sobre el concierto de Supertramp. Por una parte el cuerpo me pide que de mi opinión sobre un concierto de una banda tan legendaria – que además yo tenía muchas ganas de ver en directo -, pero por otra tengo la costumbre de no escribir sobre algo si no me emociona lo suficiente y este es el caso. No obstante, como hay mucha gente que sabía que iría al concierto, y para evitarme contar lo "frio" que me dejaron más de una vez, me he decidido a escribirlo aquí. Así a quien me pregunte no tendré más que decirle "a mi blog me remito".
Supertramp. Palabras mayores. Con unos 13 o 14 años de edad descubrí yo a esta banda, justo cuando su celebérrimo "Give a little bit" los hizo mundialmente famosos. En la pequeña y provinciana Almería, un joven melómano como yo solo podía soñar con ver un directo de uno de estos grupos. Hablo de la época en la que los grandes grupos de rock o bien no pasaban por España - que era lo más normal - o solo iban a ciudades como Madrid y Barcelona. Añadamos a esto que, en ese hipotético caso, yo no tenía posibilidades de hacer un viaje con ese propósito - posiblemente mi padre me hubiese mirado con ojos de asombro, caso de planteárselo - pues la cuestión es que pensé que posiblemente nunca vería a los Supertramp - y tantos otros - en directo.
Pero los tiempos han ido cambiando, y a veces Mahoma (o sea...yo) va a la montaña (o sea...a Madrid), y otras...resulta que Mahoma (o sea...los grandes grupos)....me sorprenden y vienen a la montaña (o sea...a Almería). Cosas de la vida. En esta ocasión, resulta que coincidíamos en Madrid, así que me dije "Ramón, otra asignatura pendiente que vas a aprobar: ¡¡¡ por fin vas a ver a Supertramp!!!".
Hace un par de años tuve la suerte de ver Roger Hodgson, antiguo miembro y alma del grupo y, por ende , autor de sus mayores éxitos, recaló por Almería. Disfrute muchísimo de ese concierto (podeis leer mi crónica en http://mastritomusic.blogspot.com/2007/10/roger-hodgson-el-mago-de-las-melodas.html) , pero pensé que me quedaba por ver a la otra mitad del genial tándem compositivo: Rick Davies, que sigue al frente de la banda.
Pues bien, posiblemente hubo muchos factores para que saliese de allí tan decepcionado. Uno de ellos, la situación en el pabellón. Las entradas las compró mi hermana, que además tuvo el detalle de invitarme (buen regalo de cumpleaños, ¡¡¡ si señora!!!), y en su afán de que estuviésemos cómodos y bien situados, adquirió entradas de gradas en lugar de las de pista (a mi me suele gustar mas estar a pie de escenario). Resulto que no eran las que esperaba, y estábamos situados algo mas lejos del escenario de lo previsto.
No obstante, eso no hubiese sido determinante si no se hubiese juntado con la mala calidad de sonido. Sorprende que un grupo como este pueda sonar tan mal. Solamente se escuchaba con claridad la voz de Davies, algo a lo que supongo que los técnicos prestaron especial atención. En el otro extremo, y por poner un ejemplo, me dio la sensación de que no había bajista, y lo había, al menos por allí estaba danzando, con un bajo colgado. En lugar de un sonido claro de bajo, se escuchaba como una especie de zumbido o bola de sonido bastante deplorable. El resto de instrumentos, lógicamente, se vieron influenciados por esto, y tampoco se escuchaban de forma optima, incluido el piano acústico, sonorizado con un pésimo mal gusto. Para ese sonido, podían haber puesto un piano Casio de gama baja, y andando.
Dejando esto claro, paso al repertorio. Eso me lo esperaba, claro. Previsible, muy muy previsible. Pero es lo que todo el mundo quiere oír, claro, y lo acepto como parte del juego de la nostalgia. Empezaron con la suavona y nada sorprendente "You started laughing", tema que nunca grabaron en estudio y que yo escuché por primera vez en su el famoso "Paris". Nada más comenzar el tema un horrible acople enturbió aún más el espeso sonido que nos llegaba, que además carecía de la potencia suficiente llenar para un pabellón como ese, donde posiblemente estábamos unas 10000 almas.
