sábado, 17 de abril de 2010

Momo, o un homenaje a los que homenajean


“Momo, Tributo a Queen”, Sala Mae West (Almería) 16-04-2010

Los amigos, incautos y demás desocupados que suelen leer mis “crónicas” musicales – la mayoría simplemente son amigos – saben que suelo aprovechar mi comentario musical de turno para "soltar el sermón" con ideas sobre lo humano y lo divino, aunque…eso si…siempre relacionado con el tema del que voy a escribir.
Y por eso tengo que empezar hablando sobre los grupos que hacen homenajes, “covers” o como porras queramos llamar a este fenómeno, que cada vez va proliferando mas en nuestro país. Hay detractores, como lo hay en todo, que dicen que hay que mirar para adelante, que de que sirve estar haciendo lo que ya hace un grupo o solista famoso, y que suene de la misma forma que lo hacen ellos, que hay que innovar, que lo ideal al hacer una versión es mejorarla. Hasta puede que yo – como humano incongruente que soy – lo haya dicho alguna vez, vaya usted a saber. Capaz soy.
Pues bien, cuando el homenaje se hace bien, con calidad y con respeto, a mi me parece cojonudo. Y me encanta escuchar a grupo-tributo de turno y disfrutar de él, pensando que estoy escuchando al artista verdadero, pero a la vez disfrutando de los artistas que están en ese escenario, que a su vez suelen estar también pasándoselo muy bien. En Almería tenemos varios ejemplos de tributos bien hechos, por ejemplo “Malas compañías”, con su impecable tributo a Sabina, los “Zimmerband” que recrean los nada fáciles temas del señor Dylan. Y, porque no decirlo, los “Band on the run”, a los que tengo el honor de pertenecer, que reivindicamos al genio Paul McCartney como uno de los más grandes que en esto de la música haya habido, hay y habrá.
Hasta aquí bien, y con estos ejemplos veréis que se trata de homenajes a artistas vivos, y de los que aún podemos disfrutar del origina. Pero ¿y cuando además se trata de alguien que ya no está?. Ahí el tributo ya cobra aún más sentido, si cabe. ¿Acaso la Filarmónica de Berlín no es una banda Tributo a, por ejemplo, Mozart, o a Beethoven, según el repertorio que lleven?.
Está claro que cuando alguien ha pasado por esta lindeza que llamamos vida y ha conseguido alegrárnosla a todos un poco con su música, no debemos conformarnos con escuchar sus discos, sino que lo más bonito es rendirle tributo tocando una y otra vez su música en directo, eso sí, sin dejar de crear nuevas composiciones, que una “co” no quita la “o”, como diría el maestro Joaquín.
Madre mía del amor santísimo, menuda introducción que me ha salido, y todo para hacer mi comentario sobre el magnífico concierto que anoche dieron “Momo” en nuestra ciudad.
¿Quiénes son estos “Momo”?. Pues nada menos que una de las mejoras bandas tributo a “Queen” a nivel nacional, y yo diría que también a nivel mundial. Y son españoles, y tocaron anoche en Almería. Tela marinera!!
Como nota aparte diré que mi adolescencia estuvo totalmente impregnada de la música de Queen, por lo que para mí son un grupo de lo mas especial, y además creo conocerlos bien, puesto que he gastado sus vinilos en ciertas épocas de tanto escucharlos. Tuve la suerte de contar con unos buenos amigos de esos que uno conoce a los 15 años, y de los que ya nunca se desprende, y casi el primer contacto con ellos fue con un préstamo de algunos de los mejores vinilos de esta banda. Recuerdo muchas noches escuchando a hurtadillas – ya que coincidió con un castigo paternal a no escuchar música durante la semana (mi padre no estaba de acuerdo con el nivel de decibelios que a mí me parecía adecuada para escuchar música) – esos magníficos discos “A night a the opera”, “Jazz”, “A day at the races”, “News of the world“, “The Game” o “Sheer heart attack”. Y no me olvido del mejor: “Queen II”.
Por no decir de cuantas fiestas juveniles estuvieron llenas de, además de los primeros cubatas y escarceos con las chicas, de bailes al son de “Another one bites the dust” y otras muchos temas que aún siendo de calidad, eran tremendamente bailables. Por tanto, para mi escuchar a Queen y entrarme un ataque inmediato de nostalgia y felicidad, es una misma cosa.
Volviendo a “Momo”, no era la primera vez que yo los veía, ya que hace unos 4 o 5 años recalaron en la ya desaparecida sala “El roquero”. Por tanto, anoche yo ya sabía muy bien a lo que iba.
Su cantante, Momo (Jose Luis Cortés, porque “Momo” es su alias, así como el nombre de la banda), es Freddy Mercury reencarnado. No tengo ni que explicar el torrente de voz que posee, porque para atreverse con los temas “Queen”, o tienes mucha cara dura, o tienes una voz impresionante, y en este caso os aseguro que se trata de la segunda opción.
Y la banda que le acompaña no se quedan muy atrás. Aunque sin Momo la banda, lógicamente, no tendría sentido, también hay que reconocer que de no estar así de bien arropado, la cosa no funcionaría igual.
