sábado, 18 de octubre de 2014

Leiva, o el pecado de ser popular

Vaya, pues resulta que, a mi edad, no dejo de sorprenderme con esto de la música. Ahí esta lo bueno ¿no?. Esta historia empieza hace tres o cuatro días, cuando me encuentro por algún lado el cartel de Leiva que anuncia un actuación suya en mi ciudad. Consumidor de música las 24 horas del día, o casi, sin saber muy bien que tipo de canciones hace este zagal, y con un desconocimiento casi absoluto - después he visto que no tanto, porque algunos temas me sonaban vagamente - sobre su grupo matriz, Pereza, decidí que me apetecía concierto en directo el viernes por la noche, y con las mismas me encaminé a comprar las entradas. Todo lo decide en escasos quince o veinte minutos, os lo aseguro.
Portada del último disco
de Leiva: "Pólvora"
Pero resulta que en los tres días que han transcurrido entre mi aparentemente irracional decisión y el concierto han pasado cosas, si. No sabia yo que iba a dar tanto de sí mi decisión.
Creo que ya he explicado otras veces que una vez decido ir a un concierto, puede sonar raro para mucha gente, pero yo me lo tomo cual examen de oposiciones: me lo preparo. ¿Para que? Pues muy sencillo, para disfrutarlo al máximo. Ya son muchas "horas de vuelo" y se con certeza que si acudes a ver a un artista en directo, y no sabes muy bien que te va a ofrecer, es difícil que disfrutes al máximo. Hay excepciones, como siempre, y alguna vez he ido a un concierto sin saber a que iba, y he salido sorprendido y encantado. Cuando digo "preparar el concierto" no me refiero a buscar mas conciertos de ese artista por internet y zampármelos todos antes "sin ton ni son", sino de intentar conocer bien el disco que presenta, informarme de que temas esta tocando en la gira actual, buscar información sobre los músicos que tocan, etc. Ya os digo, como si tuviese que examinarme, con la diferencia de que para mi esos exámenes son un verdadero placer para los sentidos, y los encaro siempre con ilusión.
Leiva, en concierto.
(c) Foto de Javier Morcillo.
Y eso es lo que hice con Leiva, y tenia poco tiempo para "estudiar". De entrada, se me ocurrió poner la típica foto de mis manos cogiendo las entradas en mi muro de Facebook, anunciando a mis amigos que iba a ir a ese show, y ahí me encontré con las primeras opiniones, bastante contradictorias, y que me animaron mucho mas.
Algunos amigos/as, de entrada, se sorprendieron de mi decisión respecto a acudir al concierto. Bueno, para ser justo, la primera que comentó la foto fue mi querida hermana, y tengo que reconocer que empezaba diciendo algo que me encanta que digan de mi: literalmente dijo: "no conozco persona con un gusto musical más amplio que el tuyo, hermanito". Me encanta que me digan eso, para que os voy a engañar. Acto seguido definía a Leiva como "un plasta de mucho cuidao". Vaya!!. La primera opinión, ya me echaba un poco para atrás. Pero eso no fue todo, el segundo comentario a mi foto venia de una amiga, bastante aficionada a la música, que me soltaba un sincero "...me has dejado muerta".
Típica pose rockera.
(c) Foto de Javier Morcillo.
Comenzaba a preocuparme seriamente. A todo esto, aun no había podido escuchar nada del interfecto, y ya me lo estaban poniendo "a los pies de los caballos". Pues si que estábamos buenos.
De repente, supongo que por esas leyes del azar que hacen que todo se compense, veo también por Facebook que un buen amigo, y a la sazón, cantante de la banda Cables Cruzados, Ivan Navas, comenta en su muro que no va a perderse el concierto y que todavía no ha olvidado la maravillosa experiencia del concierto en Almería en su gira anterior. Bueno, bueno, me tranquilizó un poco. Como imaginareis, a esas alturas, mi foto con las entradas seguía dando juego y generando mas comentarios, con las consiguiente polémica. Si esto no fuese así, que gracia tendría esta jodida "red social". Ante los dos primeros comentarios negativos, se alzaron voces discordantes, como la del diseñador Matu Santamaría, que me recomendaban el concierto por la gran banda y la energía que desprendían, otros que me advertían sobre la posible avalancha de quinceañeras, aunque recomendándome centrarme en la música, que iba a ser buena. Buena recomendación esta última, del amigo Guillermo Chavarria, que de música entiende un rato largo,  pero que, en mi caso, no suele ser necesaria. Yo voy a los conciertos - supongo que parecerá raro a mucha gente, ya que algunos van y se pasan el concierto charlando o mirando para otro lado - por la música. Soy un tío raro, lo se.
Lo de las quinceañeras reconozco que me preocupó un poco, sobre todo porque acudir a un concierto con cientos de chicas alrededor en estado de éxtasis tiene un peligro: que no te dejen escuchar la voz del cantante, totalmente sepultada por los grititos "progesterónicos" de las muchachas que, por muy fans que sean, normalmente no han nacido para cantar. Pero solo me preocupa por eso y me explico: que un artista tenga un publico adolescente, en su mayoría femenino, y siempre gritón es algo que no me preocupa nada respecto a la calidad de dicho artista. Y ¿porque?. Pues muy sencillo: porque me gustan "The Beatles". Hace poco leí que en alguna parte que Bob Geldof decia que en los conciertos de los 4 de Liverpool en sus mejores momentos - supongo que asistió a alguno - , el olor que prevalecía era el de la orina. Si, si...como os lo cuento: las fans se "meaban toas por la patilla", por la emoción y sus propios gritos. Según esa simplista teoría de "grupo con fans adolescentes=niños tontos que no saben hacer buena música", los Beatles no hubiesen pasado del "She loves you", que ya es un tema "del copón", por otra parte, por mucho que despierte en una quinceañera ganas de gritar y de "soltar lastre".
Curioso momento del concierto:
Leiva con un emocionado espectador
(c) Foto de Javier Morcillo.
Así que, ni corto ni perezoso, e incluso espoleado por esta simpática polémica que yo mismo había desatado sin querer, me dediqué en escasas 48 horas a ponerme al día con el tipo delgado del sombrerito, de nombre Miguel y apellidado Conejo y que, creo que con buen criterio, decidió prescindir de ese mas que respetable pero curioso apellido para pasar a ser conocido como Leiva.

