lunes, 20 de mayo de 2013

Aprender de los que saben: Master-class y concierto de Kim Plainfield Quartet

Master Class y concierto de Kim Plainfield Quartet, Estudio Villalobos y Sala On-Off (Almería), 19 de mayo de 2013


Kim Plainfield preparando la bateria para la
Master-class
Ayer fue un día especial, intenso y muy satisfactorio para mí como músico. Uno de esas jornadas que se quedan totalmente grabadas en la memoria, y de las que te impulsan a continuar estudiando y disfrutando con esa pasión que me tocó en suerte: la música.

Ya el pasado año estuvo por nuestras tierras el gran batería americano Kim Plainfield, y aunque mi buen amigo Antonio Gómez me había cantado sus excelencias – y con razón – no pude estar, aunque no me quejo porque el motivo no fue otro que el hecho de estar yo presentando mi proyecto “La taberna del piano” en el Teatro Candilejas, de Albacete. Pero, por referencias posteriores de amigos que si asistieron, tanto a su master-class como al concierto, supe que me había perdido algo interesante.

Asi que cuando hace unas semanas, nuevamente Antonio Gómez me dijo que el Sr. Plainfield nos visitaba de nuevo, me prometí a mi mismo que, salvo causas de fuerza mayor, en esta ocasión tenía que asistir “si o si”.
El gran maestro Bill O´Connell, sacando partido de
mi piano.

¿Qué como ha recalado por estas tierras este fantástico batería?. Pues resulta que nuestro internacional Antonio Gómez – como nadie es profeta en su tierra, quizás muchos no sepáis que este guitarrista almeriense ha pisado ya escenarios de muchos lugares del mundo, donde es a veces más apreciado que aquí – en su periplo neoyorkino hace un par de años, recaló por la “The Collective School of Music” de Nueva York, escuela donde imparte clases Kim, y donde de hecho estuvo becado Antonio durante un semestre, gracias a la apuesta personal de este magnífico batería, que vio en nuestro Antonio todo el potencial que lleva encima.

De ahí surge una amistad personal-musical, que ha dado sus frutos en estas colaboraciones, que son todo un lujo para los almerienses. Porque Kim es un reputado batería de sesión en su país, ya además muy apreciado como docente. Ha tocado con los más grandes del panorama jazzístico internacional y ha grabado con gente como Didier Lookwood, Tania Maria o John Patittucci, entre otros muchos. Todo un profesional del jazz, que no deja indiferente por su técnica y su energía tocando la batería.

Pues bien, en colaboración con el estudio de grabación almeriense Villalobos, este ya es el segundo año en el que se organiza una master-class con este genio de las baquetas.

Para completar la faena, resulta que en esta ocasión, se traia consigo a otro grandísimo músico, el pianista Bill O´Connell, especialista en latin-jazz – aunque toca de todo – y que ha tocado con gente como Chet Baker o el mismísimo Sonny Rollins. Para hacerse una idea, un uno de sus últimos discos, “Triple Play Plus Three”, colaboran músicos como Paquito D´Rivera, Dave Samuels o Dave Valentin. Otra gran fuente de sabiduría jazzística, como después he podido comprobar, y desde primera fila.

El bajista que venía con ellos, Luca Alemmano, italiano de nacimiento, era mas desconocido para mí, pero es normal…porque solo tiene 24 años, aunque ya tiene técnica y calidad para codearse con los grandes, como nos demostró mas tarde.

Qué decir de D. Antonio Gómez, con quien tengo el privilegio de tocar en ocasiones, pero cuyo nivel está claramente más cerca de estos grandes músicos, aunque él, humildemente, no quiera reconocerlo. A nuestro guitarrista, que hace unos tres o cuatro años ganó el premio “Yamaha Guitar Hero”, a nivel nacional, compitiendo con otros grandes virtuosos de la guitarra eléctrica de nuestro país, se le ve como pez en el agua con estos grandes maestros.

