domingo, 12 de junio de 2011

La cara oculta de los homenajes

Pink Tones, Homenaje a Pink Floyd. Campo de futbol de Huercal de Almería, 11 de junio de 2011
Una vez mas comparezco por aquí para contar lo que otros cantan, o tocan...que para el caso es lo mismo.

En más de una ocasión en este mismo blog he relatado mis experiencias - casi siempre placenteras - al escuchar a grupos de los conocidos como "de homenaje", o por usar el término internacional, Covers Bands. También siempre he defendido la existencia de este tipo de bandas - no en vano yo he pertenecido a alguna de ese estilo, y lo volvería a hacer - ya que me parece que el rock o el pop que merece la pena ser versionado no es más que el equivalente a la llamada "música clásica", y nadie discute si es pertinente o no que una orquesta sinfónica haga "versiones" de Beethoven o de Mozart, y tampoco que discute que las realicen con la mayor fidelidad posible al original. En el caso del pop o el rock, cierto es que la mayoría de bandas existentes versionan a otras que están en activo aún - para nuestra suerte, en la mayoría de los casos - o bien que aun habiendo desaparecido, muchos de sus miembros siguen entre nosotros, con mayor o menor salud - dependiendo de los excesos cometidos durante su azarosa vida artística. Por tanto, una vez más defiendo "a capa y espada" - si hace falta me batiré en duelo "musical "con quien me lo pida - a los músicos que se esfuerzan por recuperar, conservar y mantener la música de los grandes autores e instrumentistas de la segunda década del pasado siglo, y haciendo que podamos disfrutarla en directo, que es como la música adquiere su total sentido.

Dicho esto - por enésima vez, lo sé - es normal que me fijase en un cartel apareció en algunas fachadas - si, todavía se pegan carteles - en el que se anunciaba la actuación de 3 bandas de este tipo en el campo de fútbol de Huercal de Almeria. De las tres, realmente me interesaba bastante solo una de ellas, ya que uno tiene sus preferencias. Actuaban la "Bon Scott Band", que como es lógico hacen su homenaje a AC-DC, los Metallmania, que hacían lo propio con Metallica y los "Pink Tones" que homenajeaban a los Pink Floyd. Aunque no le hago ascos al buen heavy metal, reconozco que nunca ha estado entre mis estilos de cabecera. Pero en lo que respecta al rock progresivo, eso es harina de otro costal. La posibilidad de escuchar versiones de los Floyd en directo siempre es una buena excusa para acudir a un concierto.

Había algo que me frenaba un poco, y era el hecho de haber visto al mismísimo Roger Waters en directo - ver mi artículo sobre el concierto en este mismo blog - hace unos pocos años, cuando presentó su show de "Dark side of the moon". No solo escuché al completo dicha obra maestra "en vivo", de manos de uno de sus creadores, sino que también pude disfrutar de algunos otras joyas de los "fluidos rosas" en esa misma ocasión. Ese show me pareció fantástico, y por tanto, pensé que podría ser contraproducente escuchar a un grupo homenaje, cuando había disfrutado de un "casi-original" que aún conservaba en mi retina (y oídos).

Aún así, y tras la insistencia de mi hija mayor, que va descubriendo poco a poco las maravillas de la buena música - sea la que sea - y algún que otro amigo que planeaba acudir, decidí decirle a mi mujer que cambiábamos una tranquila noche de sofá y cine por un buen plantón frente a un escenario. Bueno, ya está acostumbrada. Le prometí buena música, luces de colores y que lo pasaríamos bien. Ese argumento ya lo usaron los "Mecano" con bastante éxito, ¿Por qué no me iba a servir a mi?.

La casualidad - porque no tenía nada claro el orden de actuación de las tres bandas - hizo que llegásemos justo cuando el concierto de los "Pink Tones" comenzaba. Y ya ese comienzo me sorprendió, porque curiosamente no eligieron para darnos la bienvenida algún gran éxito de la banda. De hecho tuve que buscar un poco en mis archivos musicales mentales para recordar en que disco estaba ese comienzo instrumental con el que nos deleitaron: "Obscured by clouds", uno de los álbumes menos conocidos de la banda inglesa, y reconozco que uno de los menos escuchados por mi, aunque nunca es tarde para enmendar errores.