Primera acción, la mas lógica para mi: escuchar sus discos. Tiene dos en solitario: "Diciembre", y el nuevo "Polvora", que es el que venia a presentar. Primera reacción: me gustan. Buen sonido, buena producción, sonido muy "americano", magníficas guitarras, teclados y organos hammond "en su punto justo", buena sección rítmica, e incluso algunos temas con arreglos de metales Sin mariconadas, a mi entender. La voz de Leiva no es gran cosa, pero no me disgusta. Las letras, sin ser geniales son originales, cuentan cosas, quizás no me emocionen pero están bien construidas. Buenas canciones. Si a veces, la cuestión es esa: no hay que hacer "putas obras maestras" sino un puñado de buenas canciones. Inmediatamente noto que ciertos temas tiene esa característica curiosa que consiguen que los tararees a la segunda o tercera audición, y ya voy comprendiendo lo de las fans jovencitas. Este tío, aunque tiene pinta mezcla entre roquero alternativo y bardo medieval, es bastante comercial en lo que hace. Posiblemente eso es lo que le hace antipático ante los ojos de algunos. A mi esas cosas me dan igual, la verdad. Me resbala la imagen, suelo centrarme en la música. Por eso podréis encontrarme igual en un concierto de un grupo de free jazz que en uno de Bunbury - que me encanta - o del mismísimo Raphael, al que reconozco tengo muchas ganas de ver algún día en directo, y que me parece un artista como la copa de un pino. A mi lo que me gusta es la música, no las etiquetas y, de entrada, no tengo prejuicios en lo tocante a este tema.
También tenia que escuchar algo de "Pereza", sobre todo porque supuse que en su concierto incluiría algún éxito de su antigua banda ¿quien no hace eso?. Bueno, Peter Gabriel no lo hace, pero ese es un caso aparte: es dios.
El hermano de Leiva, Juancho, también miembro de la banda,
con el percusionista al fondo.
(c) Foto de Javier Morcillo.
Pues nada, me puse a buscar algún setlist reciente de esta gira, y me lo preparé para la escucha, y ahí iban incluidas algunas de su banda seminal. Prueba conseguida. Mas de veinte temas que fueron a mi mp3 para ser escuchados cada vez que tuviese un rato.
Para complementar, me busque por esos "mundos radiofonicos" algunos podcast de entrevistas al artista, porque también me gusta conocer que piensa, como habla, cuales son sus referentes musicales, etc. Bueno, el tipo es curioso: chulito...porque es de "Madriz" y claro...eso marca. Y ademas, roquero. Joder, hay que ser chulo. Pero me gusta lo que dice: de repente me entero de que uno de sus máximos referentes es el maestro Petty. Si, Tom Petty, ese tipo que es "la ostia en verso" pero que en España no lo conoce casi nadie, y él...supongo que como venganza, nunca ha venido a tocar aquí. Pues al Leiva le gusta mucho. También nombra a los Stones, y a The Faces. Los primeros, es obvio que le gustan mucho. Los segundos, apuesto a que casi nadie sabe quien son. Yo, gracias a varios amigos (Fran Garcia e Ivan Navas, sobre todo) si que los conozco bastante bien. Pues nada, tras escuchar varias entrevistas suyas, e incluso ver su participación en "Un lugar llamado mundo" defendiendo un par de temas con la acústica, constato que el tipo tiene talento, tablas y que "sabe de lo que va la cosa.
Ya solo quedaba la última prueba, la que hace que para mi un artista siga en mi lista de "gente a la que tengo que seguir siempre la pista" o le relegue al olvido: su directo.
Así que me encaminé ayer al Auditorio Maestro Padilla, con las 20 o 30 canciones de sus discos mezclandoseme en mi cabeza - no había tenido tiempo para asimilar tanto material - y con la ilusión de escuchar un buen concierto.
Un servidor con Carmen, mi mujer, y mi compañera
Mari Carmen con su hija Paula, a la puerta del auditorio
 minutos antes del concierto.
(c) Foto de Javier Morcillo.
En la entrada, mi "compa" Mari Carmen, con su hija mayor - ¡¡¡¡ que bien ver a niños tan jovencitos acudir a ver conciertos !!!! - que ya me había comentado que acudiría a la cita, declarándose también bastante "fan" del muchacho. Y ya dentro, en el hall de auditorio, encuentro con mis amigos de "Cables cruzados", Ivan, Manolo y Juan Luis, que se declaran, sin complejos, grandes seguidores de este tipo, y acudían con la seguridad de presenciar un buen concierto de rock.
Que si, que si...que me centro en el concierto, que ya es hora:
A ver, de entrada, si hay algo que me guste son esos momentos previos a un concierto: luces tenues, escenario vacío con muchos instrumentos: batería, set de percusión, varios micros - que indican que "la peña" hará coros - teclados, amplificadores. Como complemento ideas, alfombras por cubriendo casi todo el suelo. Para mi es mágico. Tengo la suerte de vivirlo en ocasiones desde el mismo escenario y es maravilloso, pero sigue flipandome verlo como espectador también.
Manuel Moretti, de la banda argentina "Estelares",
que actuó como invitado al inicio de concierto.
(c) Foto de Javier Morcillo.
