miércoles, 21 de noviembre de 2007

Miguel Angel Chastang: Cuatro generaciones del jazz

Excelente concierto el que nos regaló anoche el quinteto que nos presentaba el ya veterano contrabajista Miguel Angel Chastang. Y por muchas y variadas razones.En primer lugar la sorpresa, pero que muy agradable de ver como en la batería se sentaba una leyenda viva del jazz: Al Foster. No constaba en los papeles (realmente, y ahí habría que tirar de las orejas a quien corresponda, no constaba nadie salvo Chastang, y los aficionados desconocíamos los nombres de los músicos que venían con el).



El caso es que ahí estaba Foster, un baterista mítico que ha compartido escenario con los mejores, de hecho mi amigo Chipo me recordaba unos días antes el que para él fue el mejor concierto de su vida, uno de Miles Davis en Madrid en los años 90 y entre las figuras que me contaba que acompañaban al genio estaba el amigo Al Foster. Con eso, casi no hace falta decir mas sobre el currículum de este músico.El otro "amigo americano" que nos traía Chastang era el buen trompetista Eddie Henderson, quien por cierto era miembro del quinteto de Foster, con el que este verano estuvo por nuestro país (interesantisimo el concierto que en "La 2" emitieron del concierto de este quinteto en el festival de jazz de San Javier 2007).

Y al otro lado - casualmente estaban organizados así: nacionales a la izquierda y americanos a la derecha - estaban dos músicos españoles de esos que demuestran que lo del jazz ya no es patrimonio de los EEUU (aunque eso hace ya tiempo que lo sabemos muchos). Por un lado el saxofonista Martin Serra, y especialmente el soberbio pianista Albert Bover.Y en el centro, y casi eclipsado por ese plantel, estaba Chastang, al que hay que agradecer, ademas de su buen hacer en el contrabajo, la habilidad para reunir a estas primeras figuras del jazz.El repertorio estuvo formado casi al completo por composiciones originales, la mayoría del propio Chastang, todas en un estilo muy cercano al hard-bop.

Lamentablemente solo recuerdo el nombre de algunas de ellas, como el primer tema, llamado "Way of Wayne", y que Miguel Ángel aclaró que se trataba de un homenaje al saxofonista Wayne Shorter, otro tema llamado "November" (y que suena a título improvisado para la ocasión), o el tema con el que finalizó el concierto - "Sierra Cabrera" - con el detalle especial de estar inspirado en esa zona de nuestra provincia cercana a Mojacar. Solo un "standard", pero no pudieron hacer mejor elección pues se trataba del tema de Miles Davis - y que yo siempre asocio a mi amado Bill Evans - "Blue in green".

Especial mención durante la interpretación de este tema merece el solo del pianista Albert Bover. No se si es posible transmitir mas con tan pocas notas, con tanta sensibilidad y emoción. En general este pianista me encandiló. Todas sus improvisaciones me parecieron originales . Su fraseo era muy acorde con el estilo que desarrollaban pero a la vez muy personal, demostrando que posee una técnica envidiable y ese "algo mas" que se necesita para el jazz.


Y que decir de Foster. Dominio absoluto del tempo, con una forma de acompañar que me gusta porque siempre está ahí, pero sin molestar. Si te fijas en el, disfrutas de todo lo que esta haciendo con sus baquetas, pero nunca tapa al improvisador, sino que complementa sus ideas. Su interpretación en "Blue in green" fue toda una clase magistral de "como se debe tocar la batería en una balada". De lo mas sutil que he escuchado en mi vida.





Lo mismo diría de Chastang, muy buen acompañante e imaginativo en sus escasos solos, ya que para nada iba de líder, aunque asi figurase en el programa. Reconozco que el sonido de su contrabajo no me gustó personalmente. No se si siempre suena así, o se trataba de algún problema puntual, pero era demasiado "grueso" y seco para mi gusto.

Después de todo lo que acabo de contar, posiblemente sobra decirlo pero lo haré: uno de los mejores conciertos a los que he asistido últimamente, y nuevamente en ese espacio mágico que tenemos en Almería en nuestro pequeño Teatro Apolo, que cada vez me gusta mas como auditorio para el jazz en nuestra ciudad, a falta de nuestro añorado Teatro Cervantes. El auditorio Maestro Padilla es tan frío, que le quita mucha fuerza y emoción a cualquier músico que quiera transmitir algo desde su escenario, por no hablar de lo mal que se escucha la música amplificada allí. El teatro Apolo podríamos decir que es casi como un club de jazz, pero sin alcohol ni tabaco.


Por cierto, una aclaración para los que estén siguiendo este blog (¿es posible que alguien siga esto?), y el festival de jazz de Almería: he decidido escribir solamente sobre los conciertos que realmente me gusten. El motivo es que dado que yo también soy músico - aunque aficionado - y que no me dedico a esto de la crítica profesionalmente, puedo darme el "gustazo" de escribir solo de lo que me guste, y así no verme en la tesitura de criticar a otros músicos, que es algo que nunca me ha agradado, sobre todo porque si cualquiera de esos músicos a los que yo me atreviese a poner "en tela de juicio" me escuchasen a mi podrían hacerme literalmente "trizas". Por tanto no lo aseguro, pero ojalá el próximo concierto que comente sea el del trio de Carlsten Dahr, Mads vinding y Alex Riel. Seguro que si.





Ah, y lo último: simpatiquísimo Al Foster, que no tuvo ningún inconveniente en fotografiarse con Carmen - mi mujer -, mi amigo Chipo y conmigo. Su única condición fue que la fotografía debía hacerse junto a su querida batería.

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