Una a una fueron cayendo todos tus exitos: "Breakfast in america", "Logical Song", "It´s raining again", "Cannonball" - tema pesadísimo donde los haya - "Ain´t nobody but me" o "Goodbye stranger"
Especialmente me gustó escuchar a Davies solo al piano, con un sencillo, pero sentido, tema llamado "Downstream", del disco “Even in this quietest moments” y que en su día fue la cara B del single de "Give a little bit". Muchas veces la he tocado yo al piano, por el placer de hacerlo.
Sí que me sorprendió que tocasen "Poor boy”, porque creo que no suele estar en su repertorio habitual. Sin embargo, no me gusto nada la larga y pesada versión del "Another man´s woman", con una insulsa e interminable improvisación de piano de Davies. Como intuyendo el aburrimiento, a la derecha del escenario se colocó a un tipo en bañador bajo una sombrilla, imitando la portada de su famoso álbum “Crisis, what crisis”.
Sonaron también temas menos conocidos- los originales de Davies, precisamente - , pero de gran calidad, como "Bloody well right" - uno de los mejores temas de Supertramp, del que indudablemente es su mejor disco “Crime of the century”, el ya himno "From now on", "Rudy", con su típico video de trenes, o el particular blues-pop- "Put on your old brown shoes". Lógicamente, al tratarse de composiciones de Rick, son los que mejor suenan, ya que escuchamos la voz y piano originales que los concibieron.
Para terminar, y como bises, tan previsibles que mi hermana se sorprendió cuando se los "chivé" casi todos al oído antes de que los hiciesen: "School" - que sonó realmente blandita, sin la fuerza que ha hecho que esa canción siempre me pusiese los pelos de punta -, "Dreamer" – en versión reducida - y "Crime of century". No volvieron al escenario a saludar tras ellos. Supongo que ya habían “fichado la salida”.
De la banda original solo quedan tres miembros: El mencionado Davies, que es el compositor de la mitad de los temas, y al que yo siempre he respetado al mismo nivel que a su colega Hodgson. De hecho me parece que parte del encanto de los Supertramp de los 70 se debe también a su toque "bluesero" y sus teclados más cercanos al "rhytm´n´blues" que al pop. La unión de esas influencias con el genio melódico de Hodgson es lo que hizo que los primeros discos de la banda fueran sencillamente geniales.
Los otro dos “supervivientes” son el batería Bob. C. Benberg y el saxofonista y showman John Anthony Helliwell.
Benberg hizo su papel, con sus golpes contundentes y calcados a los que daba en cada correspondiente disco, y Helliwell intentó, como es habitual en él, animar un poco al publico – Davies no abre la boca en todo el show, salvo para cantar claro - pero creo que no lo consiguió. La típica broma sobre lo bueno que está nuestro jamón y nuestro vino, la camiseta del Real Madrid, etc. Vamos…que no se calentó la cabeza. Realmente, en ocasiones, me dio esa triste sensación que se transmite cuando los músicos están ahí sin pasárselo bien, sino simplemente trabajando, echando "el jornal".
El resto de músicos no eran muy destacados, pero hacían bien su labor. De el bajista - Cliff Hugo - no puedo opinar por el sencilla razón de que no lo escuché. El guitarra solista - Carl Verheyen - intentó calcar los solos de Hodgson, los 2 cantantes intentaron cantar como Hodgson, o tocar guitarras y teclados mientras cantaban como lo hacía Hodgson. Sinceramente creo que no lo consiguieron. Por ahí estaba también el hijo del batería, Jesse C.Benberg - en apoyo de teclados, pasando también bastante desapercibido. Y un trompetista que también cumplió con su papel, sin destacar demasiado, salvo en los arreglos de trompeta con sordina en “Poor boy”.
Rick Davies para sustituir a su antiguo socio Roger Hodgson necesita a 4 músicos. Debería mirarse eso.
En definitiva, para que seguir haciendo leña del árbol caído. Estos Supertramp no son aquellos con los que yo soñaba a mis tiernos 14 años. Han perdido la fuerza y, lo que es más importante, han perdido a Hodgson. Si algún día se reconcilian, volveré a asistir a un directo de ellos. Si no, dudo mucho que tropiece más veces en esta piedra.