Diego de Haro, departiendo con Kim durante un descanso.
A la derecha, Yanu, tecnico del estudio Villalobos,
que disfrutó como el que mas durante la master
 Cuando me llamaron del estudio Villalobos para preguntarme si podía ceder mi piano para el concierto de esta banda, aunque no suele gustarme prestar mi instrumento – por razones obvias que todos los músicos comprenden – hice una excepción, ya que pensaba asistir al evento, y siempre es un placer que un maestro de las teclas saque de mi piano esas combinaciones de sonidos y notas que a mí se me resisten, por mucho que lo intente.

De forma que el plan inicial era disfrutar de una master-class el domingo por la mañana, del maestro Kim Plainfield, que aunque iba orientada a los baterías, es de todos sabido que cualquier músico puede sacar aprovechamiento. La sorpresa vino cuando nos informaron que Kim había decidido implicar al resto de la banda para la master-class, y convertirla en una especie de “demostración de ensayo” con público.

Fantástica idea, porque no todos los días tiene uno la ocasión de ver, en directo, y con explicaciones, a músicos de este calibre, organizándose para preparar la interpretación de un tema, parandose para ver detalles, explicándose unos a otros cada parte, etc. Un verdadero disfrute para cualquier músico, y del que se saca muchísima información para trabajar con seriedad después en nuestros propios proyectos musicales. Se me ha quedado grabada la expresión de Kim: “rehearsal is not a dirty word” (“ensayar no es una palabrota”, sería su traducción más aproximada). En contraposición a ese lema tan cachondo que solemos usar por aquí, eso de “ensayar es de cobardes”, que a todos los músicos nos hace mucha gracia, pero que realmente sabemos que no es cierto. La implicación de estos músicos, su trabajo previo y su depurada técnica, fruto de las muchas horas de práctica y estudio, es lo que hace que luego suenen de esa forma tan fantástica. Esto no viene de la nada, sin un trabajo previo, y mucho esfuerzo.

Durante la master, trabajaron precisamente en un arreglo de Antonio Gómez, una versión muy particular suya, basada en el tema “All blues” de Miles Davies, pero con un tratamiento rítmico cercano a la buleria flamenca – ritmo que interesó muchísimo a Kim desde que conoció el arreglo de Antonio, el pasado año – y con unas aportaciones armónicas maravillosas. El trabajo en grupo, yendo y viniendo por la partitura, preguntando a Antonio por “esta o aquella parte”, y repitiendo los fragmentos más problemáticos rítmicamente, hicieron que los asistentes disfrutásemos de un verdadero ensayo entre grandes profesionales de esta materia que es la música improvisada. Como se verá, durante su preparación tiene poco de improvisación. La improvisación viene después, cuando ya está todo el tema montado y los conceptos muy claros.

Como segundo ejemplo se eligió un tema del pianista, Bill O´Connell, totalmente desconocido para el resto de la banda (el propio Antonio nos lo aseguró más tarde: no había tocado ese tema jamás, ni había visto la partitura hasta ese mismo momento).

Un momento del concierto en el On-Off, con Bill O´Connel
en primer plano, a su izquerda Luca Alemmano y Antonio
Gómez al fondo. A Kim casi no se le ve.
 Nuevamente disfrutamos viendo como en este caso Bill explicaba a los otros músicos el sentido del tema, el “feel” que debía llevar en cada parte, el reparto de solos para los compases de improvisación, los ajustes de última hora para finalizar el tema teniendo, incluso, que modificar la partitura sobre la marcha. Repito que todo esto es una fuente de información de incalculable valor para cualquier músico, que normalmente se enfrenta en muchas ocasiones con ensayos que se eternizan, donde no se llega a ningún parte y nadie tiene nada claro. Observando trabajar a estos grandes profesionales, se da uno cuenta de “por dónde van los tiros”. Los temas siempre tienen que estar, al menos en su parte de exposición de la melodía, escritos correctamente, con todas sus partes indicadas. Tiene que existir siempre un responsable de ese arreglo, que será el que de las instrucciones pertinentes a cada músico acerca de lo que espera de él en la interpretación de ese tema. Recalcaron muchísimo ese concepto tan básico, pero tan poco practicado, de que el músico debe siempre intentar estar más pendiente de escuchar a los demás de la banda que a sí mismo, para lograr así ese perfecto engranaje que es una buena banda. Si solo te escuchas a ti mismo, al final las cosas no funcionan.