Y vamos al repertorio que nos ofrecieron que, aunque no muy extenso, si que fue muy intenso.
Comenzaron, si la memoria no me la juega, con el famoso “One vision”, en versión roquera, sin los adornos de sintetizadores – entre otras cosas, porque la formación que anoche llevaban no era la completa, y por tanto no llevaban teclista de apoyo – y dejando claro la potencia de la banda.
Casi de inmediato enlazaron con el superclásico “Tie your mother down”, del legendario álbum “A day at the races”, otro de esos temas que Brian May ha dejado ahí para la historia del Rock.
Tras ese comienzo explosivo de rock´n´roll en estado puro, pasaron a un tema mucho más cercano al pop, y de la época en la que los que amamos a Queen empezamos a pensar que lo bueno se estaba acabando: “I want to break free”. Y eso que reconozco que el video-clip que hicieron para aquella canción me hizo sonreír de lo lindo, con los todos los “queen” travestidos, y ese Mercury con su bigotazo y marcando “tetas”. Geniales en ese aspecto.
Tras esa concesión a la comercialidad, nos ofrecieron una de las obras maestros de Mercury: “Killer queen”. Ahí Momo se acercó al piano, que aunque era un eléctrico de no mucha calidad, cumplía bastante bien para conseguir el sonido que ciertos temas de Queen requieren.
A este tema siguieron algunas otras obras maestras, como “Don´t stop me now”, “Under Pressure”, “I want it all”, - con todo el público coreando el fácil pero contundente estribillo: “lo quiero todo, lo quiero todo, lo quiero todo y lo quiero AHORA” - la alucinante “Somebody to love” – ahí quería yo ver a Momo, en ese final del tema donde hasta el mismo Mercury tenia que hacer esfuerzos a veces. Magnífica versión la que hicieron. Siempre hay algún “pero”, y este viene a colación si hablamos de los coros. No resultaron muy conseguidos en general, y mucho menos en temas como este. La cuestión es que, como comentaba antes, no estaba la banda al completo, porque creo recordar que en la anterior ocasión que los ví llevaban a 2 chicas haciendo coros, con lo cual esa faceta de la música de Queen quedaba mucho mejor cubierta. Aún así, no lo hacían mal, aunque no estaban al nivel de la calidad de la voz solista.
El show fue llegando el final, y también sonaron temas como “Fat bottomed girl” – que no solía formar parte muy a menudo del repertorio de Queen, aunque que fue muy polémico en sus presentación en directo del álbum "Jazz", debido a que durante su interpretación el escenario de llenaba de chicas desnudas montando en bicicleta. Lástima que los “Momo “ no lleven su homenaje hasta las últimas consecuencias, porque hubiese sido una buena sorpresa para el público masculino anoche.
Mención especial tengo que hacer del guitarrista, Daniel Gómez. Como introducción a otro clásico de la época moderna de los Queen – el “Hammer to fall” – se marcó un solo de guitarra al estilo May, con los efectos típicos de eco, delay y demás trucos pirotécnico-musicales, y nos dejó boquiabiertos. Muy al estilo del famoso solo de May en “Brighton rock” en el fantástico “Live killers”. Pa quitarse el sombrero. En general, el sonido que Daniel le saca a la guitarra está claramente estudiado para sonar como la guitarra de Brian May. Eso sí, no todo es cuestión de sonido, porque después hay que saber tocar, y este hombre sabe hacerlo.
También tuvieron su espacio el bajista, Diego Miranda y el batería, Juan Silva, con sendos solos durante una versión bastante libre del “Another one bites the dust”, tema muy simple compuesto por el bajista de Queen, John Deacon, pero de lo más potente y contundente. Primero el bajista, y después el batería, hicieron una demostración de que tienen su puesto bien ganado en esta banda.
Y , lástima, llego el final. Siguiendo la tradición de los auténticos “Queen”, no podía faltar para el apoteósico final ese “tándem” de temas que ya conocen todas las generaciones: “We will rock you” e inmediatamente “We are the champions”. Para disfrutarlos sin más, dejándonos ahí la garganta, por muy mal que cantemos.
Solo hubo tiempo para un “bis”, pero ¡¡¡ que “bis” !!!. Versión impecable del “Bohemian Rhapsody”, incluyendo la parte operística central, esa que ni los mismos “Queen” se atrevían normalmente a hacer en directo. Pues “Momo” si, y cantando con el público a la vez. Reconozco que me quedé extasiado con ellos, y no pudo ser mejor final…con ese “nothing really matters…to me….Any way the wind blows”, que hace que a uno, a sus años…se le sigan poniendo “los pelos como escarpia” con según que canciones. Les faltó el golpe de gong del final, pero se lo perdonaremos.
No sé, quizás tenga que aclarar al final de todo esto que el concierto me gustó, pero…creo que no va a ser necesario ¿verdad?.
Hasta el próximo concierto.