De entrada, y ya desde este primer tema, me quedó claro que esta no era una simple banda ocupada en interpretar las canciones, sino que también se habían trabajado el otro aspecto fundamental en la banda psicodélica por excelencia: la puesta en escena. Humo en abundancia por el escenario, buena iluminación - tratando de imitar en lo posible la de la banda original, y hasta un laser que ponían en funcionamiento de cuando en cuando. Y alguna sorpresa más que comentaré mas adelante.

Inmediatamente después de esta atípica introducción ya sí que comenzaron a abordar los "clásicos", empezando "Dark side of the moon", con sus temas enlazados "Speak to me/Breathe", "Time" y "On the run".

Como si quisiesen respetar la cronología de álbumes - aunque luego no lo hicieron -, inmediatamente se enfangaron con "Shine on your crazy diamonds" tema que ocupa casi la mitad de su álbum "Wish you were here" y que, si no recuerdo mal, interpretaron al completo. También de este álbum sonaron "Have a cigar" y el precioso tema que da título al disco - y que dedicaron a su malogrado compañero Syd Barrett - "Wish you were here". Solo les faltó "Welcome to the machine" - que estoy seguro que también sabrán interpretar - para completar dicha obra.

Eché en falta algo del "Animals", pero se lo saltaron, para volver al "Dark side of the moon", y hacer una buena versión del "Money", durante la cual intenté, no sé si con éxito,- explicarle a mi hija lo que es un compás de 7/8.

Durante toda la interpretación de estos temas, como es lógico, no perdí detalle de cada músico de la banda, y llegado ese momento ya me había hecho una idea de lo que se movía por el escenario. El guitarrista principal y cantante - no puedo decir los nombres, porque cometieron el error de no presentarse - me pareció que era el claro líder de esta banda, y demostró sobradamente su pericia con la guitarra - sobre todo en los calcados solos de David Gilmour – siendo su voz aceptablemente buena. También hay que tener en cuenta que ninguno de los dos cantantes originales de Pink Floyd (Waters y gilmour) son una maravilla a nivel vocal, aunque personalmente me encanten sus voces. La cuestión es vocalizar bien, y ponerle ganas a cada tema. En las partes más agudas - las que a veces suele hacer Waters - tampoco se defendía mal.

El otro guitarrista también me pareció buen instrumentista, y a eso hay que añadir que además tocó el saxo en "Shine..." y en "Money", lo que me hace pensar que quizás sea un saxofonista metido a guitarrista, más que lo contrario. En cualquier caso, ambas cosas las hizo bastante bien.

El batería y el bajista hicieron su labor. En el caso del batería, basta con aprenderse bien los golpes que Mason va dando, y tratar de ser un buen metrónomo. Y no lo digo despectivamente. Ninguna de las dos cosas me parecen fáciles, y las dos las hizo bien. En el caso del bajista, creo que no le llega al estilo imaginativo de Waters con el bajo, pero lo hizo bastante bien. No así como cantante, que está claro no parece ser lo suyo. De todas formas, no cantó demasiado, así que todos contentos.

El teclista también me pareció correctísimo. En algunas ocasiones no conseguía crear esas famosas cortinas de sonido de las que Rick Wright era especialista, pero en general cumplió muy bien su cometido. Y llevaba un buen arsenal de teclados, entre los que pude distinguir un Clavia (supongo que un Nord Lead) con el que hacia los indispensables Hammond, y un sintetizador (no pude ver la marca y modelo) auténtico, con el que consiguió algunos sonidos “setenteros” bastante logrados.

Por último, el buen hacer de las dos cantantes de la banda quedó patente durante la interpretación de uno de los temas más complejos de la banda, a nivel vocal, el famoso "The great gig in the sky". Hasta ese momento, las dos chicas habían realizado una buena labor como coristas, y siguiendo bastante bien la coreografía típica de las chicas que suelen acompañar a los verdaderos floyd - o a Waters en solitario. Pero en ese tema demostraron su valía como cantantes. Muy buena interpretación, desde luego. Ese es un tema en el que si no se cuenta con unas buenas voces, es mucho mejor no hacerlo.


