Iñaki Salvador, piano solo – Club Clasijazz (Almería), Sábado 8 de mayo de 2010
La casualidad, el destino, el azar…o las agendas de los managers –vaya usted a saber – hizo que la noche del sábado 8 de mayo coincidiesen en Almería, pero en escenarios diferentes, dos de los mejores músicos de nuestro país. Paco Rivas, con su trio, que presentaba su “Bautizao con manzanilla”, en el Teatro Apolo (podéis leer mi crónica en este mismo blog, justo antes de esta), y el fabuloso pianista Iñaki Salvador, en el club Clasijazz de nuestra capital.
Por tanto, esa noche ya iba yo preparado – con una merienda-cena previa en casa – para ir de una sala a la otra, a toda prisa, e intentar, en la medida de lo posible – y dado que no poseo el don de la ubicuidad – no perderme nada.
Nada más acabar el concierto de Paco Rivas, y tras saludarlo y felicitarlo por la magnífica noche de música regalada, y tras los pertinentes saludos y comentarios con los amigos en la puerta del teatro, mi mujer y yo nos lanzamos “de cabeza” al parking, para intentar llegar a tiempo al concierto de Iñaki. Y casi lo conseguimos!!!
¿Quién es Iñaki Salvador?. Sé que tengo que explicarlo, aunque no debería, porque aunque está considerado como uno de los mejores pianista de nuestro país, como aquí somos así… el gran público casi no lo conoce. La primera referencia que yo tuve de él fue hace mas de 20 años, en aquellos fantásticos programas de “Jazz entre amigos” que tanto nos enseñaron a los - entonces jóvenes - músicos sobre esta música que amamos. Y ahí estaba Iñaki, muy jovencito, apareciendo en un programa que se dedicó a los seminarios de jazz en nuestro país, y donde él aún era solamente un alumno aventajado. En poco tiempo se convirtió en maestro, y al año siguiente ya protagonizó un programa con su propio trio. Como yo soy una “hormiguita” de las grabaciones, y todo lo guardo, resultó que pude obsequiarle hace unos años con algunas de esas apariciones televisivas, ya pasadas por mí a formato de DVD, y desde entonces no ha dejado de agradecérmelo. Y yo…que se lo que este hombre representa para la música, no dejo nunca de sentirme orgulloso cada vez que me lo encuentro y me da uno de esos calurosos abrazos que él da.
Desde entonces – de la época de “Jazz entre amigos” - ha llovido mucho – sobre todo en su San Sebastián natal, claro – y su trayectoria como músico ha sido impecable, habiendo tocado con los mejores músicos nacionales e internacionales. Total, que estamos ante un maestro del piano, en el más amplio sentido de la frase.
Actualmente es profesor de piano en el Centro Superior de Música del País Vasco (Musikene), y aunque tiene mucha actividad como docente, no deja de embarcarse en todo proyecto musical que le resulte interesante. Sus dos últimos proyectos son igual de maravillosos: el disco “Te doy una canción”, en el que versiona a su manera las canciones que más le gustan de algunos de los mejores cantautores del planeta (Silvio, Pablo Milanes, Pedro Guerra, Serrat, etc), y un increíble disco a trio con otros dos “monstruos” del jazz: Francis Posé y el batería José Vazquez “Roper”. Tuve la ocasión de escucharlos en directo el pasado verano en el Aku Aku de Mojacar, y me parece que es de lo más original que se está haciendo últimamente en el panorama jazzístico nacional.
Bueno, a lo que voy, que pierdo el norte. Porque anoche no venía a presentar ninguno de estos 2 proyectos, sino que venía…literalmente…a presentarse a sí mismo. Solo unos pocos elegidos en nuestro país pueden abordar un concierto de piano solo, si de jazz estamos hablando. Hay que dejar aparte a los concertistas clásicos, puesto que estos – por muy meritorio que sea – interpretan música escrita. Un pianista de jazz tocando solo, es un músico creando, componiendo e interpretando…en tiempo real. Sin anestesia…y sin red.
Pues eso es lo que hizo anoche Iñaki Salvador en Clasijazz. Crear música para los privilegiados que estábamos allí.