En fin, todo un recital de sabios consejos explicados de forma práctica y divertida por estos cuatros maestros de su instrumento, y de la música en general. Todo un privilegio para un músico asistir a algo así.

Tras salir del Villalobos casi a las 3 de la tarde, y despedirnos de los que no podían asistir al concierto (como el buen amigo y fantástico batería Diego de Haro, que tenía un compromiso profesional justo esa tarde-noche) y dar un “hasta luego” a los que si vendrían, me fui para casa a descansar un poquito y prepararme para el concierto de la tarde que se celebraría en el “On-off”, local situado justo al lado del estudio Villalobos.

Tras una reparadora comida y mini-siesta de sofá, a las 6 y media estaba yo ya en el On-off, como un clavo, y por allí andaban algunos de mis mejores amigos y colegas musicales, como los baterías Lito Vergara y David Marchena (que ya estuvieron por la mañana), y los bajistas Chipo Martinez y Javi Dominguez, que no pudieron asistir a la “master” a su pesar, pero que no querían perderse el concierto.

El recital que nos dieron estos cuatro ayer por la tarde…yo lo compararía con un vendaval, o más bien con un tornado, pero en lo musical. Energía, precisión y buen gusto. Todos los temas originales (bien de Kim, o de Bill, o de algún otro compositor cercano a ellos, como Vinnie Colaiuta). Temas complejísimos en su exposición, con ritmos amalgamados, arreglos muy precisos, de esos que te hacen estar siempre atento, para dar paso luego a largos desarrollos de improvisación donde todos dieron rienda suelta a sus innumerables recursos. Fusión del jazz con el rock, con esos toques latin que imprimía Bill en ocasiones, con el toque bluesero y flamenco de Antonio, y con una precisión de la sección rítmica de Luca y Kim apabullante. Cada tema fue una demostración de la calidad de todos los músicos, que además se encontraban a gusto tocando para nosotros. Lástima que parte del público del local no estuviesen allí precisamente para disfrutar del evento, y se dedicaran a “dar por saco” a base de bien, con gritos de apoyo al Almería CF incluidos, que es lo que mola en este pais (pan y circo, como siempre, hay cosas que no cambian). Pero la energía y los decibelios que salían del escenario lograban casi acallarlos por completo, la mayor parte del tiempo conseguimos ignorar a tanto ignorante, y disfrutar en plenitud de lo que en el escenario ocurria.

Otro momento de concierto. Antonio, Bill, Luca y Kim.
Cuatro maestros en acción.
Tras el concierto, felicitaciones a todos, mas que merecidas, y hasta tuve ocasión de charlar un ratito con Bill O´Connell – usando mi primitivo inglés – que se mostró todo el tiempo muy agradecido conmigo por haberle facilitado el piano, instrumento en el que yo confío haya dejado impregnada algo de su sabiduría pianistica, esperando que me la traspase a mí de forma milagrosa.

En definitiva, uno de esos conciertos memorables que te dejan esa sensación agridulce, al pensar que uno quizás nunca pueda llegar a esos niveles de perfección musical, pero que tiene que seguir intentando estudiar y mejorar para, al menos, acercárseles muy de lejos, como esos ciclistas que saben que nunca serán Indurain pero son felices estando en "el pelotón".

Un buen día para la música, sin duda, y que estoy seguro de que muchos músicos almerienses que no acudieron – la master class, sobre todo, no tuvo una gran afluencia de alumnos quedando, inexplicablemente, muchas plazas libres - cuando lean esto se darán algunos cabezazos contra la pared, por no haber estado atentos o no haber hecho el esfuerzo. La master-class, mas el concierto (copa incluida) costaban 25 euros, precio a todas luces razonable teniendo en cuenta lo que se obtenía a cambio. En fin, cada uno sabe sus cuentas, y cómo organizarse, pero mi opinión es que merecía la pena haber estado ahí, para cualquier profesional o aficionado al jazz de mi ciudad, o incluso de las más cercanas. Estad atentos para la próxima.

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