Como los rios llegan al mar, cualquier concierto de los Floyd, sea de los verdaderos o de alguna banda de homenaje, desemboca en "The wall". La obra cumbre de la banda y que, paradojicamente, resultó ser el principio de su fin, contiene infinidad de melodías conocidas, temas míticos que ya han pasado a formar parte de nuestra vida, de la memoria colectiva musical mundial. ¿Quién no ha coreado a voz en grito alguna vez el "We don´t need no education..." de "Another brick in the wall". ¿A quién no se le han puesto los vellos de punta escuchando canciones como "Mother" o "Comfortably numb"?. Alguno habrá, pero seguro que tampoco sabe que Franco ha muerto, y que el Madrid es campeón de Europa desde hace tiempo, como contaba aquel viejo anuncio. Vamos, que posiblemente es que haya vivido en otro planeta.
Así que los chicos de "Pink tones" empezaron a "darle caña al muro". Sonaron temas como "In the flesh", "Another brick in the wall" - sus tres partes - o "The happiest days of our lives". Y fue en este momento donde, además de deleitarnos con música e iluminación, empezó a crecer un gran muñeco hinchable en la parte izquierda del escenario, representando al famoso profesor de "The wall" (recordad...el de "hey...teacher...leave the kids alone"), ese que diseñó para el álbum el dibujante Gerald Scarfe, y que ya forma parte de los símbolos asociados a la música de Pink Floyd y The wall. Con sus inquietantes focos en los ojos, y sus movimientos de mano, dio un toque aún mas especial a la interpretación de los mencionados temas.

Ya iba acercándose el fin del concierto, tras más de dos horas de música, cuando pudimos escuchar la maravillosa "Mother". Lamentablemente no se qué problema tuvieron con este tema, que sonó bastante mal durante su parte central, dándome la sensación de que algunos músicos estaban tocando en una tonalidad diferente a los demás. Ya que la banda demostró sobradamente su calidad musical durante todo el concierto, quiero pensar que fue algún problema técnico, no imputable a los músicos.

Como bises nos regalaron el cercano al heavy "Run like hell", y el grandioso "Confortably numb", que lamentablemente también tuvo algunos momentos "extraños" en lo que al sonido y voces se refiere. Vuelvo a repetir que prefiero pensar que era cuestión técnica. Aún así, el guitarrista y líder de los "Pink Tones" nos hizo vibrar con el solo final de guitarra de este tema, dejando un buen sabor de boca final.

Aparte de los dos "pequeños" fallos comentados, si algo eché en falta en esta banda fue su poca - casi nula - comunicación con el público. El líder se dirigió en un par de ocasiones al público, de forma escueta. Prueba de ello es que, como comentaba antes, ni siquiera emplearon un par de minutos para presentarse, cosa que me parece fundamental. Podríamos decir que se tomaron bastante en serio lo de la "cara oculta". Yo creo que se puede ser una banda de homenaje en la que lo importante es el grupo homenajeado, pero los que se los están currando en el escenario tienen nombre y apellidos y a mí me gusta saberlos. Manías. Podría buscar la información sobre ellos por internet, pero no voy a hacerlo. Suelo recurrir a eso cuando no logro retener los nombres, pero en este caso no me dieron opción a eso. Si por casualidad leen este blog, que se lo tomen como un pequeño tirón de orejas, con la mejor intención. Y que tomen nota.

Por lo demás, tengo que reconocer que me dejaron bastante asombrado, porque imagino lo que cuesta montar y mantener una banda así. Mucho esfuerzo musical y organizativo, y seguramente una gran inversión previa, que luego nunca se sabe si se va a recuperar. Ojalá sea así, y duren muchos años, porque lo hacen realmente bien, y anoche nos hicieron disfrutar y soñar con la maravillosa música de unos genios del siglo XX: Pink Floyd. Bien por los "Pink tones".

Fotos: Paula García

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