Una tarde sin banda sonora

Todos eran mis hijos, de Arthur Miller, martes, 14 de septiembre de 2010 , Teatro Español (Madrid)

Que me perdonen los aficionados al teatro, porque seguramente voy a meterme en "camisa de once varas", pero como ya me he acostumbrado a escribir sobre los espectáculos a los que asisto, y en esta ocasión se trataba de una representación de la famosa obra de Arthur Miller, al menos voy a dar mi opinión, aunque reconociendo que me muevo en terrenos pantanosos y desconocidos para mi, a nivel técnico sobre todo. Dicho esto, y esperando que los expertos sean indulgentes, ahí va mi opinión.
La invitación a acudir a esta representación vino de parte de mi hermana que además de vivir en Madrid desde hace unos añitos, resulta que sí que es un verdadera aficionada - y a veces más que eso, pasando a la práctica - a este noble arte de la interpretación. Me llamó unos días antes de mi partida hacia Madrid para comentarme que tenia intención de ir a ver dicha obra con otros amigos y con el típico "¿te apuntas?". Casualmente cuando me dijo de que obra se trataba, recordé que ya había visto yo una noticia sobre ella en un telediario reciente, y que me llamó la atención, por la juventud del director, Claudio Tolcachir, un argentino que ya había tenido otro gran éxito en Madrid, y también por algunos de los actores, como Carlos Hipólito, Gloria Muñoz, Manuela Velasco y, sobre todo, por el mas mediático Fran Perea. Y, como no podía ser de otra manera, me apunté.
De entrada tengo que reconocer que al no estar acostumbrado a asistir en demasía al teatro - en Almería tampoco vienen tantas compañías y, caso de venir, siempre hay algún concierto que me interesa más - tiendo a impresionarme con más facilidad que los que acuden asiduamente. Ver y escuchar a un actor en directo tiene un encanto especial que no existe en el cine ni la televisión, y por tanto , suele gustarme casi todo lo que veo. Buena boca teatral, se llamaría esto.
El argumento de la obra me pareció muy interesante, planteando algunos dilemas éticos y morales entre los personajes, y que podrían extrapolarse a muchas situaciones reales. Un viejo empresario, en la América de los 50, tiene que cargar con la sospecha de una turbia venta de material defectuoso que ocasionó una desgracia aerea, y que además llevó a la cárcel a su socio. Para complicar las cosas, uno de sus hijos desaparece en combate, su esposa se niega a aceptar su muerte, y su otro hijo está enamorado de la novia de su hermano muerto, que para mas "inri" es hija de su ex socio – que está a punto de ser excarcelado - . La obra comienza cuando el hijo invita a casa a la antigua novia de su hermano, para proponerle matrimonio.
Argumento interesante, complejo, pero nada enrevesado, con unos personajes creo que muy bien construidos, y con algunas pinceladas de humor para relajar el ambiente de vez en cuando.
En fin, no voy a descubrir yo a Arthur Miller ahora, claro. Es uno de los más importantes dramaturgos del Norteamérica, y por algo será.
Respecto a las interpretaciones, creo que Carlos Hipólito está realmente bien - siempre y cuando uno no cierre los ojos y crea que está escuchando al niño de "Cuentame". Cosas de la televisión. La actriz Gloria Muñoz, en el papel de su esposa también creo que lo borda. Sin embargo la pareja joven, Manuela Velasco y Fran Perea, no me parecieron tan convincentes, dentro de que creo que no lo hicieron nada mal. Lógicamente, se ve que en esto del teatro, más que en otras cosas, la veteranía es un grado.
La escenografía era sobria, pero magnifica para lograr meternos en la historia. A la izquierda un trozo de la vivienda de los protagonistas con la puerta que da al jardín, donde transcurre prácticamente toda la acción, y por el que van pasando todos los personajes. Al fondo una arboleda muy bien simulada. Y poco más. Suficiente, ya que la fuerza de la obra estaba en los diálogos.
Total, que creo que fue un acierto asistir a la obra, no todo en la vida puede ser música. De hecho...precisamente algo que me llamó la atención es que...prácticamente no se escuchó música de fondo en el montaje. A veces las palabras tienen tanta fuerza que acompañarlas con una melodía se hace totalmente innecesario.

