Y eso es lo que ocurrió anoche cuando estaba disfrutando del recital de Roger Hodgson: Magia en estado puro.
Probablemente en este país (y casi diría que en el mundo) no hay nadie de mas de treinta años que no conozca, al menos, una canción de Supertramp, aunque seguramente la gran mayoría no saben “de que les suena”.
Pues todas esas melodías que a más de uno nos ponen el vello de punta salieron de la mente del Sr. Hodgson. Los muy fanáticos del sonido Supertramp, cuando se produjo el “cisma” en el tandem creativo Hodgson-Davies seguimos la pista de este creador, y disfrutamos también de sus 3 discos en solitario (mas uno en directo), y ya pudimos comprobar que su genio no disminuía por el hecho de no estar junto a su compañero Rick Davies, el otro cerebro de Supertramp.
Pero volvamos al presente, al concierto de anoche, que es parte de la gira acústica mundial que Roger está haciendo en la actualidad. Para empezar, hay que reconocer que puede sorprender ver lo sobrio del escenario, aunque elegante: Un piano de cola al fondo, 2 guitarras acústicas de 12 cuerdas preparadas en sus soportes y un sintetizador Korg Tritón de frente, y sale Hodgson solo, se sienta al sintetizador y nada mas posar sus manos en el…suenan los acordes de “Take the long way home” y es como si tuviésemos a los Supertramp de siempre ahí enfrente. Pocas veces he visto como una persona sola llena tanto un escenario. Con una habilidad pasmosa con cada instrumento que cogia, fue repasando todas las canciones que queríamos escuchar, con una voz en perfecta forma, todo hay que decirlo. Es de recibo comentar tambien que contaba con la presencia de otro músico en el escenario, cuyo nombre ahora mismo no recuerdo, que le apoyaba sobre todo con todo tipo de instrumentos de viento (saxos, flautas, armónica, melódica), y que le hacía a veces de traductor de español, aunque entre su simpatía y su clara forma de hablar, se le entendía casi todo.
Y vamos al concierto en sí: Tras el primer tema “Take the long way home”, del supermillonario disco “Breakfast in America”, sin darnos tiempo a respirar, cogió su acústica y para regocijo de todo el personal nos lanzó, así “a bocajarro”, su “Give a little bit”.
Posteriormente fue alternando sus “hits” de Supertramp con magníficos temas de sus discos en solitario.
Con el sintetizador nos obsequió con obras maestras como “Child of Vision”, “Breakfast in America”, “Logical Song”, todos del “Breakfast in America”, "Don´t leave me now", y una versión electrizante del “Hide in your shell”. Es de reseñar la habilidad que Hodgson tiene con este instrumento, con el que sabe combinar perfectamente los sonidos adecuados para que los arreglos originales de cada tema estén presentes, y no parezca faltarles nada: ahí esta todo, la melodía con su preciosa voz, los acordes exactos, el ritmo y los bajos, ejecutados con una flexible y ágil mano izquierda, todo estaba ahí. Cuando llegaba el momento de los solos vientos, su acompañante “calcaba” nota por nota los que en su día hacía John Anthony Helliwell, cosa que en la música pop es de agradecer, ya que esperamos escuchar lo que se compuso, sin improvisaciones, que para eso ya tenemos el jazz.
Con la acústica de 12 cuerdas le dio un repasito al “Crisis, what crisis”, y nos hizo silbar a todos el comienzo de “Easy does it”, para entrar después en la famosa “Sister Moonshine”. También de ese disco sonó “The meaning” . Los aires celtas estuvieron presentes en el tema “Along came Mary”, que abría su tercer disco en solitario “Open the door”, y en uno de los momentos mas emocionantes de la noche, sonó su “Even in the quietest moments”.
De cuando en cuando, Roger se sentaba en el precioso piano de cola, y desde ahí nos brindó sus mejores baladas como la famosa “Lord is it mine”, la intimista “Lovers in the wind”, de su primer disco en solitario “In the eye of the storm”, o “The more I look”, del “Open the door”. Interpretó tambien al piano una canción inédita, llamada "Oh brother".