El concierto empezó tranquilo, con un invitado-telonero, el cantante de la banda "Estelares", Manuel Moretti. Difícil tarea la del telonero, porque la mayoría del público quiere que acabe rápido para ver al artista por el que ha pagado. Bien lo debe saber el propio Leiva, que este verano teloneó a los mismísimos Stones. Aun así, el tipo tenia tablas y buenas canciones, así que se marco cinco buenos temas con su acústica, que me dejaron buen sabor de boca, y espero que acuda algún día con su banda completa. Iré a verlo, seguro.
Y prácticamente dos o tres minutos después salió la banda de Leiva al escenario - la "Leiband" - y empezó el espectáculo. Joder, si tuviese que definirlo con una sola palabra, esta seria "energía". Hacia tiempo que no veía que una banda lograse mantener ese nivel prácticamente durante todo un concierto.
Tal y como esperaba, el show empezó con el primer tema de su nuevo CD, "Los cantantes", su homenaje a la profesión. Buenísimo tema en si mismo, y genial para empezar un concierto. Me recordó a ese concierto de Bunbury que vi en Madrid, que comenzó con la genial "El club de los imposibles", otro temazo digno para encabezar el setilist de cualquier concierto.
Los hermanos Conejo, Juancho y Miguel,
con el batería, Jose Bruno, al fondo.
(c) Foto de Javier Morcillo.
A partir de ahí, lo que mas me sorprendió fue que aunque fue alternando entre temas mas potentes y rockeros, y otros que casi podrían considerarse baladas, u oscilaban entre la balada y el tiempo medio, en ningún momento la banda dejó de transmitir fuerza y energía. Hay algo fundamental en un escenario: que la banda se lo pase bien. Y anoche, o son muy buenos actores, o estos tipos se lo estaban pasando de puta madre anoche. Especial mención al teclista, que era, con diferencia, el que parecía pasárselo mejor. Los pianistas, y me incluyo, solemos ser ese miembro soso de la banda, que solo mueve las manos, y a veces pasa desapercibido. Este no. Lástima que no se le escuchaba mucho - fallito técnico que a mi me afectó bastante, porque me gusta oír los teclados bien - pero el tipo se lo pasó "como los indios". No paraba de cantar, gesticular, se levantaba e iba con sus compañeros en los metales (si, si, la banda llevaba también para el directo a un saxofonista, Tuli - según me comenta mi amigo Manolo Carmona, ya iba con él en los tiempos de Pereza - , y un trompetista, Gato Charro), bailaba con ellos. Al final, hasta cogió una guitarra acústica. Correcto como teclista y magnífico showman. Cesar Pop se llama, tomad nota.
Como yo esperaba fueron cayendo temas de ambos discos del Leiva: "Palomas", "Ciencia ficción", "Eme", "Afuera en la ciudad", "Aunque sea un rato", la melancólica "Polvora" -  la única en la que el teclado se escuchó bien -, "Vértigo" o "Mi mejor version".
Leiva, casi al final de concierto, firmando desde el mismo escenario.
(c) Foto de Javier Morcillo.
Como era de esperar, no faltaron sus guiños a Pereza, y si no recuerdo mal sonaron "Miedo", la stoniana "Superhermanas", la conocidisima "Animales" y la que cerró el concierto, "Lady Madrid". Para el fin de fiesta dejaron algunas de las mas conocidas de "Pólvora": "Mirada perdida" y "Terriblemente cruel", que lamentablemente sonó "terriblemente mal", porque aunque el sonido fue medianamente aceptable durante algunos momentos para ser nuestro auditorio - que esta normalmente reñido con el rock - al final a los técnicos se les fue la mano, y ya prácticamente no se distinguían las melodías, y todo era una gran bola sónica. Aun me pitan los oídos, lo juro.
Me encantó el guiño final a una banda que también a mi me fascina: "Los Rodriguez". Quizás no tocaron su mejor tema, pero si el mas conocido e indudablemente perfecto para fin de fiesta: "Mucho mejor" (para los que no controlen a "Los Rodriguez", diré que es el de "hace calor..mucho calor" ¿a que ya si lo reconocéis?). Aunque tengo que disentir de la opinión de Leiva: para mi no son Los Rodriguez los principales responsables de la popularizacion total del rock en castellano, sino precisamente una banda anterior, "Tequila", donde ya estaban dos de sus miembros, y que curiosamente durante mucho tiempo fue también "acusads" de hacer música para adolescentes. Cosas que pasan. Para mi los Tequila, quizás por mi edad, hicieron grandes cosas por el rock en castellano sin lugar a dudas. Sin olvidarnos del maestro Miguel Rios. Y Los Rodriguez también, pero después.
Cesar Pop (teclista), el saxofonista Tuli, Leiva
y su hermano el guitarrista Juancho,
saludando tras finalizar el concierto.
(c) Foto de Javier Morcillo.
Casi dos horas de energía roquera, si, hasta que llegó ese "Lady Madrid" que comentaba, despedida de los músicos y salida de la sala con el "Superstition" de Stevie Wonder acompañándonos. Que importante es en un concierto la música previa y la posterior que suena por los altavoces de ambiente, y que poca importancia se le suele dar. Otro punto a favor del buen show de anoche. Parecerán chorradas, pero para mi son importantes. Me ha pasado personalmente estar esperando en un "garito" para tocar jazz, y que el dueño durante la media hora previa se haya dedicado a poner temas como "El baile del gorila" de Melody o algo de Bisbal. Con mis respetos para ambos...no ayudaba mucho a crear el ambiente propicio ¿no creeis?. Antes de empezar el concierto de Leiva sonaron algunas versiones del "Abbey Road", por cierto. ¿Casualidad? No lo creo.

