domingo, 25 de enero de 2009

Vince Benedetti Quintet, hard bop para el mundo

Vince Benedetti Quintet, Casa de la Música de Carboneras , 24-01-2009 (III Festival de Jazz de Carboneras)
Lo del quinteto de Vince Benedetti es como un viaje en el tiempo al mejor jazz de los 50 y 60 que se hacía en norteamerica, hasta la irrupción de la electrónica por un lado y el rock´n´roll y el pop por otro. Y conste que yo como aficionado y músico, no reniego de ninguno de los estilos musicales citados, que hay tiempo para todo. Pero escuchar este tipo de jazz, y de la forma tan meticulosa y seria como lo hacen los miembros del quinteto de Vince, es una maravilla.
Reconozco que este concierto era muy especial y esperado para mi, personalmente, porque tengo el privilegio de ser, desde hace unos meses, alumno de Vince Benedetti. Y que alguien de su talla (y no me refiero a la altura física...que también la tiene) te acepte como alumno ya es todo un lujo y una oportunidad que para nada quiero desaprovechar. Por tanto, cuando me enteré de su actuación en Carboneras, la apunté en mi agenda como una cita ineludible.

Yo ya había visto al quinteto hace mas de un año, creo, en el club Clasijazz, pero aquella noche era una de esas con algo de "bullicio" en el local, y aunque disfruté de la actuación, nada comparable con este concierto la Casa de la Música de Carboneras, que se está transformando en uno de mis lugares favoritos donde escuchar música.

El concierto comenzó con un tema llamado "Showtime", cuyo compositor no recuerdo - o quizásVince no lo mencionó. A este siguieron un abanico de temas muy representativos de la época citada, y de los compositores y músicos que  son referentes para Vince Benedetti: Horace Silver, Hank Mobley, Wes Montgomery y sobre todo Barry Harris.
Sonaron temas como "This dig of you", de Mobley, la preciosa balada "Rouge" de Barry Harris, "No smoking" de Horace Silver, y alguno que no recuerdo de Wes Montgomery. 
También hubo tiempo para una composición del propio Benedetti llamada "My godspell".
Que decir de los músicos: En los metales estaban dos de los mejores vientos que he escuchado últimamente, granadinos ambos. Miguel Angel Romero, con la trompeta y fliscorno, que demostró un gran dominio de ambos instrumentos - reconozco que yo tengo debilidad por el fliscorno y disfruté de lo lindo cuando lo cogió. 
Antonio Gonzalez estaba al saxo tenor. Menuda sensibilidad tiene este hombre tocando. Los principios de sus solos te dejan ya totalmente atento, porque sabe captar tu atención con suavidad desde la primera frase. Tenemos la suerte de contar con este músico en Almería, ya que vive en nuestra ciudad, así que a ver si se prodiga mas por la escena jazzistica almeriense, porque todos lo agradeceriamos.
En la sección rítmica, dos veteranos de lujo: Guillermo Morente, grandisimo contrabajista granaino, que nos dejó varias improvisaciones de categoría, y que le saca un sonido fantástico a su instrumento, y Julio Pérez en la batería, a quien ya vi la semana anterior con el cuarteto de Vicky Cruz (ver crónica en este mismo blog), y que demostró su versatilidad, tocando de forma muy diferente en este contexto "hardbop", lo cual indica que es un batería experimentado y muy técnico. Su solo de batería casi al final del concierto, nos dejó sin respiración.

Y, como pianista, arreglista y - según sus palabras - "apoyo moral" - tras las teclas y dirigiendo "el cotarro" el maestro Vince. No soy objetivo hablando de Vince Benedetti, porque ... ¿que voy a decir yo de la persona que en unos pocos meses me está enseñando mas del jazz de lo que yo he podido aprender en 25 años?. Pero es que en las manos - y en la mente - de este hombre hay un arsenal de conocimientos de jazz y de música en general. Su papel en el quinteto no es el de pianista virtuoso, sino el de director, por lo que sus solos son cortos, sobrios, sabios y contundentes, cada nota que da tiene un sentido, y cada bloque de acordes está en su sitio, sus acompañamientos son perfectos, fruto de la experiencia y el estudio de toda una vida dedicada a la musica afroamericana. Lástima que el instrumento del que dispuso esa noche no estuviese a la altura, pues se trataba de un piano eléctrico que, por mucho que intentaron, no lograron que tuviese un sonido satisfactorio y acorde con el resto de instrumentos. Un buen piano acústico en ese escenario hubiese sido la guinda del pastel de este concierto, pero no pudo ser. Aún así, Vince sacó todo lo que ese instrumento podía dar, como era de esperar de un músico de su categoría.

Y todo ello, regado con sus comentarios y su particular sentido del humor, hablando siempre entre tema y tema, presentándolos y haciendo una pequeña introducción de cada uno, cosa muy de agradecer para el público, que normalmente queremos saber que estamos escuchando.

Si a esto añadimos que, tras el concierto y antes de partir cada uno para su lugar - Granada ellos y Almería nosotros- pudimos degustar junto a ellos una sabrosa cena informal en un chiringuito del paseo marítimo de Carboneras, con todo tipo de pescado variado de la zona, se puede decir que la noche rozó la perfección, a nivel personal, musical y hasta culinario. 

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