domingo, 14 de noviembre de 2010

Luis Barbería, la noche es para Cuba

Luis Barbería, 12-11-2010, Studiocafé (Almería)


Hay ocasiones en la que uno tiene que multiplicarse si quiere acudir a todo lo que noche almeriense ofrece, que últimamente hay que reconocer que nos sorprende gratamente. Uno que lleva aquí toda la vida sabe muy bien que en otras épocas la sequía cultural en nuestra capital
competía con la climatológica. Ahora, sin embargo, aunque no podemos - ni debemos - compararnos con un Madrid o un Barcelona, hay mas oferta. Y como nos gusta quejarnos, porque nos gusta - y yo el primero - pues nos quejamos cuando varios espectáculos coinciden y solo podemos acudir a uno. En este caso, tras el concierto de Rubalcaba tenia dos opciones a cual mas apetecible: una jam session en el club Clasijazz, con una buena sección rítmica y con los solistas de la Big Band que actuaría al día siguiente, o bien el concierto de Luis Barbería en Studiocafe.
Varias cosas me hicieron decidirme por la segunda opción: el hecho de que era la primera actuación de mi amigo Luis en Almería - ha actuado como invitado otras veces, pero nunca él en solitario -, que esa tarde le cedí gustoso algunos elementos de mi equipo de sonorización, por lo que le venia bien que estuviese pendiente por allí, pos si "los acoples" (aunque aclararé que yo como técnico de sonido estoy seguro de que moriría de hambre) y también que a mi lo de las jam-session pues no me atrae demasiado. Por tanto la balanza se inclinó con mucha facilidad por el recital del amigo Barbería.
Para los que no sepan quien es Luis Barbería, y para no repetirme, os remito a una anterior crónica mía (http://mastritomusic.blogspot.com/2007/12/todo-ritmo-luis-barberia-diego-cruz.html) en la que ya comentaba las actividades de este grandísimo músico cubano, que ahora tenemos la suerte de tener temporalmente afincado en Almería.
Así que tras salir del concierto de Rubalcaba e intentando abreviar en los comentarios típicos a la salida del concierto - haciendo esfuerzos, porque lo que acabábamos de oír merecía muchos comentarios - salimos disparados para Studiocafé a ver si llegábamos a tiempo de ver comenzar el show de Luis Barberia.
Como gran músico que es, esa noche se enfrentó al publico almeriense como lo hacen los grandes maestros: solo ante el peligro. Con su guitarra, su fantástica voz y sus habilidades como percusionista vocal. Ah, y sus dotes como bailarín, ya que en algún momento no pudo contenerse y realizó alguna pequeña coreografía.
El repertorio estuvo compuesto en su gran mayoría por temas propios, algunos de los que suele interpretar con su grupo Habana Abierta, como "Rocotocompas" o el fabuloso funky "Como soy cubano" (Ver video), y otros mas intimistas que interpreta en solitario o con otros músicos, como en sus colaboraciones con otro gran cantante y compositor cubano Julio Fowler. Temas como "A full", "Sangre revuelta", la preciosa bossa dedicada a su pareja "Del cielo a mi vida" o la balada "Georgia" dedicada a su hija, precisamente llamada así.
El encanto de Luis es el resultado de sumar la gran calidad de sus composiciones con la forma de interpretarlas con su cálida voz, además de su magnífica técnica de acompañamiento con la guitarra. Si a todo eso unimos su habilidad con la percusión vocal - que hace que quien no lo conozca llegue a pensar que está sonando algo grabado o que el batería está escondido en alguna parte - veremos que consigue con facilidad tenernos pendientes de su música todo el tiempo que dura el concierto. Disfruta con lo que hace y lo transmite como nadie, y como era normal consiguió que el público de Studiocafé participase también en su música (que se lo digan al bueno de Chipo Martinez, que coreaba algunas canciones en primera fila).
Al final nos regaló algún tema brasileño, algo normal porque es un gran admirador de esa música, y si no recuerdo mal nos cantó algún fragmento de los dos grandes temas de Djavan "Flor de lis" y "Capim", para finalizar con un bolero que, nuevamente dudo de mi memoria, creo que fue "Contigo en la distancia".
Y como bis, nos repitió ese fantástico "Como soy cubano", que puede escucharse varias veces en la misma noche sin cansarnos para nada.
Estoy seguro de que la jam de Clasijazz estuvo muy bien pero tengo que reconocer que no me arrepentí en ningún momento de mi decisión. Digamos que estaba escrito que la noche era para Cuba de principio a fin.

Gonzalo Rubalcaba Quintet: El jazz es un gran invento

Gonzalo Rubalcaba Quintet, 12-11-2010, Auditorio Maestro Padilla (Almería)
Lo del pasado viernes si que fue jazz con mayúsculas, del bueno, música total, la demostración fehaciente de que esta es la música del siglo XX, del XXI y del futuro.
Llegaba la 2ª jornada del XXI Festival Internacional de jazz de Almería, y realmente acudí a nuestro auditorio con ganas.

Entiéndaseme: normalmente siempre tengo un hambre incontrolable por escuchar música en directo, pero..siempre hay días en los que uno esta mas predispuesto. Durante la tarde vi en mi DVD una grabación del pasado verano en el festival de jazz de Vitoria - al que este año no pude acudir en directo - del quinteto que iba a escuchar por la noche, y realmente me ayudó a prepararme para lo que se me venía encima. Pero ya se sabe que, tal y como la realidad supera la ficción, el riguroso directo supera con creces a las televisiones y los DVD´s.