Conclusión final: Veintiún euros (por dos, porque fui con mi mujer, Carmen) muy bien invertidos, satisfacción por haber descubierto a otro artista que merece la pena seguir la pista, que se lo monta muy bien en el escenario, que lleva una banda de buenos músicos, y que parece vivir con ilusión ese mundo del  "rock y la carretera".
Su pecado: gustarle a mucha gente. El mismo que cometieron "The Beatles", fíjense.


NOTA IMPORTANTE: Todas las magníficas fotografías que ilustran esta entrada de mi blog - salvo la primera, que es la portada del disco del último disco de Leiva - están realizadas por el fotógrafo y diseñador gráfico Javier Morcillo Padilla 

viernes, 11 de julio de 2014

Paseando por la Calle de Alcala

Presentación de "Alcala Street" de Antonio Gómez, en Castillo de Santa Ana (Roquetas de mar), 10 julio 2014

Acabo de darme cuenta de lo abandonado que tenia mi modesto blog de conciertos. Casi un año sin escribir por aquí !!!!. En mi defensa diré que prácticamente coincide con el comienzo de mi andadura radiofónica, actividad que me consume bastante parte del tiempo que antes dedicaba a dar rienda suelta a mis opiniones musicales en este blog. Ahora resulta que tengo un micrófono con el que martirizar al oyente con mis "neuras melomaniacas" y, por tanto, la necesidad de dejarlas por escrito se conoce que disminuyó considerablemente.
Jose Maria Pedraza, Antonio Gómez, Joan Masana y David Leon
No obstante, el objetivo de este blog es ligeramente diferente al de mi programa "La taberna musical", ya que si en aquel me dedico a comentar discos de bandas o artistas que me gustan, este está destinado a dejar constancia de mis impresiones personales tras acudir a algún concierto en directo. Total, que ahora que lo pienso, no tengo excusa para tal intervalo de sequia "bloggera".
Pero resulta que anoche tuve uno de esos ratitos mágicos que solo la música en directo es capaz de depararnos. Y ocurrió en el Castillo de Santa Ana, en Roquetas de Mar.
El que "perpetraba" era mi buen amigo y colega Antonio Gómez, que presentaba su nuevo disco titulado "Alcalá Street".
Para poneros en antecedentes, por si alguien no conoce este músico, os diré que conozco a pocos guitarristas que sean capaces de conjuntar sentido y sensibilidad - esto parece una novela de Jane Austen - con virtuosismo como lo hace Antonio.
Es uno de estos músicos que "tiene el toque", y se nota desde que da la primera nota. Con dos discos ya a sus espaldas - este es el tercero -, y peinando alguna que otra cana - como yo lo conocí con quince añitos, pensé que nunca iba a crecer - el bueno de Antonio ya no es una promesa de la guitarra almeriense, sino que es toda una realidad y creo que no es mas conocido y/o reconocido en nuestro país por dedicarse casi en exclusiva a ese difícil género que llamamos jazz.
Su anterior trabajo, "Aires de Mar" ya tenia unos añitos, y estaba compuesto por composiciones propias, de gran calidad, pero donde Antonio demuestra una especial habilidad es precisamente en el mundo del arreglo y adaptación. He tenido el placer de tocar muchas veces con él, tanto con sus temas propios, como en proyectos concretos como su "Guitarra de navidad", donde versiona y adapta de forma muy original esos villancicos que todos conocemos. También especialmente brillantes son sus arreglos de música de cine, y nuevamente reconozco que pocas veces he disfrutado tanto en un escenario como las ocasiones en que he podido tocar con él temas tan divertidos como "Pink Panther", "La samba de las Galaxias" o su frenético arreglo basado en la música de la serie "El coche fantástico". Por cierto, el proyecto de sus adaptaciones de bandas sonoras espera su turno en el "cajón musical" para ser editado.
Pero hace ya mas de un año, una de esas noches en las que compartíamos cena y amenización musical - ¡¡ ay..cuanta BBC (bodas, bautizos y comuniones) llevamos a nuestras espaldas !! - me reconocía que antes de las BSO queria dar salida a un proyecto al que llevaba mucho mas tiempo dándole vueltas. El resultado es este paseo por esa imaginaria Calle de Alcalá jazzistica, donde Antonio revisa, con su habitual maestría para la re armonización, muchas de esas melodías que a nuestros abuelos volvían locos cuando sonaban por las antiguas radios. Pero Antonio no se conforma con la re armonización - que no es poco, porque la domina - sino que modifica melodías, las enriquece, para que luzcan y den esplendor en este siglo XXI, investiga con los ritmos y, en definitiva, construye una nueva composición "made in Gomez" con cada pieza que aborda. Y ...lo borda.
Para ser sinceros, no es este el primer concierto del disco, porque realmente fue hace un par de meses cuando Antonio, en la Sala Clasijazz, dio el pistoletazo de salida a esta gira de presentación. Y tuve mi tentación aquella noche de comentar ese concierto. Solo me lo impidió una estúpida norma que me he autoimpuesto: No comentar nunca por aquí un concierto en el que yo mismo participe. Y resultó que aquella noche de estreno tuve el placer y privilegio de formar parte, como invitado, de la banda de Antonio. Junto con otro "compañero de fatigas", Javi "el vecino", y con el batería Alfredo Sarno, interpretamos el "Anounymous Waltz" y "La tarara" junto a Antonio. La noche fue mágica, pero no me parecía muy honrado - aunque bueno, pa la honradez que hay por el mundo, ya podía haberlo hecho - dedicarme a cantar las alabanzas de un concierto en el que yo había participado de forma activa. Total, que me quedé con las ganas.
Pero anoche era otra cosa. Anoche iba de espectador puro y duro, que es una forma magnífica de disfrutar de un concierto, casi tan buena como tocar en él.

