En mi segunda noche en Madrid decidí que era la buena para mi habitual visita a uno de mis locales favoritos: El Café Central. La posibilidad de cenar allí, cogiendo una buena mesa y la tranquilidad y profesionalidad del local, hace que me sienta allí como en casa, y además habitualmente sus propuestas musicales siempre tienen una gran calidad. Y esa noche no fue una excepción.
Aunque normalmente me muevo solo en estos recorridos nocturnos (mis gustos musicales no suelen ser compartidos por mis eventuales compañeros de curso por las mañanas, y yo suelo huir de las típicas cervecitas "de empresa" en las que al final seguimos hablando siempre de cuestiones "de empresa") , esa noche tuve la suerte de contar con la compañía de mi hermanica Mari Carmen, que ahora vive en Madrid. Aunque ella no es tan aficionada a la música como yo, cuando estoy por allí siempre se ofrece a acompañarme a alguna actuación y así pasamos un ratito juntos, ahora que nos vemos menos. Yo, por mi parte, que se que hace ese esfuerzo por estar un rato con su hermano, intento elegir actuaciones que puedan gustarle, y esa noche atiné, porque si no me engañó, también salió contenta.
Bueno, a lo que vamos: Zezo Ribeiro, guitarrista. Yo pensé que sería un guitarrista-cantante típico, haciendo las típicas bossa-novas del típico Brasil, pero no. Es un muy buen guitarrista, y mas que bueno...sobre todo muy original. El inicio de ambos pases fueron ejecutados por él solo, tocando una guitarrita que creo que se llama "viola caipira" u "octavino", no lo se con seguridad, o bien una guitarra española normal, y jugando ademas con sonidos pre-grabados, tocando sobre ellos. La música resultante es difícil de definir, porque estaba entre un jazz cercano a Metheny a ratos, y un rock sinfónico tipo Mike Oldfield en otros, pero siempre con un cierto regusto a Brasil, expresivo y "caliente". Destacaré además la simpatía que Zezo desprendía, casi sin tener que hablar. Es de estos tipos que nada mas verlo, ya te cae bien, con una sonrisa de felicidad mientras toca que te transmite mucho. A mi hermana le encantaban las sonrisas y gestos que hacia mientras tocaba.
Tras su parte en solitario, subieron al escenario los otros componentes de su trio: Denis Sartorato a la segunda guitarra, que hizo un papel de solvente acompañante, pero discreto, y el sorprendente y también simpático percusionista brasileño Fernando Marconi. Su "set" de percusión me encantó: cortinillas, bongos, cajón peruano, caja, y muchos juguetitos para hacer todo tipo de sonidos, como un gran manojo de llaves por ejemplo, o unos tubos de plástico con los que se marcó hasta un solo soplando por uno de ellos y agitando otro mas grande, al estilo vaquero, produciendo un sonido sibilante de lo mas original.
Los temas del concierto fueron en gran parte originales (de Zezo, supongo), aunque durante el primer pase tocaron la preciosa bossa de Jobim "Triste".
Total, que una agradable y divertida noche en el Central, poco jazzistica eso si, pero muy original. Quizás para ver solo una noche (a veces repito en el Central, pero en esta ocasión pensé que con una noche era suficiente), pero muy interesante. Me encanta descubrir propuestas musicales diferentes, y esta fue una de ellas.
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