Se desborda el Rio de la Plata

Guillermo Calliero Cuarteto, lunes 13 de septiembre de 2010, Café Central (Madrid),

Con septiembre llega la vuelta al cole, las colecciones en los kioscos, los propósitos de aquí a fin de año...y, en mi caso, vuelven los viajes a la capital con la loable intención de seguir acumulando conocimientos a nivel profesional. Pero, como es costumbre también en mí, no suelo desaprovechar la ocasión para pasearme por el Madrid cultural, mayoritariamente musical aunque, como veréis, tampoco hago ascos a otras opciones igual de interesantes.

En este caso reconozco que pensé que me vendría bien un poco del fresquito que suele llegar por esos lares en cuanto el verano llega a su fin, pero me equivoqué: posiblemente he pasado más calor que si hubiese estado en Almería, que ya es decir. Nada es perfecto, y dejaremos para otra ocasión el disfrute que para un sureño supone pasar un poquito de frio de vez en cuando.

A lo que voy, el mismo lunes por la mañana ya cogí ese rápido TALGO mañanero del que todos los almerienses "disfrutamos", ese con el que nuestro ya famoso cómico Pepe Céspedes bromea con eso de "salgo de Almería a las 7 de la mañana y...llego a las 2 ¡¡¡¿A ver qué hago yo ahora con tanto tiempo por delante en Madrid???¡¡¡". Sarcasmos aparte, reconozco que el viaje por la mañana no se hace tan pesado, y me permitió asistir a un pequeño curso esa tarde (uno extra al que me habían convocado a última hora) y poder asistir esa noche a la actuación del Café Central, lo cual era más interesante para mí.

La actuación del Central era una de mis prioridades en mi agenda cultural de la semana, puesto que el pianista del cuarteto que actuaba era ni más ni menos que el gran José Reinoso, uruguayo afincado en España desde hace ya algunos años, y que tuve la suerte de ver en Almería hace un par de años con el cuarteto Arguy, de Carlos Carli. Además he escuchado varias grabaciones suyas, y por tanto sabía muy bien que, en lo que a piano se refiere, iba a disfrutar mucho escuchándolo.

Sin embargo no conocía al resto de la banda, empezando por su líder, el trompetista argentino Guillermo Calliero, que además presentaba su trabajo "Barcelona Hora Cero".

A las 21:00 horas ya estaba yo sentadito en primera fila en el Central, justo al lado de la banqueta del pianista, haciéndome la ilusión de que...en caso de desfallecimiento de Reinoso, podría yo echarle una mano. Nada más lejos, porque a este hombre habría "que echarle un galgo" para tocar con su maestría y virtuosismo. Bueno, como soñar no cuesta, mientras cenaba eso era lo que yo pensaba.

Con la puntualidad que caracteriza al Central, a las diez de la noche comenzó un verdadero festival de buen jazz, en el que se mezclaban el mas puro bop y hard-bop, con ciertos aires tradicionales porteños que no eran de extrañar dada la procedencia de varios de los músicos. Los aires de tango estaban por ahí presentes cada vez que te descuidabas.