El entorno inmejorable del patio del Castillo de Santa Ana en Roquetas de Mar, la buena compañía de mi mujer y mi hermana, y esa noche roquetera tan agradable me hacían presagiar que el concierto no me iba a decepcionar. Y así fue.
En gran parte, yo ya sabia lo que me iba a encontrar en el escenario. El disco me lo conozco ya bastante bien, aunque aún no esta editado comercialmente - ¡¡¡ Antonio, hay que solucionar eso !!! - y dos de los musicos del cuarteto - aparte del propio Antonio - son ya viejos conocidos mios. En el piano estaba todo un maestro de las teclas, Jose Maria Pedraza - o "el petaca", como casi todo el mundo le llama - pianista curtido ya en mil batallas jazzisticas - y no jazzisticas - que siempre es garantía de calidad. La última vez que disfruté con el fue con su banda Hispanistán, formación que recomiendo desde aquí, con la que saben interpretar perfectamente una música de gran complejidad, haciéndola a la vez divertida al oyente. Cosa nada fácil.
En el bajo eléctrico, el gran amigo Joan Masana. La complicidad de Joan con Antonio Gómez es inmensa. No en vano lleva ya muchos años contando con él como bajista/contrabajista siempre que puede. Recuerdo un concierto en el mismo entorno hace algunos años, en trio, con Antonio, Joan y el gran batería Pancho Brañas, en el que dieron una lección de lo que debería ser la compenetración musical total.

Pues anoche no fue menos que entonces, y Joan dejó constancia de su dominio del bajo de cinco cuerdas, dando el soporte perfecto y exacto a todos los complejos arreglos que interpretaron, y en compenetración total con la otra parte de la ritmica. Y aqui llego al músico desconocido - para mi, claro - de la noche. El señor David Leon en las baquetas. Fantástico descubrimiento. Ya habia oido mucho hablar de él, por boca de Antonio, y todo lo que llegaba era bueno, pero no es lo mismo oir hablar, que oír tocar, y anoche lo demostró en las tablas del castillo, como debe ser. La música de Antonio tiene la particularidad de que suele ser incatalogable, de forma que a ciertos músicos muy especializados hay temas que se les hacen "cuesta arriba", por no moverse siempre en su terreno. Hay baterías que son muy "swingueros", otros a los que les va mas el funk o el rock. Pero hay otros que, por suerte, se adaptan perfectamente a todo, y David juega esa liga. Incluso dentro de un mismo tema era capaz de cambiar totalmente la forma de acompañar, pasando del swing mas clásico al funk mas potente, con una pegada impresionante.
Con este plantél de músicos, y ya sin volver a insistir en el cálido virtuosismo de Antonio, como comprenderéis todo lo que sonó anoche en el patio del castillo fue "bocatto di cardinale".

Aunque no dio tiempo a repasar el disco completo, la gran mayoria de temas si que sonaron. Empezaron despacito, precisamente con "Alcala Street", esa revisión al clásico "Por la calle de Alcalá", tema que precisamente Antonio tuvo el privilegio de presentar hace unos años en el Circulo de Bellas Artes de Madrid, sito en ¡¡ la Calle de Alcala !!!.
De inmediato le atacaron a esa version de "El emigrante", que da la sensación de estar sacada de un disco de Santana. En el disco es posiblemente el tema que me resulta menos atractivo, pero ¡¡¡ como gana en el directo !!!

Uno de los momentos álgidos de la noche vino con la interpretación del que seguramente es el tema mas odiado por los músicos de este pais: "Paquito el Chocolatero" o, como Antonio lo ha rebautizado, el "Choco Frank". Comenta Antonio que para el, tan acostumbrado a hacer versiones y arreglos de tantas melodias, era todo un reto hacer algo con esta, y que sonase digno, ya que normalmente suele ser un tema interpretado por las orquestas en todas las fiestas de esos pueblos "de dios", a petición de ese lugareño que, a horas intempestivas, lleva ya "un poquito de sangre en el alcohol".
Pues os garantizo que este "Choco Frank" no os resultará nada casposo, y os sorprendería descubrir que bajo esa instrumentción habitualmente "pachanguera" que acompaña al tema, se esconde una magnífica melodia, a la que Antonio le ha dado una base armónica muy moderna y un ritmo funky super-divertido. Prueba conseguida. Tocaron "Paquito el Chocolatero" y disfrutamos todos sin tener que hacer el consabido "hey, hey" ni acompañarlo con algún ridiculo baile fruto de la intoxicación etilica. Este "Choco Frank" mola, si señor.
Tampoco faltaron el "Anounimous Waltz", o lo que es lo mismo..la version en 3/4 del Romance Anonimo, donde destacó un muy buen solo de bajo de Masana, ni esa maravilla de re-armonización que Antonio ha hecho con "La tarara" (rebautizada con el positivo nombre de "Mi tarara, si". Tengo que reconocer que es increible como a veces saca petroleo de una sencilla melodia.

Despues le tocó el turno al tema que podria considerarse - aunque en esto del jazz, no es muy importante - el single del disco: las "Bulerias de Aranjuez", una revisión del fragmento mas conocido de la obra del Maestro Rodrigo, como su nombre indica: por bulerias. Para ello, David se pasó al cajón peruano, y todos nos dieron una lección de ritmo y sentido flamenco. Os recomiendo el video-clip de este tema, que ya esta por internet, producido y dirigido por Pepes Films o, lo que es lo mismo, Pepe Rodriguez y Pepe Jimenez - en el que ademas participan Moi Santiago al cajón y la fabulosa bailaora Ana Alonso.
La cosa iba llegando a su fin, pero aún hubo tiempo para disfrutar de su vision de "El vito", ese famoso pasodoble, que en manos de Antonio y su cuadrilla mas parecia sacado de un disco del Pat Metheny Group de los años 80.

