martes, 15 de mayo de 2012

Para ver buen rock´n´roll hay que ir a ver al Bruce


Bruce Springsteen & the E Street Band - Sevilla, 13 de Mayo, Estadio Olímpico

Bien es sabido por lo que me conocen que soy todo un descreído, debatiéndome siempre entre el agnosticismo y el ateísmo, que aunque parezca que es igual...pues no es lo mismo.
Sin embargo, cuando de música se trata, hay ocasiones en las que pienso que dios si que existe, y según el momento va reencarnandose en tal o cual músico. Después se me pasa, pero mientras dura es fantástico, y uno puede hasta llegar a comprender el misticismo y el éxtasis religioso.
Así que, como buen melómano y poco creyente, difícil es que me veáis haciendo el Camino de Santiago, o cualquier otro tipo de peregrinación, pero si para ganar ese cielo que no sabemos si existe cuenta la asistencia a ciertos eventos musicales, yo creo que ya lo tengo ganado.
La peregrinación del pasado domingo fue de las buenas, de las que muchos - y creo que con buenas razones - consideran imprescindible. Dicen por ahí que si te gusta el rock´n´roll no deberías morir sin ver un concierto de Bruce Springsteen. Pues nada, a cumplir, con todo el esfuerzo y sacrificio que ello implica.
Debo decir, sarcasmos aparte que, en este caso, algún esfuerzo si que he tenido que hacer. Con mi entrada en el bolsillo desde poco antes de la navidad pasada, las circunstancias han hecho que mi fin de semana haya sido, cuando menos, algo rocambolesco. Bruce tocaba el domingo día 13, y mire vd. por donde, me surge una fecha para un concierto con mi proyecto "La taberna del piano" el día 12, y en Albacete. Para terminar de complicar la cosa un poco mas, el día 11 nos sale otro en Requena (Valencia). Me planteé en algún momento dado alguna renuncia, y las papeletas las tenia el concierto del "boss", ya que los otros eran conciertos mios y hay que tener seriedad con los compromisos adquiridos y por adquirir. Al final me "lié la manta a la cabeza" e intentar organizarme para poder hacerlo todo. Menos mal que me ha salido bien, porque la cosa era complicada.
Eso si, mi estado físico y mental al llegar el concierto de Springsteen no era el mas óptimo, tras dos días de conciertos propios, y con esta ola de calor que tan simpaticamente nos invade en estos días.
A lo que voy, el caso es que sobre las tres de la tarde entraba yo por Sevilla  (y olé), y marcaban los termómetros 40 grados,¡¡¡ en el mes de mayo!!! Tela marinera. Y a las 7 de la tarde, tras una reponedora siesta, salia yo desde mi hotel con mi amigo Miguel - con el que ya estoy haciendo un buen tándem para los macro-conciertos - camino del estadio Olímpico, en la isla de la Cartuja, con el cansancio acumulado pero dispuesto a echar "el resto" esa noche.
Tras unas cuantas vueltas para dar con la puerta de entrada adecuada a la zona de césped del estadio, nos plantamos ante el espectacular escenario sobre las 20:00 horas y nos dispusimos a esperar con paciencia el comienzo del espectáculo, deseando la máxima puntualidad, ya que las temperaturas se empeñaban en no bajar demasiado, y cada vez estábamos mas rodeados por el gentío.
Sobre las nueve y veinte dio comienzo la fiesta del rock´n´roll en Sevilla. El "jefe" además comenzaba su gira europea justo allí, por lo que la expectación era grande. Quince músicos saltan al escenario casi sin avisar y con ese redoble tan característico atacan el mítico "Badlands", del disco que mas me gusta de Bruce, "Darkness in the edge of town".
Reconozco que Bruce no ha sido nunca un artista especialmente seguido por mi, aunque en su día escuché bastante su "The River" justo cuando estaba recién editado. Siempre lo he respetado, pero no soy gran conocedor de su ya extensa discografia. Pero como nunca es tarde, hace menos de un año mi buen amigo el músico Antonio Alvarez me propuso colaborar en su nuevo disco, y para darme algunas referencias musicales de lo que pretendía conseguir en según que temas, me paso una pequeña lista de "joyas" del rock. "Badlands" y "Candy´s room" iban entre ellas. No pude resistirme, y me puse a tirar de ese hilo, a recuperar los grandes discos de los 70 de Bruce, y a escuchar los mas recientes. Vamos, que me re-enganché al "boss", muchos años después. De repente, unos meses mas tarde surge la posibilidad de asistir al concierto. ¿Casualidad? ¿El destino? Vaya vd. a saber. Pero los trenes hay que cogerlos cuando pasan, y este no se me escapó.
Pues ahí estaba yo, junto a unas 30.000 almas mas, soltando "Badlands" a voz en grito.