Y para el final, que ya se adivinaba apoteósico, no podían faltar canciones que nos marcaron a todos: “Dreamer”, con todo el auditorio en pie coreándola con el, “It´s raining again”, de su ultimo disco con Supertramp (reconozco que no es de mis favoritas, pero aún así la disfruté esa noche) y “School”, el tema que abría el que para mi fue el mejor disco de Supertramp y uno de los mejores de los años 70: “Crime of the century”.
Pocas veces, o puede que ninguna, he visto un concierto en el que el público se levantase de su butaca para aplaudir al artista prácticamente en cada final de canción.
Por último, y para que nos marchásemos relajados y a la vez felices, nos obsequió con “Two of us”, la canción que cierra el disco "Crisis, what crisis?" y repitió “Give a little bit”, para regocijo de los presentes, saliendo todos del auditorio con una gran sonrisa en nuestras caras.
Lo maravilloso de la música es su amplitud y diversidad, que no tiene límites, y que nos puede hacer gozar y sentir de muchas formas. Se puede disfrutar con un concierto para piano de Mozart, con un potente tema heavy de los “Dream Theater”, con un solo de Miles Davis … o con las bellas canciones de Roger Hodgson. Si está hecho con buen gusto, todo tiene cabida y todo nos aporta algo. Anoche volví a casa satisfecho, si, ¿se nota?.
Con la acústica de 12 cuerdas le dio un repasito al “Crisis, what crisis”, y nos hizo silbar a todos el comienzo de “Easy does it”, para entrar después en la famosa “Sister Moonshine”. También de ese disco sonó “The meaning” . Los aires celtas estuvieron presentes en el tema “Along came Mary”, que abría su tercer disco en solitario “Open the door”, y en uno de los momentos mas emocionantes de la noche, sonó su “Even in the quietest moments”.
De cuando en cuando, Roger se sentaba en el precioso piano de cola, y desde ahí nos brindó sus mejores baladas como la famosa “Lord is it mine”, la intimista “Lovers in the wind”, de su primer disco en solitario “In the eye of the storm”, o “The more I look”, del “Open the door”. Interpretó tambien al piano una canción inédita, llamada "Oh brother".
Y para el final, que ya se adivinaba apoteósico, no podían faltar canciones que nos marcaron a todos: “Dreamer”, con todo el auditorio en pie coreándola con el, “It´s raining again”, de su ultimo disco con Supertramp (reconozco que no es de mis favoritas, pero aún así la disfruté esa noche) y “School”, el tema que abría el que para mi fue el mejor disco de Supertramp y uno de los mejores de los años 70: “Crime of the century”.
Pocas veces, o puede que ninguna, he visto un concierto en el que el público se levantase de su butaca para aplaudir al artista prácticamente en cada final de canción.
Por último, y para que nos marchásemos relajados y a la vez felices, nos obsequió con “Two of us”, la canción que cierra el disco "Crisis, what crisis?" y repitió “Give a little bit”, para regocijo de los presentes, saliendo todos del auditorio con una gran sonrisa en nuestras caras.
Lo maravilloso de la música es su amplitud y diversidad, que no tiene límites, y que nos puede hacer gozar y sentir de muchas formas. Se puede disfrutar con un concierto para piano de Mozart, con un potente tema heavy de los “Dream Theater”, con un solo de Miles Davis … o con las bellas canciones de Roger Hodgson. Si está hecho con buen gusto, todo tiene cabida y todo nos aporta algo. Anoche volví a casa satisfecho, si, ¿se nota?.
2 comentarios:
Bffff, me estoy arrepintiendo enormemente de no haber ido... cagüenla!!
Gracias al amigo Abel Fuentes, webmaster del sitio de Roger Hodgson en castellano, que ha hecho posible que mi crónica esté tanto en su web, como en la oficial de Roger Hodgson en ingles. Aqui van los 2 enlaces:
http://rogerhodgson.com/documents/215.html
http://www.rogerhodgson.ws/index.php?option=com_content&task=view&id=295&Itemid=57
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