Casi acabando, atacaron uno de mis temas favoritos del disco, "Alhambra City", o lo que es lo mismo, una version de Granada de Agustin Lara. A estas alturas os habreis dado cuenta de que la imaginación del Sr. Gomez no solo se queda en la música, sino que la sabe transmitir tambien a los propios titulos de los temas, en los que siempre hay algun toque de fino humor. Pues eso, que ese "Alhambra City", con aires bop a mi me encanta, no os voy a engañar.
Para el final dejaron el tema mas conocido, y ya es mucho decir en un concierto en el que prácticamente todos los temas provienen de melodias eternas y bien sabidas por todos. Pero es que posiblemente si hay un tema de esa época que despierte nostalgias y alguna lagrimilla si te pilla fuera de este "querido-odiado" pais nuestro...ese tema es el "Que viva España", popularizado por nuestro paisano Manolo Escobar.
Antonio, intuyendo una final futbolistica que a la postre no ha podido ser, se le ocurrió que podia ser bonito hacer una mezcla hispano-brasileña de esta melodia, a la que finalmente tituló "Eviva Samba". Lo futbolistico, y ademas por ambas partes, la española y la brasileira, ya sabemos todos que ha sido un gran fiasco, y como anoche dijo el autor "al final tendriamos que haber hecho alguna melodia alemana en forma de tango, pero ya no daba tiempo". Y asi despidieron, con esta samba tan particular, simpatica y alegre, ideal para dejar un magnífico sabor de boca.
Tras en concierto, los saludos y encuentros con algunos otros amigos músicos que andaban por alli, como los baterias David Marchena y Dani Piedra.
No quiero olvidar mi felicitación a la organización de "A pie de calle" y al Ayuntamiento de Roquetas, por seguir apostando por la cultura y la música en directo. Es impresionante el programa de actividades culturales gratuitas que se ofrecen en Roquetas durante Julio y Agosto.

En fin, llevaba casi un año sin escribir y me he desquitado bien. Espero que no pasen otros 12 meses de sequia, aunque mientras llega la siguiente entrada aprovecho para auto-publicitar desde aqui mi otro blog, el del programa radiofónico "La taberna musical" donde si que teneis entradas semanales y hasta podeis tener la experiencia - el calificativo os lo dejo a vosotros - de escucharme, que siempre es mas cómodo que leerme.
Hasta el próximo concierto...


Video recomendado
Bulerias de Aranjuez (Antonio Gomez), con Ana Alonso al baile y Moi Santiago al cajón - Prod. Pepes Films


viernes, 30 de agosto de 2013

Cositas buenas: Jorge Pardo, Francis Pose y Roper (D3) en la Guajira

D3 (Jorge Pardo, Francis Pose y Jose Vazquez "Roper"), La Guajira (Almería), 29 de agosto 2013