domingo, 11 de abril de 2010

Jazz Uno - Futbol Cero


Joven Big Band del Conservatorio de Almería - Big Band de Clasijazz. Auditorio "Maestro Padilla", Almería, sábado 10 de abril de 2010

De vez en cuando uno se sorprende y cae en la trampa de pensar que aún hay esperanza en este país. Anoche fue uno de esos días. La casualidad - puesto que tenía un viaje previsto que no pude realizar - y, porque no decirlo, la insistencia de algunos amigos/as, hizo que anoche me encaminase al Auditorio Maestro Padilla de nuestra capital (Almería), para asistir a un concierto jazz.

Recuerdo muy bien que antes de salir de casa mi mujer me hizo la observación de que tardaríamos poco en llegar, puesto que previsiblemente las calles de esta ciudad - como las del resto del país - estarían desiertas. El motivo, como no podía ser otro, el "partido del siglo", ese que se repite sin cesar cada 3 o 4 meses, un Madrid-Barcelona de esos que, según dicen los que entienden, crean afición. Como si hiciese falta crear más afición en ese "vil negocio" en el que se ha convertido lo que antaño era un deporte.

En ese momento pensé, apenado, que no solo las calles estarían desiertas. El Auditorio sería un espejo de esas calles porque, me preguntaba yo, ¿quien, aparte de 3 o 4 locos del jazz como yo, iba a dirigirse a ese lugar, donde solo iban a encontrar buena música, esfuerzo, calidad y, en definitiva, algo interesante?.

Me equivoqué. Llenar un auditorio es complicado, solo está al alcance de las grandes figuras mediáticas, pero lograr que en un día como el de ayer se reuniesen allí la cantidad de personas que nos dimos cita desde luego no es nada fácil de conseguir.

Y ¿quien tuvo gran parte de la "culpa" de esta rebelión anti-futbolística?: pues el amigo Pablo Mazuecos, gran pianista almeriense, músico, arreglista, director...en fin...todo un héroe anónimo - aunque cada vez menos - que llevó adelante un proyecto sumamente complicado, como ahora explicaré.

En la primera parte del concierto, Pablo nos presentaba a la Joven Big Band del Conservatorio. Encomiable el trabajo que está haciendo con estos jóvenes, escuchando el resultado. Estoy seguro de que en las filas de esa banda están algunos de los futuros músicos de jazz de esta ciudad - y veremos si no mas - o sea, las nuevas generaciones que vendrán a unirse a los que ya estamos por aquí. Porque lo bueno de esto de la música es que los que la amamos sabemos que quien viene detrás entrará con fuerza y compartirá el placer de tocar con los que ya llevamos unos años jazzeando. Aunque no pude retener los nombres de los músicos, tengo que destacar al batería, al percusionista - muy jovencito - , a la contrabajista y a alguno de los saxofonistas que "solearon". Y que no se me entienda mal, es por destacar a algunos, porque todos estuvieron fantásticos.

Con esta joven banda pudimos escuchar algunos temas de swing clásico, así como mucho latin jazz. La verdad es que no estuve muy atento a los títulos, y ahora estoy pagando ese descuido, aunque el "Oye como va" y el "Manteca" creo que sonaron por ahí.

Tras los jóvenes, con el Sr. Mazuecos dirigiendo y "saltando" con ellos - porque a Pablo hay que verlo en acción para comprender que esto de la música lo lleva en las venas, llegaron, cual cofradía "semanasantera", los "hermanos mayores".