Realmente es toda una experiencia ver como funciona en directo esa perfecta maquinaria de hacer buen rock. Bruce ...y su E Street Band (menos el recientemente fallecido Clarence Clemons). Tras esa apisonadora inicial, ataco el primer tema de su nuevo disco, "We Take Care of Our Own", e inmediatamente después el que le da titulo "Wrecking Ball", super potentes ambos.
El concierto tuvo de todo, porque Bruce tiene un repertorio extenso y además va cambiándolo con mucha frecuencia para los directos. Alguna de mis favoritas, como "Thunder road" o "Racing in the streets", no sonaron, pero es que tiene tantas, que resultaría muy difícil contentar a todo el mundo. Disfruté especialmente de temas como "Out in the streeet", "Candy´s Room", la legendaria "Because the night" - con un solo de guitarra de Nils Lofgren maravilloso - , una marchosisima "I´m goin´down", el famosisimo "Born to run", la maravillosa "The promised Land", con Bruce poniéndonos los pelos de punta con su armónica, y un largo etcetera, porque si no tocó unas 25 canciones es que no tocó ninguna.
De su nuevo disco las hizo casi todas: las que comente al principio, mas "Land of hope and dreams", "Death to my hometown", "Jack of all trades", "Rocky ground" y "We are alive", que yo recuerde ahora mismo.
Tampoco faltó su "numerito" durante "Waitin’ on a Sunny Day", con niña cantando junto a él en el escenario y parece que ya es un clásico, pero Bruce tiene la habilidad de saber hacerlo emocionante. Así como su interpretación de "The Rising" o "My city of ruins", en las que además de buena música, hay mucho sentimiento.
Es indudable que Bruce se gana al publico desde el momento en que pisa el escenario, pero es que trabaja para ganárselo. En las tres horas de duración del concierto no paró de cantar, tocar, moverse, saltar, correr de una punta a otra del escenario, por las pasarelas y dejarse tocar por el publico en infinidad de ocasiones.
¿Y que decir de la E Street Band que no se haya dicho ya?. Son una máquina bien engrasada. Además, en esta ocasión, con el extra de una sección de metales - entre los que iba Jake Clemons, el sobrino de Clarence, al que Bruce da bastante protagonismo durante el show, sustituyendo en todos los solos a su legendario tío- , y dos vocalistas y un percusionista, y una violinista. Unos quince músicos sobre el escenario, sudando la camiseta todos por igual. Comandados por el compinche de toda la vida de Bruce, el guitarrista Steve Van Zandt. Ahí estaban los miticos Garry Tallent en el bajo, Nils Lofgren en guitarra, Max Weinberg en la bateria. Mención aparte para el mítico Roy Bittan en los pianos. Este señor, además de ser el teclista de la E Street, puede poner en su curriculum, y en letras de oro, su contribución al disco "Making Movies" con los Dire Straits - quien no recuerda ese piano de "Romeo and Juliet" - en los discos "Scary Monster" y "Station to station" de Bowie, o en algunos temas del fabuloso "Peter Gabriel II", cuyo "Mother of violence" aún sigue emocionándome cada vez que lo escucho. Vamos, que teníamos delante de nosotros a la flor y nata del buen rock´n´roll, y gran parte de su historia.
La perfección nunca es absoluta, y tengo que decir que el sonido en el concierto no fue del todo bueno. Mejoró conforme avanzaba la noche, pero algunos temas sonaron realmente mal, especialmente el bajo, que a veces era realmente difícil de distinguir. La voz de Bruce tenia una reverb super-exagerada, y creo que totalmente innecesaria. Aún así, disfrute mucho, pero echaba de menos un sonido mucho mas claro y brillante, como el que disfruté en el concierto de McCartney del 2004.
En fin, una maravillosa experiencia, que terminó con el clásico "Tenth Avenue Freeze-out", y con un poquito mas de fresco en el ambiente que cuando aterrizamos. Aunque salimos cansados y sudorosos, creo que la satisfacción general se podía ver en todas las caras.
Camino de los aparcamientos, Miguel y yo estábamos tan felices, a la par que hambrientos, que nos atrevimos a comprar uno de los peores bocadillos (sobre todo por el pan, que debía de ser de cuando Bruce empezaba su carrera) que hemos comido en años. Pero hasta eso lo disfrutamos. Cuando el espíritu esta bien alimentado, al cuerpo se le engaña con cualquier cosa. Y nuestro alimento la noche del pasado domingo fue el buen rock´n´roll del jefe Springsteen, sin lugar a dudas.No se porque, pero se me ocurre que en lugar de ese estribillo tan sugerente que cantaba la Carrá en los 70 "Para hacer bien el amor hay que venir al sur"...muy bien podría sustituirse por "Para ver buen rock´n´roll hay que ir a ver al Bruce".





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