La vida es un ratico, como decía el colombiano Juanes. Más bien yo diría que la vida se compone de muchos de esos “buenos raticos” o, como diría el maestro Paco de Lucia, de “cositas buenas”. Esos pequeños momentos que nos hacen pensar que merece la pena estar en este mundo, y olvidar un poco lo que cada Telediario nos muestra, y siempre de forma mas escalofriante que el día anterior.
Y anoche tuve uno de esos “raticos buenos”. Últimamente reconozco que tanto como músico como de oyente, La Guajira, esa asociación mágica que surgió en Almería hace poco más de un año, está encabezando mi ranking de buenos momentos, compitiendo seriamente con Clasijazz – otro de esos templos del disfrute, sin lugar a dudas, de Almería.
Ya empecé el verano estupendamente tocando allí con la banda de Antonio Gómez, y nada menos que con Joan Masana y Lito Vergara en la sección rítmica, y después he asistido a un par de conciertos fantásticos en esa mágica terraza frente al Alcazaba: Hispanistán, de unos granainos que mezclan el jazz con los ritmos bálticos como solo 4 magníficos músico podrían hacer, y Diego Cruz, Paco Rivas y Jose Guereñu “Gere”, de los que podría estar hablando hasta pasado mañana, y me quedaría corto.
Pero cuando ya pensaba que el verano musical “daba de mano”, anoche se alinearon algunos planetas y despedimos agosto a lo grande: El maestro Jorge Pardo, con su formación ya veterana “D3” recalaban por La Guajira y, está claro, no podía perdérmelo.
Todos los que conocemos a Jorge sabemos que es alguien que disfruta de la vida con la música, o de la música con la vida. En definitiva, para él posiblemente no haya mucha diferencia entre vivir o tocar música. Y eso se nota. Alguien que se mueve por todo el mundo con soltura, que lo mismo toca con Paco de Lucia que con Chick Corea, que hace escasamente un mes presentaba su proyecto “Huellas XL” en el escenario de lujo de la plaza de la Trinidad del Festival de Jazz de Donosti, en fin, alguien con un bagaje en lo musical sencillamente impresionante, pero que disfruta igual de esos grandes escenarios como de los más modestos – no por ello menos importantes – y le pone la misma simpatía y las mismas ganas siempre. Lo he visto ya tocar muchas veces, y en algunas con el privilegio de acompañarlo con mis torpes acordes, y jamás le he visto una mala cara, siempre con optimismo y ganas de tocar, de charlar, en definitiva…de disfrutar. No hace mucho me decía un contrabajista que toca habitualmente con él: “Tocar con Jorge es, sencillamente, un regalo”. 
Pues ese Jorge, como era de esperar, es el que disfrutamos anoche. Y para colmo, magníficamente acompañado. En la batería, Jose Vazquez “Roper”, un veterano de la vieja guardia, de esos que recuerdo tocando en el “Georgia Jazz Club” cuando uno se iniciaba en esto del jazz. Anoche, desde que empuñó sus baquetas, no cesó de dar lecciones de batería. Y en el contrabajo un inmenso Francis Posé. Con el permiso de maestro Pardo, para mi gusto ayer fue la noche de Francis. Estuvo ahí arriba todo el tiempo, con un pulso impecable, con unos solos intensísimos, flamencos, acertados, con mucha pasión, y con mucha afinación. Hasta en labores percusivas, golpeando su contrabajo, y haciéndole la sana competencia a Roper, y logrando momentos brillantísimos ambos.