Y que hermanos!!!. Después de una breve e instructiva presentación de nuestra amiga Fina Martin, de Canal Sur Radio - ayudada en la parte técnica por los apuntes del sabio Miguel Saavedra (ese sí que sabe de swing) comenzó la Big Band del Clasijazz .

Esta banda reúne a muchos de los mejores músicos de nuestra ciudad, comenzando por el mismo Pablo Mazuecos que, además de el rol de director, se sienta ante las teclas - que normalmente es lo suyo - continuando por la sección rítmica (con Eduardo Mortensen a la batería, Samuel Roque en el bajo eléctrico y Jesús Masero en la guitarra), y terminando por toda la sección de metales, y aquí me van a disculpar pero fui incapaz de retener los nombres de todos, así que solo voy a poder nombrar a los que conozco: Antonio González, un saxofonista granadino con el que tenemos la suerte de contar en Almería, Sergio Albacete, José Alamo, Reynaldo Llerena y Juan Ull, saxofonistas también todos ellos, así como el trombonista Toni Belenguer - y el resto de músicos que tendrán que perdonar que no recuerde sus nombres - que tuvieron su momento como solistas en los diversos temas que se interpretaron.

Tengo que destacar - porque brilló especialmente - al trompetista granadino Julián Sánchez al que tuve el placer de conocer y escuchar el pasado año en un seminario en Granada. La interpretación como solista que hizo del arreglo de Ellington "Concert for Cootie" fue sencillamente magistral.

Y ya que estamos...vamos al repertorio: brillante y arriesgado, desde luego. En la primera parte, más clásica, comenzaron con un arreglo de Stan Kenton, y después pudimos escuchar arreglos de Duke Ellington - como el ya mencionado Concert for Cootie - de Benny Goodman - creo recordar que el famoso tema de Louis Prima "Sing sing sing", y el arreglo del famoso "Rhapsody in blue" de Gershwin.

Y como en toda buena Big band que se precie, no podían faltar las cantantes, y anoche nos regalaron su voz Isabel López, que interpretó la preciosa balada "Embreceable you", y el famoso tema popularizado por Sinatra "Come fly with me", y la increíble Noemí Pérez, que interpretó el famoso "Georgia on my mind" y "Who cares".

Y tras un descansito - que bien se lo habían ganado - llegaba la parte más esperada, al menos para mí, de la noche: la interpretación de algunos de los temas del disco "A hot night in Paris" con los arreglos para Big Band sobre música de Phil Collins. Todo el concierto, pero en particular esta parte, estaba dedicada al añorado pianista y arreglista almeriense Luis Gazquez, fallecido el pasado año, ya que fue precisamente él quien insistió en que los arreglos del famoso disco eran dignos de figurar entre los más destacados del jazz de los últimos años. Personalmente soy un admirador de todo lo que "huela" a Genesis, sean los disco de la banda, como los de sus miembros en solitario, pues estaba ansioso por escuchar como sonaba eso en directo, a sabiendas de la complejidad y la originalidad con la que se enfrentaban.

Como no podía ser de otra manera...salieron airosos: abrieron con el súper-conocido "Sussudio", al que siguió una de mis favoritas de la última época de Génesis: "That´s all".

También se atrevieron con "Milestones", tema de Miles Davis pero acometiendo los arreglos originales de la BB de Phil.

Mención aparte se merece una de las mejores baladas que se hayan escrito: "Against All Odds". Y si, como bien dijo Pablo, solo por este tema se justificaba todo el concierto. Cuando la materia prima es buena, el resultado de un arreglo bien hecho suele elevarla aún más, y este es el caso. Magnífica interpretación, y estupendo el saxofonista solista - ¿Rogelio Gil pudo ser?. Si no es así, ¡¡¡que me perdone el protagonista!!!. Hay que comprender que cuando se habla de un cuarteto o quinteto, es facil recordar a los miembros...pero en una big band, la cosa se complica.

Y como "traca final" un tema funky por los cuatro costados: Pick up the pieces, en el que...además de poder escuchar a la Big Band en todo su esplendor, casi todos los solistas pudieron disfrutar de lo lindo.

Y así, tras un larguísimo aplauso del respetable - que queríamos mas - y el saludo de toda la banda, abandoné el Auditorio sin terminar de creerme todavía que la cantidad de personas que salíamos de allí habíamos preferido la buena música al "partido del siglo". Lo siento por Messi y por Cristiano Ronaldo pero...donde se ponga un buen arreglo...que se quite un remate a gol.