La cuestión es que cuando me senté en la primera fila del Maestro Padilla, con mi mujer a un lado y dos buenos amigos y, a la sazón, de los mejores músicos de Almería, Chipo Martínez y Antonio Gomez, creo que estaba totalmente receptivo a escuchar buen jazz, y posiblemente por eso disfruté del concierto como hacia mucho tiempo que no lo conseguía.

El quinteto de Gonzalo Rubalcaba venía a proponernos un recorrido en directo por el último disco de este gran pianista titulado "Avatar". Tal y como el comentó durante una de sus intervenciones, nada que ver con la famosa película del mismo título, y de hecho este disco se editó un año antes del "boom" del film de James Cameron, y desde luego no tiene ninguna
relación con el. Casualidades de la vida.

A lo que vamos, que es la música que allí sonó, reconozco que me va a costar bastante explicarlo. Lo que si querría dejar claro es que la complejidad técnica en todos los aspectos musicales no restaba un ápice a la emoción que lograron transmitir todos los músicos desde el escenario.

El repertorio estuvo compuesto de temas propios y, si no me equivoco, todos ellos incluidos en el citado trabajo "Avatar".

Comenzaron con "Looking in retrospective", primero también del disco, con una bellisima intro de piano de Gonzalo y en el que tras la exposición del tema comienza una trepidante conversación entre piano, saxo y trompeta. Ya en ese momento nos dejaron claro que el jazz que íbamos a escuchar esa noche era oro puro.

Escuchamos la composición del contrabajista Matt Brewer titulada "Aspiring to normalcy", temas como "Infantil (Dedicated to John McLaughlin", también con una introducción de piano con mucho sabor a música contemporánea, "This is it" y "Hip side" y la balada de

Horace Silver "Peace", ejecutada en trio, y que consiguió crear una tensión que nos dejó a mas de uno sin respiración.

Me resulta muy complicado definir con palabras la forma de tocar de Gonzalo Rubalcaba, porque es una especie de compendio de muchos pianistas, con mucha técnica pero sabiamente mezclada con sensibilidad. De sus dedos salen frases que recuerdan a los grandes del jazz , desde a Art Tatum a Bud Powell, pero que pueden transformarse con una fluidez pasmosa en sonidos extraídos de cualquier composición de Bela Bartok. Cuando quiere sonar a Monk, lo hace. Si quiere hacer guiños a Chick Corea, los hace. Cuando quiere ser lírico, profundo y reflexivo puede sonar a Bill Evans. Pero cuando quiere sonar a Rubalcaba, también lo consigue y se lanza a explorar el piano en toda su profundidad, consiguendo sonidos, frases y "voincings" realmente originales. Su mano izquierda es firme y rítmica, supongo que derivada de sus conocimientos de percusión - mi buen amigo Luis Barberia me contó esa misma tarde que realmente Rubalcaba comenzó como baterista y percusionista, allá en su cuba natal - y su mano derecha literalmente vuela acariciando las teclas. Algunas de sus improvisaciones fueron realmente apabullantes por su delicadeza.

La banda que lo acompaña - por decir algo, porque la palabra "acompañar" se queda pequeña en estas ocasiones - tenia un nivel musical acorde con su líder, como era de esperar.

Especialmente me gustó el sonido, la musicalidad y la solvencia rítmica del contrabajista - compositor ademas de alguno de los temas - Matt Brewer - , y que luego supe que estuvo tocando el contrabajo del músico almeriense Fafi Molina, que salía del concierto con la satisfacción de haber escuchado salir de sus cuerdas tantas y tan acertadas notas.


Los dos vientos, el saxofonista Yosvany Terry y el trompetista Mike Rodríguez también acertadisimos en sus respectivos instrumentos. Yosvany, que aportaba algunas piezas compuestas por él, también demostró una enorme sensibilidad y sus solos estaban realmente bien construidos. Y Mike sacó un sonido verdaderamente hermoso de su trompeta, instrumento que ya de por sí tiene la caracteristica de unir muy bien lo latino con lo mas puramente jazzistico. Si quien la toca se apellida Rodriguez, pues posiblemente la fusión es mas evidente.
Y , por último, el batería Ernesto Simpson en perfecta comunión con Matt Brewer, supo tejer perfectamente la red en la que constantemente se dejaban caer los solistas. Como mi buen amigo Antonio Gomez comentaba nada mas terminar el concierto pocas veces se escuchan a músicos consiguiendo tocar con ese"groove" a tan bajo volumen, consiguiendo tanta sensibilidad y matices. Lo tristemente habitual cuando se atacan estos ritmos es abusar del volumen, pero con músicos de esta talla esto no parecia ser un problema.

En definitiva, buenas composiciones, endiablados arreglos, ritmos complejos, inspiradisimos solos y perfecta comunión entre los músicos, respetándose entre ellos, elevando los silencios a la categoría de bellas notas. En fin, se me acaban los elogios para un concierto de los que le dan a uno la razón cuando piensa que esto del jazz es uno de los mejores inventos de este ser humano que tantos disgustos nos da habitualmente.

Como final, y tras la ferviente petición del no muy numeroso público - una lástima, pero ya se sabe que esto del jazz sigue siendo minoritario - como para dejar claro que conoce bien sus derechos y deberes como líder, Gonzalo Rubalcaba dejó en camerinos relajándose a sus cuatro compañeros y salió solo al escenario para regalarnos dos piezas a piano solo que consiguieron lo que parecía imposible: subir todavía mas el listón. La última fue algo así como una de-construcción de "El manisero". Lo que hacía - y deshacía - Rubalcaba con la melodía y armonía de este famoso standard de su cuba natal solo él lo sabe, pero ciertamente nunca había escuchado una versión tan original de tan conocida melodía. Solo una maestro puede conseguir esto, y estábamos ante uno, y de los grandes.