Jorge intercaló, como es habitual, su flauta travesera con los saxos tenor y alto, si no me equivoco (que yo de saxos…lo justito), y estuvo más flamenco que jazzístico, supongo que porque en el entorno es lo que “le pedía el cuerpo”.

En definitiva, tres monstruos cada uno en su instrumento, que durante una hora y media larga – que a mí me pareció media hora corta – nos deleitaron con toneladas de arte en estado puro.
Incluso hubo tiempo y lugar para algún invitado – muchos músicos por allí, como era de esperar – sorprendiéndome sobremanera un guitarrista mexicano llamado Camilo – que me perdone, pero no recuerdo el apellido, o Jorge no lo dijo – que realmente no sé donde aprendió a tocar la guitarra flamenca de esa forma. Está claro que el arte no tiene fronteras. También Antonio Ximenez, trompetista, me dejó gratamente sorprendido. Ya tuve ocasión de verlo hace unas semanas en el concierto de Diego Cruz, pero anoche estuvo aún más inspirado, si cabe. Afincado ahora por Almería, me comentó que está con ganas de tocar, y de hecho el próximo viernes ya se estrena con una formación allí mismo, en La Guajira (espero no perdermelos). Y, estando Jorge Pardo de por medio, hay que echarle valor para empuñar una flauta y mas la del propio maestro, y Pedro Caro lo tuvo, completando este trío de invitados, y ofreciendo la parte más flamenca del concierto entre los tres, apoyados por la sección rítmica de lujo “Posé-Roper”.
Y para completar la noche, también la compañía fue excelente, compartiendo mesa con mi amiga Patty Dorrego, su amiga Carmen y Julio, un cántabro afincado en Almería y seguidor de Jorge desde hace mas de 30 años, cuando lo vio por primera vez en su Santander natal. Con ellos compartí música, mesa, cervecitas – sin alcohol, en mi caso – y agradable charla post-concierto. Muchas caras conocidas por allí, como el percusionista Juanjo Simon, el siempre joven y optimista Pepe Ibarra, o mi gran amigo Chipo Martínez, con quien siempre es un lujo y un placer “echar un rato” de buena conversación. El colmo de La Guajira es que, en ocasiones, hasta las cervezas te las pone un músico fantástico llamado Bori Albero, aunque lógicamente yo prefiero verlo en el escenario.
Lástima que mi mujer, Carmen, que se encuentra de viaje, se lo perdió. Suele compartir siempre conmigo siempre estos inolvidables ratos musicales, y me da mucha rabia cuando se pierde uno de los realmente especiales.

Ya pasaba el reloj de las una de la madrugada cuando bajaba las escaleras que conectan la terraza de la “Guajira” con su planta baja, y eché un último vistazo a ese entorno, y no pude dejar de pensar que estaba ya deseando volver y seguir completando esa colección personal de “buenos ratos”, esos que de verdad merecen la pena. Ya os contaré el siguiente.