"Barcelona hora cero" fue su obertura, dejando claro que presentaban ese trabajo, y también dejando claro que íbamos a disfrutar. Tema potente desde la primera nota, que constataba que no necesitan demasiado calentamiento para extasiarnos.

Siguieron con "La nochera", una mezcla entre samba tradicional y "groove", y para calmar y templar me sorprendieron con uno de mis temas favoritos de Ivan Lins: "Bilhete". Tema de una compleja armonía que dificulta enormemente cualquier improvisación, pero que a músicos como estos no asusta lo más mínimo.

Cerraron el primer pase con el tema de Piazzola "Buenos Aires Hora cero" y me dejaron literalmente pegado a mi asiento. !!!Cualquiera se movía de allí¡¡¡

La segunda parte la iniciaron trompeta y piano a solas, con un tema de Gardel, de conocida melodía, pero que no puedo recordar su título - o quizás no lo dijeron - y siguiendo con la mezcla jazz-tradicional atacaron una melodía que me fascina: "Arenosa", original de Mercedes Sosal, pero que yo ya había escuchado adaptada al jazz en otras ocasiones. sin ir más lejos, el mismo Reinoso interpreta otra versión en su disco a dúo con Antonio Serrano "Zamba nueva"

Acabaron con un tema llamado "Montevideo" y con una maravillosa versión de "El día que me quieras", donde Guillermo nos deleitó con la trompeta hasta límites insospechados.

Como bis, nos regalaron con un tema de José Reinoso llamado "Marcelo´s blues".

Si el repertorio fue variado e interesante, que decir de los ejecutantes: Guillermo Calliero me pareció un fantástico trompetista, imaginativo y con todo tipo de recursos, pero sensible y sin aprovechar la potencia de su instrumento para impresionar, sino, bien al contrario, sacándole partido con mucho sentido.

Reinoso, como ya comenté al principio, se trata de uno de mis pianistas favoritos. Posee una gran técnica, y consigue que todo lo que toca suene interesante, tanto a nivel de acompañamiento como en sus solos. Toda una referencia para cualquier pianista. El pasado verano pude verlo – en los conciertos que La 2 emite a altas horas de la madrugada - con la banda de Sole Gimenez (la ex-Presuntos implicados) y puedo asegurar que subía el nivel general de la banda, que por otro lado era bastante buena.

La sección rítmica, desconocidos ambos para mi, realizaron también un fantástico trabajo. El bajista Martín Laportilla acompañó de forma impecable y nos mostró con un par de solos que también sabia de que iba la cosa, Lástima que no tocase el contrabajo, no sé si porque no se terció así...o porque es bajista eléctrico habitualmente, porque creo que la música que hacían se adaptaba mas la versión acústica del instrumento.

El batería venezolano Juan Pablo Berbin era todo energía. Técnicamente muy bueno, pero destacaba la gran pegada que poseía. Fantásticos algunos momentos logrados entre él y Reinoso: pequeños duelos piano-batería en los que nos dejaban sin respiración. Para mi gusto en algunos momentos tocó demasiado fuerte, máxime cuando el piano no estaba amplificado, de forma que en ocasiones - y os recuerdo que yo me encontraba justo al lado del piano - me costaba escucharlo.

En definitiva, y ya creo que he usado esta frase en muchas ocasiones en este blog, una magnífica noche de música en el Central. ¡¡¡ Y que nos dure !!!. En estos tiempos, más que en cualquier otro momento, todavía parece más complicado mantener un local como este, con esta calidad en su oferta, y programando jazz en directo sin interrupción, de lunes a domingo. Hasta en una capital como Madrid esto ya empieza a ser un lujo, al alcance de todo aquel que sepa llegar a este rincón en la Plaza del Ángel. Buen comienzo de semana, la verdad.

Para el día siguiente tenía previsto sustituir las artes musicales por las escénicas, y como veréis tampoco me fue nada mal.