Como ya comentaba al principio de esta crónica, lamentablemente llegue tarde, aunque mi impuntualidad está más que justificada. Cuando entré al club, Iñaki estaba “micrófono en mano”, explicando lo que iba a tocar en ese momento. Tengo que añadir que no solo es un buen comunicador cuando se sienta ante las teclas, sino que – quizás debido a su gran humanidad, a su propio carácter – es una delicia escucharlo hablar. Y posee un fino sentido del humor, que mezclado con su humildad, hace que se le escuche siempre con atención. Pues bien, estaba contando lo que le impresionaba el hecho de acudir a un club que era de Jazz, pero a la vez, de Clásica. De forma que pensó que quizás tendría que tocar una sonata. No obstante, según él, lo suyo no son las sonatas clásicas, por lo que optó por hacer una sonata muy particular basándose en composiciones de Duke Ellington. De forma que, nada más empezar a escucharlo ya me dejó atrapado con esa sonata en tres movimientos de Duke Ellington: primer movimiento “Take the A train”, segundo movimiento “Sophisticated Lady” y tercer movimiento “Caravan”. Ahí es nada!!!!. Yo que venía totalmente encandilado con la guitarra de Paco Rivas, y en 15 minutos este hombre me deja “K.O.”, con el piano y con el maestro Ellington.
Tras ese alarde de técnica, demostración de dominio del instrumento y de buen gusto y simpatía interpretando, y para que nos calmásemos un poquito, nos regalo una versión de esa obra maestra de Milanés llamada “El breve espacio en que no estás”. Sublime.
Y llegó el descansito. Acudimos a saludarlo y felicitarlo y, en su línea de simpatía, fue él quien nos agradeció el esfuerzo por haber ido a escucharlo, puesto que ya sabía que veníamos de otro concierto, y valoraba que también hubiésemos acudido al suyo.
Tras la breve pausa, el segundo pase comenzó con un “standard” de los de siempre, pero especialmente dedicado por Iñaki a todas las mujeres que están perdiendo su vida a manos de los desalmados que dicen ser sus parejas: “You don´t know what love is”, o lo que es lo mismo “Tú no sabes lo que es el amor”.
Vuelve a coger el micrófono y a contarnos otra historia. En esta ocasión, además, me sorprende agradablemente, porque según comenta, uno de los primeros discos que le transportó a esto del jazz fue casualmente uno que también a mí personalmente me produjo el mismo efecto: “My spanish heart” de Chick Corea. Cuando coincides con uno de los grandes en alguna pequeña cosa, piensas “pues no iré por el mal camino”. El caso es que para la ocasión nos interpretó el famoso “Armando´s Rhumba” de corea, incluido en ese disco, y aunque él dijo que no sería capaz de hacerlo tan bien como Chick, no estoy yo tan seguro de eso. Evidentemente, cada uno tiene su sello y su forma de tocar, pero la de Iñaki no tiene nada que envidiar a la de Corea.
Tras esta maravilla, nos habló de uno de sus maestros - ¿y de quien no?- Tete Montoliú. El PIANISTA DE JAZZ – las mayúsculas no son un error – de nuestro país. Maestro de maestros, muy muy blanco por fuera…pero muy muy negro por dentro. No sabía yo que estuvieron a punto de hacer unos conciertos a dúo, que no pudieron realizarse debido al fallecimiento de Tete. El caso es que durante algunas de sus conversaciones, y dado el fuerte carácter del pianista catalán, finalmente Iñaki se daba por vencido fuese cual fuese el tema de la discusión, con el típico “Lo que tu digas, Tete”. Y así se tituló el tema que más tarde compuso en su memoria: “Lo que tu digas”. Y menuda composición. Belleza en estado puro, y con una gran fuerza al final, donde además intercaló melodías de las que Tete solía tocar (por ahí sonó algo de Monk, algo de Parker, algo de Ellington…). No sé si la tiene grabada en algún disco, pero…voy a buscarla desde ya.
De vuelta a los standards, magistral la interpretación de “Stella by starlight”. Eso es jugar con el piano, usarlo como si fuese toda una orquesta, dominándolo desde la tecla más grave hasta la más aguda. Una maravilla.
Y al final - ¿ya se acababa?!!! – como no sabía muy bien que tocar, pues nos dedicó un “meddley” en el que sonaron melodías como “Unicornio”, de Silvio , la universal “Yesterday” de McCartney, el standard de El Mago de Oz “Over the rainbow” o la tradicional “Duerme duerme negrito”, tan conocida por su interpretación de Victor Jara. Hubo más melodías, pero soy incapaz de recordarlas todas. Eso sí, magistralmente enlazadas, de forma que no sabias donde acababa una y comenzaba la otra.
En definitiva, que salí de allí con la sensación de haber acudido a uno de los mejores conciertos de mi vida…y eso que hacia menos de una hora que había salido del Apolo con el mismo convencimiento. Es la magia de la música…cuando está bien hecha.
Así que, gracias también a ti, Iñaki, por completar una noche maravillosa. Y también gracias a Clasijazz – con Pablo Mazuecos como cabeza visible – por brindarnos estas maravillas…como quien dice “a la puerta de casa”.
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